El presunto yihadista de Nuevo San Andrés, un recluta que llegó a miles de seguidores en TikTok
El investigado por terrorismo, de 45 años, llegó a crear 16 cuentas en esta red social en la que difundía vídeos de atentados suicidas o enaltecía a figuras del DAESH
Llegó a crear hasta 16 cuentas en TikTok que la propia red social le iba cerrando por el carácter del contenido que difundía: desde archivos ... en los que enaltecía a figuras del DAESH hasta vídeos en los que incitaba los atentados suicidas y la violencia terrorista. Entre otros, de acuerdo con el Instituto Armado, de atentados como el perpetrado el pasado 22 de marzo en una sala de conciertos de Moscú, en el que más de 140 víctimas perdieron la vida y cientos de personas resultaron heridas.
Mohamed M., de 45 años, origen marroquí y afincado en el barrio malagueño de Nuevo San Andrés, llevaba supuestamente una doble vida. En apariencia, era una persona normal, que acudía a su trabajo y que seguía una rutina tranquila. Sin embargo, de acuerdo con la investigación, se encontraba inmerso en un profundo proceso de radicalización. Tanto que, de acuerdo con el Instituto Armado, se consideraba «un auténtico muyahidín virtual» que promovía la yihad a través de la palabra.
Para ello, el investigado supuestamente recurría a TikTok, la red social por excelencia entre la juventud, y a la mensajería instantánea encriptada, a través de la que presuntamente adoctrinaba en favor de las tesis yihadistas. Para ello administraba directos y distintos canales cuyo único objetivo sería la difusión de contenidos yihadistas auto editados de aparatos de propaganda oficial del DAESH. Sus consignas, apuntan los investigadores, llegaron a miles de seguidores a través de Internet.
De acuerdo con la Guardia Civil, Mohamed M. contaba con experiencia en la estrategia mediática descentralizada de la organización terrorista, y recurría a más de 20 software de edición especializada para maquetar los contenidos que luego difundía a través de sus redes sociales.
Muchas de sus publicaciones terminaban siendo virales. Supuestamente, propagaba desde archivos de reconocidas figuras ideológicas y dogmáticas del DAESH, como Abu Ali al-Anbari, quien desempeñó un rol importante en la estructura militar de la organización, hasta contenidos incitadores a la violencia como los atentados suicidas del DAESH en zonas de conflicto o los ataques terroristas como los cometidos en Moscú.
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