Mata a su padre de 89 años a puñaladas mientras dormía para robarle el dinero de la caja fuerte

Así se expone en la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Málaga, a la que SUR ha tenido acceso. Sucedió entre las 21.57 del día 2 y las 1.18 horas del 3 de agosto de 2021. Aquella noche, tal y como ha reconocido el procesado, actuó «guiado por el ánimo de enriquecimiento y con la firme intención de acabar con la vida» de su padre.

Así, el acusado agarró un cuchillo de la cocina y fue al dormitorio de la víctima. Según la resolución, aprovechó que su progenitor dormía y su superioridad física para asestar al anciano un total de once puñaladas, lo que provocó su muerte de forma casi inmediata. El perjudicado no tuvo posibilidad efectiva de defenderse.

A continuación, el procesado cogió del cuello de su padre una cadena dorada en la que portaba varios colgantes y la llave de la caja fuerte, que se encontraba en el salón del domicilio, para robar 5.000 euros que el fallecido había sacado del banco unos días antes. Antes de huir con el dinero, dejó el arma homicida clavada en una mesita de noche.

La intención del encausado, de acuerdo con la sentencia, era huir a Holanda. No obstante, fue detenido tres días después del crimen por la Policía Nacional, que lo localizó en una vivienda en la que se ocultó tras el asesinato de su padre. Los agentes le encontraron en posesión de 2.250 euros, que pertenecían al dinero robado.

El caso iba a ser enjuiciado por un jurado popular a partir del día 27 de noviembre. No obstante, el procesado reconoció los hechos ante la Audiencia Provincial de Málaga y llegó así a un acuerdo de conformidad, de modo que ya no es necesaria la celebración de la vista. El hombre ha sido condenado a 23 años de prisión tras confesar su culpabilidad.

De acuerdo con el fallo, tendrá que cumplir esa pena como autor de un delito de asesinato hiperagravado, en el que concurre la agravante de parentesco en concurso medial con un robo con fuerza en casa habitada y medio peligroso.

Además, se le ha impuesto el pago de 50.000 euros a cada uno de sus cinco hermanos como indemnización por el daño moral ocasionado al matar a su padre.