Así era la trama en la que implican a dos policías de Málaga: casas de citas, víctimas de trata y una menor
Una operación policial se saldó con la liberación de 14 mujeres, entre ellas la adolescente, y la detención de 27 personas por su presunta participación en la red de explotación sexual
Pisos convertidos en burdeles, consumo forzado de drogas y mujeres obligadas a ejercer la prostitución en condiciones extremas. Entre ellas, presuntamente, una menor de edad. ... Así es la causa judicial por la que actualmente hay cerca de una treintena de personas investigadas, entre ellas dos policías locales de Málaga.
Se trata de un procedimiento «muy voluminoso» que ha recaído en el Juzgado de Instrucción número 3 y que todavía está en fase de diligencias previas. De las 27 personas que fueron detenidas solo dos permanecen de momento en prisión, los supuestos cabecillas de la trama, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). El resto quedó en libertad provisional.
Esta causa investiga la presunta participación en delitos –cada encausado por delitos propios y otros atribuibles a casi todos los sospechosos– como corrupción de menores, prostitución y explotación sexual, contra la salud pública o pertenencia a grupo criminal, entre otros.
De momento no han trascendido los hechos por los que están investigando a los agentes, quienes continúan trabajando, aunque se procedió a la apertura de expedientes disciplinarios que están a la espera del desarrollo de las resoluciones judiciales.
La Policía Nacional, en el marco de la 'operación Calvo', actuó de forma decisiva para desarticular la trama y liberar a 14 víctimas de trata, siendo una de ellas menor de edad. Precisamente, la madre y el novio de la adolescente también fueron arrestados durante el operativo.
Las pesquisas de los agentes del Grupo III de la UCRIF apuntaban a que el compañero sentimental de la menor presuntamente participó en el «transporte, explotación y control del ejercicio de la prostitución».
La madre, por otra parte, también sería «cómplice» de esa situación y habría promovido que su hija se prostituyera. Según concluyeron los policías, habían recabado indicios suficientes de que incluso habría llegado a publicitar los servicios sexuales de la menor para la captación de clientes.
Perfiles vulnerables
La investigación policial, asumida por los agentes del Grupo III de la UCRIF dio comienzo en junio de 2020, cuando la policía detectó la existencia de una casa de citas localizada en Teatinos. Este domicilio era, a todos los efectos, un burdel. Y una especie de prisión para varias mujeres que eran supuestamente explotadas sexualmente sin descanso y bajo coacciones, además de ser forzadas a consumir drogas para soportar las largas jornadas de trabajo.
Según concluyeron los investigadores del caso, los proxenetas se aprovechaban de víctimas que tenían un perfil especialmente vulnerable para captarlas en la red de prostitución. Principalmente, se fijaban en mujeres extranjeras y que estaban en territorio español en situación administrativa irregular.
Por otro lado, la casa de citas también servía como escenario desde el que se facilitaban fármacos y estupefacientes a los puteros que acudían a contratar los servicios sexuales, quienes además en la mayoría de los casos acababan siendo estafados por los miembros de la trama al recibir cargos fraudulentos o no autorizados en sus cuentas bancarias.
La primera de la 'operación Calvo' se saldó con la detención de 14 personas, entre ellas el cabecilla de la organización criminal, y con la liberación de cinco mujeres víctimas de explotación sexual en estas casas de citas. Pero a mediados de 2021 se reactivó la investigación. Una intervención en la calle puso a los agentes de nuevo tras la pista de la banda, ya que se sospechó de la posible prostitución de una menor de edad.
Tras varias indagaciones, los policías determinaron que el grupo que fue desarticulado en la primera fase del operativo habría vuelto a reorganizase para continuar lucrándose de forma ilícita a través de la prostitución de mujeres.
Reestructuración
Al parecer, el líder del grupo criminal, después de conseguir la libertad provisional, regresó a las andadas, para lo que optó supuestamente por reestructurar la trama y fichar a nuevos integrantes, además de ampliar los tipos delictivos a los que se dedicaba, concretamente, a la corrupción de menores.
De hecho, los investigadores determinaron que fue el cabecilla el que habría conseguido que la madre de la menor y su pareja sentimental consintieran y favorecieran la prostitución de la adolescente.
Tras abrir varias líneas de investigación policial, los agentes identificación a los nuevos miembros y colaboradores, que presuntamente llevaban a cabo las labores de traslado y recogida de las víctimas en servicios a domicilio, así como la supervisión y control del ejercicio de la prostitución.
También consiguieron ubicar en las zonas de Teatinos y del Centro de Málaga los nuevos domicilios donde se ejercía dicha práctica delictual.
Por todo ello, se acabó llevando a cabo la entrada y registro en estas nuevas casas de citas, completando así la operación con el arresto de 13 personas más en esta segunda fase, la liberación de nueve mujeres –entre ellas la menor– y la intervención de numerosas sustancias estupefacientes, útiles para la dispensación de las mismas, 8.720 euros en efectivo y armas (concretamente, un machete, una pistola simulada y una táser).
Finalmente, la 'operación Calvo' se saldó con 27 detenidos en las dos fases, a los que se les acusa de delitos relativos a la prostitución y a la explotación sexual, contra la salud pública, usurpación de funciones públicas, coacciones y tenencia ilícita de armas. El Juzgado de Instrucción número 3 de Málaga decretó en ingreso en prisión de los principales miembros de la banda, entre ellos el cabecilla.
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