«Málaga fue una madrastra con Miguel de los Reyes»

El periodista y flamencólogo Gonzalo Rojo escribía en el diario SUR con motivo de su muerte que «fue el Pastor Poeta, creador de tantos y tantos temas flamencos, el que se lo llevó a Madrid para debutar en el Fuencarral con 'El Tigre de Plata', junto a Marchena, Manolo el Malagueño y Ramón Montoya. Después, Estrellita Castro se lo llevó para que trabajara con ella en su espectáculo». Y añadía: «Ya quedaba un poco lejos aquella su primera actuación en el malagueño Teatro Olimpia junto a Bertini, Imperio Argentina, Margot y Chiberto». Y es que en pocos años pasó Miguel de los Reyes de ser un jovencito cantante que llegaba de provincia a convertirse en una de los primeras figuras del espectáculo. Sus 'chillíos', como cariñosamente decía Miguel, llegaron a entusiasmar a miles de espectadores de todo el mundo que acudían a presenciar las actuaciones del malagueño». Grabó decenas de discos, intervino en un buen número de películas, hizo varios viajes a América y trabajó junto a las figuras más importantes del momento. En la capital de la República de Argentina conoció Miguel de los Reyes a su paisano Miguel de Molina, llegando a residir en su casa de Belgrano. Esta amistad duró prácticamente mientras vivió Miguel de Molina, ya que Miguel de los Reyes, en otros viajes realizado a Argentina, volvió a visitar a su paisano, con el que siempre tuvo, aparte de los celos artísticos, una buena amistad». Gonzalo Rojo recordaba que actuando en Montevideo Miguel de los Reyes junto a Carmen Amaya y Miguel de Molina, «llegaron a colapsar el tráfico de la ciudad debido a la afluencia de público».

De regreso en España, Miguel de los Reyes montó su obra antológica: 'El ballet de arte español', compuesto por diez mujeres, ocho hombres, cantaores, bailaores, guitarristas y palmeros, formando un cuadro inmejorable y con el que recorrió en varias ocasiones todo el país. En su última etapa ofreció algunas actuaciones sueltas en festivales de homenajes, y dedicó su tiempo a impartir clases de baile, parcela esta en la que también fue un maestro.

Pese a su exitosa carrera, Miguel de los Reyes vivió sin apenas notoriedad ni recursos económicos sus últimos años de vida. Para su familia, «Málaga fue una madrastra y no una madre con Miguel». Su hermana Julia, con la que vivió los últimos años de su vida, declaró tras la muerte del artista : «Málaga se ha portado muy mal, él lo ha dado todo por su ciudad, y ella no le ha dado nada». «Ésta ha sido la única pena que Miguel se ha llevado», sentenció.

El artista cuenta en la plaza de la Victoria (Jardín de los Monos) con una escultura de bronce en la que aparece con una biznaga en la mano y una chaqueta sobre el hombro, obra del escultor Miguel García Navas, escultura que le rinde homenaje desde 2010 por iniciativa de la plataforma Pro Monumento a Miguel de los Reyes y la colaboración del Ayuntamiento.