Un simulador para esquiar en verano

El simulador cuenta con un tapiz rodante de de 12,50 x 6,55 metros, con una superficie esquiable de 48 metros cuadrados. Permite ajustar la velocidad desde 1 a 21 kilómetros por hora, y tiene una capacidad máxima para cuatro personas (380 kilos). El ángulo de pendiente del tapiz puede modificarse desde los 10 a los 19 grados, lo que en una estación de esquí real equivaldría a pasar de una pista verde hasta una negra.

La instalación, que ha supuesto una inversión de 200.000 euros, dispone de un espejo frontal que permite a los deportistas ver su ejecución técnica fácilmente, además de la información que reciba de su entrenador. Detrás del espejo se encuentra el laboratorio donde los investigadores del iMUDS realizan controles de los esquiadores en 2D y 3D desde distintos ángulos.

Optimización del tiempo

"Además de permitir al deportista esquiar en verano, esta instalación es perfecta para aprender a practicar este deporte, perfeccionar, entrenar la técnica y la preparación física específica y para ayudar a los deportistas que hayan tenido alguna lesión", explica Pablo Jesús Gómez, responsable del simulador y profesor del departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR.

Asimismo, el simulador supone una gran optimización del tiempo útil de práctica empleado, ya que para realizar 30 minutos de trabajo efectivo esquiando se necesita un día entero en pistas, debido al tiempo que se pasa en los remontes o esperando colas. "Aquí el tiempo que estamos esquiando se aprovecha al 100% porque solo tenemos que colocarnos los esquíes y practicar", dice el profesor.