«Ponme un diana doble», la clave de un bar de Fuengirola para que las mujeres pidan ayuda

Carolina Perry y Mark Vernon son los propietarios del establecimiento, que se encuentra ubicado en la zona del Carvajal, en el paseo marítimo de Fuengirola. Llegaron hace 20 años a la localidad costasoleña desde Londres, donde se conocieron, y decidieron trasladarse a España para montar el Elements.

Una de las escaleras de acceso al negocio ya muestra que allí dentro se cuece otra cosa. Cada uno de los 15 peldaños que lo separan de la calle incorpora un mensaje, en los que se invita a la paz, al respeto, al amor y a la diversidad, entre otros aspectos.

No es un negocio al uso. El reggaeton no suena en los altavoces del negocio, donde la música alternativa ambienta las noches de su clientela, que suele ser en su gran mayoría local. En sus paredes se proyectan clásicos de Tarantino y cuelgan carteles de diversos artistas.

«Cuando llegamos a Fuengirola decidimos hacer algo diferente, por ejemplo, fuimos de los primeros en poner un sofá dentro del establecimiento. Es un local relajado», explica Carolina. Ese es el espíritu del Elements, el bar que ofrece el diana doble.

¿Te sientes acosada?

Se trata de una clave para pedir ayuda. Su funcionamiento se explica muy bien en el cartel enmarcado que el negocio tiene instalado en el baño de mujeres. ¿Incómoda? ¿Te sientes acosada o en peligro? ¿Tu cita no va como esperabas? Son las preguntas con las que se capta la atención de las chicas.

Si la respuesta es afirmativa, el siguiente paso es acercarse al personal del local y pedirle un diana doble. Esa es la clave con la que recibirá ayuda. «Recuerda que no estás sola», se precisa.

Como si se tratara de una copa, lo que en realidad oculta es una clave de auxilio que tiene tres niveles. Está el diana doble solo, que significa que la mujer necesita que la acompañen a su coche para salir sana y salva del lugar; el que es para llevar, por el que se requiere pedir un taxi seguro de inmediato; o el de tipo azul, en el que se indica que es necesario llamar a la policía.

La idea de colgar el mensaje en el baño la propuso una camarera. «Llegó con un cartel que había visto y pensamos que sería una buena idea tenerlo en el aseo de chicas», recuerda Carolina.

Pese a ello, han tenido que reponer el cartel en diversas ocasiones. Cuenta que, cuatro o cinco veces, se han encontrado con el papel hecho trizas en el suelo o que, simplemente, había desaparecido: «No sé a quien se le pasa por la cabeza quitar ese mensaje. Ahora lo hemos puesto más difícil y, ante estas situaciones, decidimos enmarcarlo y atornillarlo en el baño».

Pese a que la misiva se encuentra en el negocio desde hace ya tres años, Carolina insiste en que ninguna chica ha pedido nunca un diana doble. «Lo cierto es que todo el personal está muy atento a este tipo de situaciones y, si notamos algo raro, enseguida actuamos», precisa.

Además, insiste en la importancia de tener este tipo de iniciativas, ya que «muchos suelen mirar para otro lado cuando se dan estos comportamientos»: «El otro día estaba en una cafetería y había una chica sola en una mesa. Estaba triste y llegó un chico que empezó a hablarle mal y fuerte en un idioma que yo no controlaba. Ella se fue haciendo cada vez más chiquitita, pero nadie la ayudó. Ni los camareros, ni los que pasaban por allí. Fui la única que estuve pendiente y que, cuando él se despistó un segundo, le hice una señal con la mano por si todo estaba bien».

Repercusión en redes

El cartel del Elements se ha hecho viral estos últimos días después de un mensaje que publicó una de sus clientas en Twitter. En el tuit, la chica cuenta que ha acudido al local a tomarse algo con unos amigos y su novio y que al ir al baño se había encontrado con el cartel.

La joven incluye una foto del mensaje y asegura que es «una maravilla». En solo unas horas, el mensaje tuvo un gran impacto. Cuenta con más de un millar de comentarios, 21.000 retuits y 82.000 me gusta.

Pero lo cierto es que esta iniciativa no es una novedad. La historia de esta medida se remonta a Reino Unido. Allí, a finales de 2016, se puso en marcha la campaña #NoMore. Dentro de ella, comenzaron a colocarse carteles en el baño de mujeres en los que se les sugería que, si se sentían inseguras, incómodas o acosadas por otros clientes, podían ir a la barra y preguntar por Ángela. Esa era la clave para pedir ayuda al personal del local.

En otros puntos del globo también se han dado iniciativas de este tipo. Por ejemplo, en Méjico, en 2018, se instauró el método del diana doble. Aunque en Málaga no se ve mucho, lo que está claro es que esta «copa» podría ayudar a muchas mujeres a salir de una situación de acoso o peligro.