Orígenes de Fuengirola: de venta a villa
A la sombra de la historia ·
Este municipio turístico surgió en el siglo XVIII en torno a una venta que acogía a los arrieros que se desplazaban entre Málaga y MarbellaPocos son los que conocen el origen relativamente reciente de Fuengirola. Los romanos la llamaron Suel (así la nombran Plinio o Ptolomeo) y los ... árabes Sohail. En época musulmana, según algunos historiadores, los camellos pastaban en los alrededores del castillo. La amenaza de piratas berberiscos hizo que la costa se quedase completamente despoblada y que la población huyese a Mijas, a excepción de la pequeña guarnición militar del castillo.
En 1502 hubo un intento de repoblar la zona con 30 vecinos. Fracasó por el miedo a los piratas y por la falta de tierras fértiles que cultivar. Es en esta época cuando aparece el topónimo Fuengirola. Al parecer es el nombre de la fuente jirola, que brotaba del castillo.
Debemos todos estos datos a la encomiable labor investigadora de Cristóbal Vega Vega, cronista de la Villa de Fuengirola desde 1994, que ha rastreado durante décadas los orígenes de este municipio de la Costa del Sol. Gracias a sus estudios, sabemos que la Fuengirola moderna, la que todos conocemos, tiene su germen en una venta que había al otro lado del río, cruzando desde el castillo, junto al Camino Real, en la que se hospedaban los arrieros que se desplazaban entre Málaga y Marbella. En el siglo XVIII ya había disminuido considerablemente la amenaza de las incursiones berberiscas, lo que facilitó que comenzaran a levantarse las primeras casas en torno a la venta. Estas primeras viviendas era prácticamente chozas cuyos habitantes se dedicaban a la pesca.
Los dueños de los terrenos en los que surgió Fuengirola eran el alcaide del castillo y su esposa: don Joaquín Gutiérrez de España y doña María de la Victoria Gamberos y Cárdenas. Ambos vendieron parcelas a los que serían los primeros habitantes de Fuengirola. El historiador Cristóbal Vega nos ha facilitado algunos de sus nombres: Francisco Fernández, Pascual Núñez, Juan Fresneda, Cristóbal Gallardo, Baltasar Rodríguez, Juan Gómez, Diego Millán, Salvador Anzardo, etc. Estos terrenos eran arenales estériles, poco aptos para el cultivo, salpicados por algunas higueras, olivos y algarrobos. Estaban situados entre la venta y el mar, y es muy probable que sus primeros pobladores se dedicasen a la pesca y no a las tareas agrícolas. La casas eran muy humildes, con tejados de cañas y juncos. Muy pocas tendrían tejas.
Pero la población de Fuengirola no paraba de crecer. En 1820 ya había sobrepasado los mil vecinos y como, según la Constitución entonces vigente, podían constituirse como municipio independiente, solicitaron a la Diputación de Málaga la segregación de Mijas. Este pueblo contestó afirmando que en Fuengirola solo vivían 409 vecinos, por lo que se desestimó el asunto. Sin embargo, la independencia de Mijas no se consiguió hasta el 30 de mayo de 1841. Esta es la fecha del nacimiento de Fuengirola como municipio, con apenas 10 kilómetros cuadrados de superficie, frente a los 149 de Mijas. Algo parecido ocurrió cuando La Línea de la Concepción se independizó de San Roque, porque este municipio le dejó la menor cantidad de superficie posible. Esto provoca que Fuengirola no pueda crecer y que hoy sea el tercer municipio de España con mayor densidad de población.
El primer alcalde de Fuengirola se llamó Antonio García Cortés y con el resto de regidores bautizaron las primeras calles de Fuengirola: la del Sol, la de San Rafael, la de España, la de Coín, así hasta catorce, que son las calles que tenía Fuengirola en 1850, y una plaza, la de la Constitución, donde estaba el mercado.
Entonces, como dijimos, la mayoría de los fuengiroleños eran pescadores. Pascual Madoz afirmaba en 1846 que «la pesca de la parte de Fuengirola es la más rica del Mediterráneo y sus pescados los de mejor calidad». En 1867 había 17 barcos pesqueros en Fuengirola. También fue muy importante en estos años el cultivo de la vid, introducido por unos emigrantes de Vélez, hasta la catástrofe de la filoxera en los últimos años del siglo XIX.
En 1900 vivían en Fuengirola unos 6.000 vecinos. Ya habían comenzado a llegar los primeros veraneantes, algunos cordobeses. En agosto de 1916 el Ayuntamiento mandó plantar árboles en un paraje situado frente a la Marina, que se llamó Paseo de Suel. Fue el origen del Paseo Marítimo de Fuengirola. Los turistas pioneros acudían cada verano a Fuengirola para la temporada de baños, atraídos por la calidad de sus playas, por su clima y por la fama de limpieza de la localidad. Algunos destacaban además, la hospitalidad de sus vecinos.
La llegada del ferrocarril a Fuengirola
Las comunicaciones entre Fuengirola y Málaga, a pesar de que solo 30 kilómetros las separan, nunca fueron fáciles. En 1872, Francisco León Campoy, conductor de diligencia, desapareció arrastrado por las aguas de un arroyo al atravesar Torreblanca. Muchos viajeros preferían desviarse por Coín para ir desde Fuengirola a Málaga.
El 27 de mayo de 1916 llegó el tren hasta Fuengirola y el Ayuntamiento organizó un programa de festejos para recibirlo. Eran muchas las ventajas que suponía el ferrocarril, al facilitar el contacto con la capital. Es de lamentar que esta línea no se haya prolongado todavía hasta Marbella y Algeciras.
En 1922 Portillo inauguró su línea regular entre Málaga y La Línea, con parada en Fuengirola. Este servicio se suspendió durante los años de la Guerra Civil, porque se destruyó el puente sobre el río Fuengirola, que no se reconstruyó hasta principios de los años 40.
En 1934 el Ayuntamiento de Fuengirola instaló unos letreros en las entradas del municipio y en Los Boliches, prohibiendo a los automovilistas superar los 15 km/h, para evitar posibles atropellos.
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