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Dongjin Koh, de Samsung, presenta el S7.
Si funciona, no lo toques

Si funciona, no lo toques

Samsung y LG revolucionan las horas previas al MWC con sus nuevos teléfonos inteligentes

michael mcloughlin

Lunes, 22 de febrero 2016, 00:17

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Si funciona, no lo toques. Bueno, lo justo. Ese es el mantra que parece haber adoptado la industria tecnológica para el Mobile World Congress, que abre hoy lunes sus puertas en Barcelona, pero que ayer vivió su primera jornada de manera oficiosa. Como viene siendo tradición, los grandes fabricantes asaltaron la Ciudad Condal antes de la inauguración oficial con sus grandes novedades, buscando marcar desde el primer momento el ritmo del que es uno los cónclaves más grandes del mundo.

Samsung reunió a casi 5.000 personas para presentar su nueva joya de la corona: el Samsung Galaxy S7. Lo cierto es que la de los coreanos es una evolución lógica después de que el año pasado diesen con la tecla de un diseño que no fue criticado por el gran público. Abandonaron el plástico y apostaron por el cristal templado. Así, de esta manera, repiten la fórmula. De nuevo el terminal llegará en dos modelos: uno plano de 5,1 pulgadas y la popular versión Edge de 5,5 pulgadas, cuya pantalla tiene los bordes curvos, sirviendo de acceso directo a contactos, aplicaciones y otros contenidos.

Así, con una receta ganadora entre manos, la factoría surcoreana ha optado por recuperar dos de los grandes sacrificios que tuvo que hacer en el S6: la resistencia al agua y la ranura para ampliar la memoria del teléfono mediante memoria microSD. Dos características que siguen siendo especialmente populares entre los usuarios.

La cifra de megapíxeles ya no es el eje central de las cámaras de los móviles. Apertura, tamaño del sensor Son muchos de los elementos que entran en juego. Samsung ha optado por un sensor de 12MP frente a los 16 de su predecesor pero ha trabajado otros aspectos, como el tamaño de los píxeles, para conseguir una combinación mucho más efectiva, sobre todo a la hora de enfocar o resolver fotos en situaciones de poca luz. Por otra parte, S7 tendrá un potente procesador de fabricación propia que aspira a convertirse en uno de los más potentes del mercado y vendrá acompañado de 4GB de RAM.

La batería, de 3.000 mAh en el caso de la versión estándar y de 3.600 mAh en la versión Edge, contará con carga rápida y carga inalámbrica. Para reducir el consumo de energía debido a las múltiples veces que se enciende la pantalla a lo largo del día para consultar información, contará con un modo always on: una pequeña porción de la pantalla siempre estará encendida, ofreciendo información básica.

Una funcionalidad, el always on, que también tendrá el próximo terminal de LG, el G5. Lo cierto es que los dos fabricantes surcoreanos tienen todas las papeletas, salvo sorpresa, de llevarse el protagonismo de esta edición del MWC.

LG y su propuesta modular

Si Samsung tenía el reto de mantener un diseño que le ha proporciona muchas alegrías, sus compatriotas tenían el reto de renovarlo mantiéndose fieles a una de sus grandes señas de identidad: la batería extraíble.

El problema es que en los teléfonos metálicos esto era, hasta ahora, imposible de mantener. ¿La solución? El primer terminal con diseño modular. Esto significa que el usuario podrá extraer la parte inferior del teléfono y cambiar esa pieza fácilmente por una batería de mayor capacidad, controles físicos para la cámara o un altavoz de alta fidelidad. Un sistema en el que muchos ven el futuro camino del diseño móvil: que el usuario pueda escoger entre varias piezas y elegir las que más le convenga a su situación.

Así, el G5 será un móvil con un armazón de aluminio y pantalla de 5,3 pulgadas. Llegará acompañado de un ecosistema de accesorios que incluirá una cámara para grabar en 360 grados y crear contenido para realidad virtual, unas gafas de realidad virtual o un robot que se podrá conectar al wifi para que haga las veces de perro guardian de tu casa.

No traerá una cámara en su parte trasera. Traerá dos. Y es que LG ha creado un prometedor sistema que incluye dos cámaras. Una de ellas de 16 megapíxeles y otra de 8 megapixeles que combinándolas permitirá tomar fotos como si fuera un gran angular de 135 grados, unos guarismos muy superiores a los de sus competidores.

Mientras que los coreanos hicieron mucho ruido en su llegada a Barcelona, los fabricantes chinos, la otra gran dinastía de la telefonía móvil, mantuvieron un perfil muy bajo. ZTE trajo como gran novedad un proyector que funciona con Android y Huawei se sacó de la chistera su primer portátil: el Matebook. Se trata de un terminal de menos de siete milímetros de grosor que podrá convertirse en ordenador o tableta al gusto del usuario. De momento, para ver a los temidos fabricantes chinos habrá que esperar a Xiaomi, que debutará en el MWC el próximo miércoles.

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