Historia del hotel Málaga Palacio
Este verano cumple 53 años el hotel Málaga Palacio, referente social de nuestra Málaga contemporánea
De los hoteles más representativos de nuestra ciudad hemos hablado en estos artículos veraniegos. Mi compañero Víctor Heredia lo ha hecho del Caleta Palace, del ... Príncipe de Asturias y del Parador de Gibralfaro y yo mismo del Hotel del Inglés y del Pez Espada que, aunque en Torremolinos, en sus orígenes estaban en el término municipal de Málaga. Nos resta decir algo del último hotel característico de Málaga: el Málaga Palacio.
Su construcción fue polémica y el historiador Juan Temboury llegó a decir que había dos edificios en Málaga que nunca debían haberse construido: la Casa de la Cultura en la calle Alcazabilla y el Málaga Palacio. Sus promotores fueron Rafael León Brezosa y Francisca Portillo Jiménez (1907-1997). Esta última era hija única de Juan de Dios Portillo Galdón, el fundador de Automóviles Portillo. Paquita Portillo, como era conocida entre sus allegados, fue una gran mujer y una gran empresaria, digna heredera de su padre. Si Juan de Dios Portillo dedicó su vida a transportar a turistas en la Costa del Sol, Paquita Portillo les proporcionó alojamiento en su lujoso hotel. Cuentan que, recién inaugurado el hotel, a un empleado le robaron la cartera con las nóminas de los trabajadores y Paquita las abonó de su bolsillo al día siguiente. Paquita llegó a recibir la medalla al Mérito Turístico de manos del ministro Manuel Fraga. Luego se encargaron de la gestión del hotel sus dos hijos varones, Rafael y Juan de Dios León Portillo, llamados así como su padre y su abuelo.
La primera piedra del futuro hotel se colocó en 1957 y realizó el proyecto el arquitecto Juan Jáuregui Briales. Los planos fueron aprobados en 1954 y, teniendo en cuenta que se terminó en 1966, podemos hablar de un largo proceso de más de doce años. No es fácil decidir cuál fue su fecha de inauguración. El hotel Málaga Palacio abrió sus puertas al público el jueves 1 de septiembre de 1966. Sin embargo, un mes antes, el 31 de julio, se alojaron en él los participantes del Rally Costa del Sol. Oficialmente el hotel fue inaugurado el sábado 22 de octubre de 1966, cuando se bendijo el hotel y se recibió a las autoridades, entre las que llama la atención la ausencia del alcalde. En el acto se dijo que el nuevo establecimiento hotelero era «un orgullo para la ciudad». A pesar de la polémica que generó la construcción del hotel, pues por su excesiva altura tapaba la Catedral, el Málaga Palacio ganó varios premios de arquitectura y sirvió para regenerar una zona que estaba en decadencia.
El descomunal hotel ocupaba una superficie de 1.062 metros cuadrados y tenía catorce plantas más una terraza panorámica con piscina. Podía albergar a unas 500 personas en sus 223 habitaciones (luego, tras sucesivas reformas, se quedaron en 214). Contaba en las plantas superiores con dos suites presidenciales, de cien metros cuadrados cada una, llamadas Puerta del Mar y Puerta del Sol. Además disponía de quince salas de conferencias, peluquería, una selecta tienda llamada Málaga Boutique, un bar americano que ofrecía maravillosos cócteles y un restaurante, El Litoral, situado en su terraza, con las mejores vistas de Málaga sobre su bahía. El Málaga Palacio llegó a tener una plantilla de más de 250 trabajadores. Se cuenta que sus primeros porteros vestían traje de almirante y algunos soldados, confundidos, se cuadraban ante ellos.
Fue el único hotel de cinco estrellas que había en Málaga, porque el Miramar había cerrado unos meses antes. Cuando se inauguró se encargó de cubrir el déficit de plazas hoteleras que tenía Málaga, ya que el Hotel Cataluña, en la plaza del Obispo, ya no existía y los dos únicos hoteles de cierta categoría que quedaban en la capital eran Don Curro y Las Vegas.
El Málaga Palacio estaba situado en el centro neurálgico de Málaga, en un lugar estratégico entre el Puerto, la Alcazaba, la Catedral, el Gobierno Civil, el Ayuntamiento, Correos, Telefónica y a un paso de la calle Larios. Aunque fue referente del lujo (algunas habitaciones tenían hasta mayordomo), fue bajando sucesivamente de categoría hasta las tres estrellas. En 1999 lo compró la cadena AC, que invirtió tres millones y medio de euros en remodelarlo.
Fue el hotel preferido de toreros, artistas y futbolistas. Allí se han alojado los jugadores del Real Madrid y del Barcelona, Isabel Pantoja, Rocío Jurado, Raphael, Antonio Ordóñez, Cela, Vargas Llosa, Suárez, Aznar, Mitterrand, la familia real saudí y hasta el rey de España. Cuando durmieron los jugadores de baloncesto del Memphis hubo que buscar camas de 2,10 para que cupiesen. El Hotel Málaga Palacio ha sido centro de negocios de nuestra ciudad y un referente de nuestra Málaga contemporánea.
'Los últimos de Filipinas'
Ocupando los solares de Molina Lario y de Cortina del Muelle sobre los que se levantó el Málaga Palacio, tenía su taller y almacén Muebles Alonso. Este comercio fue fundado en 1879 por el camerano Pedro Alonso García, que fue alcalde de Málaga en 1872 y 1874. Muebles Alonso tenía su tienda en la calle Santa María esquina a Sánchez Pastor y sus talleres primitivos estuvieron ubicados en la calle San Agustín, en los bajos del Palacio de Buenavista, hoy Museo Picasso. Desde allí se trasladaron en 1894 a la calle Molina Lario.
Los talleres de Muebles Alonso abarcaban un extenso solar de 2.000 m2 de superficie. Estos daban de comer a las familias de sus treinta empleados y a las de sus dos propietarios, Juan y Pedro Luis Alonso Jiménez, que tenían doce hijos cada uno. De ahí la resistencia a abandonar el inmenso recinto. Finalmente se quedaron en una pequeña parte del local en la misma calle Molina Lario, donde más tarde estuvo la terminal de Iberia. Por esto fueron conocidos popularmente en Málaga como «los últimos de Filipinas».
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