Síndrome del bebé zarandeado: la policía detecta un aumento de casos de menores con lesiones graves
Médicos y agentes advierten del peligro que supone para los recién nacidos una sacudida brusca, mientras que la Fiscalía investiga a varios padres por maltrato infantil
Se le conoce como síndrome del bebé zarandeado, o también del bebé sacudido o agitado, y es un tipo de maltrato infantil que causa gravísimas ... lesiones a recién nacidos. Incluso la muerte. Tanto la Policía Nacional como la Fiscalía han detectado en Málaga un aumento de estos casos e investigan a varios padres por su posible responsabilidad en las heridas o en las patologías -algunas para toda la vida- sufridas por sus hijos.
De hecho, según ha podido saber SUR a través de las distintas fuentes consultadas, sólo en la capital se ha registrado media docena de casos en lo que va de 2021, cuando en los años previos se producía uno o ninguno en los doce meses, lo que da una idea del incremento que ha sembrado la preocupación en el ámbito policial, judicial y sanitario.
La última de estas investigaciones se inició en septiembre, cuando un bebé de tres meses ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Materno con un cuadro compatibles con el síndrome del zarandeo, por lo que el centro sanitario activó el protocolo ante casos sospechosos de maltrato infantil.
Los agentes del Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional, especializados en este tipo de casos, indagaron en las circunstancias del suceso y en el entorno familiar del crío. A la vista del informe médico, y ante la imposibilidad de atribuir la responsabilidad directamente a uno de ellos, investigaron a los padres.
No obstante, los progenitores quedaron en libertad con cargos mientras prosigue la instrucción judicial. Negaron haber zarandeado al bebé y aludieron a que las lesiones se podrían haber producido por los fórceps que hubo que utilizar en el parto, algo que, según las fuentes consultadas, no parece en principio compatible con el cuadro que presenta el pequeño, si bien el caso aún está bajo investigación.
«Estamos preocupados porque este tipo de situaciones son cada vez más frecuentes. Es importante que los padres sean conscientes de la fragilidad del cerebro de sus bebés y que conozcan las gravísimas consecuencias que puede tener para su salud e incluso su vida si en un momento determinado pierden los nervios (ante por ejemplo un llanto desconsolado) y lo zarandean bruscamente», recalcan en la Fiscalía de Menores de Málaga.
Movimiento brusco
La mecánica de producción del síndrome del bebé zarandeado la explica el pediatra Pedro Navarro, que es presidente del Colegio de Médicos de Málaga: «Ocurre cuando coges al niño por las axilas y lo mueves bruscamente hacia delante y hacia atrás. Lo que sucede dentro de la cabeza del bebé es que la parte blanda, que es el cerebro, golpea sobre la dura, que es el cráneo, y se produce una rotura de vasos sanguíneos, lo que provoca una hemorragia».
El pediatra aclara que los vasos afectados tienen una disposición vertical y «es muy difícil que se rompan por otra causa»; además, suele producirse una hemorragia retiniana, que también es muy característica de este síndrome, que en realidad es una forma de maltrato infantil. «Ambos son signos claros», apostilla Navarro, «pero para confirmar el diagnóstico hay que hacerle al menor un TAC y un fondo de ojo».
El presidente del Colegio de Médicos advierte de que el maltrato es una posibilidad de diagnóstico en la que «tienes que pensar para poder detectarlo», lo que obliga al pediatra a «ver más allá» de las lesiones que tiene delante. Dicho de otro modo, si no lo buscas, no lo encuentras.
Respecto a las consecuencias del síndrome, el representante de los galenos malagueños afirma que depende de la intensidad y de la gravedad de la hemorragia, que puede desembocar en el coma. Otras fuentes consultadas indicaron que en el 20% de los casos el síndrome llega a ocasionar la muerte del bebé y en el 80% restante, patologías muy graves, como ceguera, sordera, lesiones en la médula espinal, trastorno motor severo o incacidades en el habla o en el aprendizaje, entre otras.
Además de llamar a la implicación de los pediatras en su detección, Pedro Navarro destacó el papel de la sociedad, la colaboración ciudadana, para poner en conocimiento de las autoridades cualquier sospecha de maltrato infantil.
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