Tres policías heridos y una detenida en otra fiesta privada en una vivienda en El Palo

La intervención se produjo hace unos días, poco después de medianoche. La sala del 092 recibió una llamada por ruido y envió un par de patrullas para comprobar lo que estaba pasado. Al llegar, los funcionarios encontraron a una joven muy nerviosa que se estaba enfrentando a una vecina.

Los policías locales empezaron por separarlas. La chica, que tenía los ojos irritados y medio cerrados, habría llegado a insultar y amenazar a la vecina, por lo que se la llevaron a otro lugar para calmar los ánimos. Pese a ello, seguía gritando y se mostraba cada vez más alterada, según las fuentes consultadas.

Mientras trataban de poner paz en la situación, la joven observó a otra vecina en la acera de enfrente y, creyendo que era otra de las personas que había llamado por el ruido, comenzó a insultarla y a dirigirse a ella con agresividad. Los policías tuvieron que frenarla, pese a su resistencia.

La chica siguió gritando a las vecinas y, presuntamente, golpeó a uno de los funcionarios, al que propinó un fuerte golpe con el hombro en la cara, hasta el punto de ocasionarle una contusión que requirió de asistencia médica en un centro de salud.

A la vista de la agresión, los compañeros de agente fueron a detenerla por un presunto delito de atentado a la autoridad. La mujer ofreció fuerte resistencia y les causó arañazos y erosiones a ambos, que también tuvieron que ser asistidos en un ambulatorio.

Tampoco se calmó tras su arresto. Al parecer, mientras la introducían en el coche patrulla, la chica empujó a los agentes. Posteriormente, en el centro de salud, presuntamente amenazó a la doctora con darle un puñetazo si no la curaba.

Su estado de agresividad y nerviosismo era tal que los policías locales tuvieron que utilizar gel pimienta -que está incluido en su dotación de defensa- para que cesara en su actitud, ya que dentro del coche patrulla había seguido golpeando los cristales con las esposas.

El caso ocurrió casi en paralelo a otra intervención de la Policía Local en un chalé de Pinares de San Antón, adonde las patrullas acudieron por una fiesta privada que molestaba a los vecinos por el ruido. En esa actuación hubo seis funcionarios asistidos en un centro de salud y tres detenidos.

El asunto se resolvió en un juicio rápido, donde los tres investigados reconocieron los hechos y se conformaron con las penas solicitadas por la Fiscalía de Málaga, lo que les supuso una rebaja consideraba de la condena, que se quedó en una multa económica (3.000 euros entre todos).