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El esteponero Alejandro Artacho, durante su intervención en Sun&Tech. Foto: Salvador Salas / Vídeo: Pedro J. Quero
Sun&Tech 2022

Alejandro Artacho: «La mayoría de los emprendedores están pasando por crisis psicológicas»

El CEO de Spotahome visita la segunda edición de Sun&Tech para analizar los errores y aciertos de una startup sobre su propia experiencia como empresario

CRISTINA PINTO

Jueves, 22 de septiembre 2022

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Al esteponero Alejandro Artacho le había alegrado volver a casa, aunque solo fuese de visita para ofrecer su ponencia en esta segunda edición de Sun&Tech. «Llevo muchos años fuera y me ha hecho mucha ilusión poder venir», confesaba en sus primeras palabras al inicio de su intervención. Comenzaba a exponer 'Errores y aciertos en la aceleración de una startup' y habló detalladamente sobre las tres fases por las que ha pasado su empresa Spotahome desde que nació en 2014, una plataforma de alquileres entre media y larga temporada. Un triunfo rápido pero varios tropiezos en ese camino que le llevaron a eso que confesó durante su charla: «2019 fue el peor año de mi vida». Y eso es algo que le ha llevado a tomarse las cosas de otra forma en su trabajo: «Lo que me pasó a mí es que mi vida era la empresa, empecé a trabajar a finales de 2013 en esto y mis primeras vacaciones fueron una semana en 2018. No concebía la diferencia entre trabajo y vida porque me entretenía, pero el cuerpo te va pasando factura», confesaba Alejandro Artacho.

Y a raíz de ahí se sinceraba sentado junto a la presentadora del evento y periodista de SUR Nuria Triguero, él mismo hablaba de cómo su cuerpo y salud mental le acompañaron en esas tres fases en las que divide la vida de Spotahome: «En la primera fase hacía deporte y comía bien, aunque llegara a mi casa tarde. Empecé a darme cuenta de la fatiga mental y física demasiado tarde: lo que me pasó fue que en 2019 viajaba mucho, dormía poco y comía fatal. Me di cuenta de que cada día estaba más cansado y tomaba peores decisiones como líder de la empresa», concretaba el CEO de Spotahome. Y empezaba a hablar de cómo se inició esa cuarta fase de la empresa y la suya propia a nivel personal: «Cuando llegó el Covid, como no había ni presión ni demanda, me puse a pensar en cúanto tiempo había pasado en los últimos seis años con mi familia, amigos o pareja. Y mira que tenía un psicólogo y un coach... Si no fuese por ellos ni hubiera llegado. Me puse a perder todos los kilos que había cogido en los años anteriores, leí mucho e hice retiros espirituales, entre otras cosas», aclaraba el empresario esteponero.

Eso es lo que le ha llevado a la asociación 'Ancla', en la que están empresarios de toda España: «Para romper el estigma de la salud mental, porque la mayoría de los emprendedores están pasando por crisis psicológicas. Yo mismo pasé por el hospital dos veces y ahora que me cuido más la empresa está mejor que nunca», confesaba Alejandro Artacho. En ese momento en el que se encuentran ahora llega tras la tercera fase de la empresa en la que aprendieron «a trabajar de forma interna», tal y como explicaba su CEO. «Ahora que tenemos capacidad de crecer estamos en una fase en la que queremos evolucionar con el producto, muchos inversores han frenado por la incertidumbre y nosotros vamos a poner la empresa en rentabilidad completa mientras evolucionamos con el negocio», desvela Artacho.

Un éxito rápido

Como ya desgranó el mismo en su intervención de Sun&Tech, su startup vivió un crecimiento muy rápido que les llevó a tener consecuencias internas en la empresa, no solo las personales de él mismo. «A día de hoy generamos unos 200 millones al año pero cometimos muchos errores, el principal es que íbamos rapidísimos. La cultura de la empresa era brutal pero agresiva, llegaba un punto en el que triplicábamos los ingresos pero los problemas se iban haciendo más grandes. En la parte tecnológica no nos daba tiempo a crecer tan rápido».

Aunque no todo eran problemas, también estaba lo positivo del momento y uno de los puntos más importantes fue cuando consiguieron 34 millones de euros del fondo de inversión Kleiner Perkins, convirtiéndose en la primera empresa española en hacerlo. «Nos decían: 'Crecéis muchísimo, pero no sabéis ni cómo crecéis. Decidimos cerrar mercados y de estar en 33 ciudades pasamos a 10», confirmaba Alejandro Artacho sobre aquel momento. Algo parecido a lo que les pasó tras el Covid-19, momento en el que tuvieron que frenar obligados: «Pasamos de tener 400 trabajadores a 80 en tres meses. Luego, cuando la demanda comenzó a crecer tras el Covid, muchos competidores se debilitaron y nosotros crecimos más rápido. A día de hoy estamos casi en el doble de facturación que estábamos antes del Covid y con la mitad de trabajadores», concluía Alejandro Artacho.

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