«Me quedé helado al ver que se subía al taxi armado hasta los dientes, iba a por todas»
El detenido portaba dos escopetas y amenazaba con matar a policías porque la grúa se había llevado su coche, mientras el taxista intentaba calmarle para que desistiera de sus planes
Mario (nombre ficticio) lleva más de quince años trabajando como taxista. A pesar de todas las anécdotas vividas en este tiempo a bordo de su ... vehículo, ninguna se asemeja a la que le tocó vivir este lunes: «Eso ya fue de otro nivel, completamente de película», cuenta. Todo empezó cuando recogió a un hombre en un restaurante. Al parecer, este no dejaba de repetir que iba a «matar a los policías» porque la grúa se había llevado su coche.
«Iba todo indignado, pero en ningún momento me lo tomé en serio... Estamos acostumbrados a escuchar a personas muy enfadadas diciendo que van a hacer muchas cosas y luego se quedan en nada», asegura el taxista. No obstante, las alarmas le saltaron por completo al cabo de un rato, después de que hicieran una primera parada en la vivienda del hombre.
Mario se quedó esperando en el vehículo, tal y como le había pedido el pasajero. A los minutos, el mismo individuo salió de la vivienda portando dos escopetas y con una mochila cargada de munición. «Me quedé helado al ver que iba armado hasta los dientes, ahí me di cuenta de que iba a por todas y de que sus intenciones podían ser reales», relata el taxista.
El conductor, completamente en shock, pensó en marcharse a toda velocidad en el turismo, pero temía que el hombre pudiera dispararle o atacar a otra persona con las armas, así que dejó que se subiera a su taxi con la esperanza de que se calmara por el camino. «Piense bien las cosas, que se pueden solucionar», le pedía. Pero el pasajero estaba completamente obcecado, dice: «Parecía que iba enajenado y se quería llevar por delante a todo el que fuera policía».
Según cuenta el conductor, el individuo le aseguró en todo momento que no iba a actuar contra él. De hecho, el taxista llamó a la central en su presencia para avisar de que llevaba un hombre armado y que iban hacia la Jefatura, comunicando así las intenciones del pasajero. Esa llamada fue lo que puso en alerta a la policía, que estableció un importante dispositivo para dar arresto al viajero.
Solo hubo un momento en que Mario pensó que podría ocurrirle algo malo si no obedecía a lo que le indicaba el sospechoso, que fue cuando trató de convencerle para dar la vuelta y que desistiera de sus planes. «Ahí le cambió el chip y el tono, me dijo que como me diera la vuelta iba a ser yo quien cobrase», sostiene el conductor, ante lo que no le quedó más remedio que continuar con la carrera.
Afortunadamente, su aviso dio lugar a un despliegue de efectivos de la Policía Local, que estaban preparados para intervenir y detener al sospechoso. «Eso ya fue de película de Hollywood, no había visto a tantos agentes juntos en mi vida», recuerda el taxista. En cuanto los funcionarios rodearon el automóvil, explica, él frenó en seco y salió del taxi. Los policías actuaron con precisión para retirar al individuo las escopetas, tras lo que lo sacaron del coche y procedieron a su detención.
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