Perfil de un policía suicida: un hombre mayor de 40 años que vive un infierno en su vida personal y laboral
Estos casos se han convertido en un mal endémico para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que piden unificar los protocolos de acción para trabajar con los agentes
Es una realidad dramática. Un mal endémico que no cesa y que se ceba con los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Los ... policías que se suicidan suelen responder a un mismo perfil: un hombre de más de 40 años de edad, que se encuentra inmerso en un verdadero infierno tanto en su vida personal como en la laboral.
Es uno de los datos que se han puesto sobre la mesa este martes 30 de noviembre en Torremolinos. En concreto, en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, donde se ha celebrado la jornada 'Cuidar a quienes nos cuidan: la prevención del suicidio en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad', que ha estado organizada por el Sindicato Independiente de Policía de Andalucía (Sip-An) junto con Predepol - Zero Suicidio Policial.
En el acto de apertura, el máximo representante de Sip-An, Manuel Troyano, ha recordado los nombres de sus cuatro compañeros de la Policía Local de Málaga que se han suicidado a lo largo de los últimos años. «Los casos de Francisco, Antonio, Ana y Marcos me sensibilizaron ante este problema», ha señalado.
También una encuesta que realizó por todos los cuerpos de policías locales de Andalucía con motivo de la jubilación anticipada. Quería ver la situación de sus compañeros y así descubrió que la mitad de ellos tenía problemas de sueño, que el 23 por ciento padecían ansiedad y que el 15 por ciento habían tomado antidepresivos.
Los datos
Los datos muestran la entidad de la situación. La tasa de suicidios en España es de once casos por cada 100.000 habitantes, una cifra ampliamente superada en el caso, por ejemplo, de la Policía Nacional. Solo en este Cuerpo, con 65.000 efectivos, hubo once suicidios en 2020, lo que sitúa la tasa en 16,92 por cada 100.000.
Casimiro Villegas, presidente de Predepol, ha afirmado que no hay un registro oficial de policías que se suicidan, por lo que deben llevar una estadística en función de los casos que se conocen a través de los compañeros. Aun así, las cifras son espeluznantes, solo el año pasado se registraron 31 suicidios de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El responsable de Predepol encuentra la explicación a esta alta incidencia de suicidios entre los policías en la propia definición que hace de la función de estos agentes: «Es una profesión de riesgo sometida a presión con altas cargas de estrés».
Casimiro, que es policía local jubilado por discapacidad, ha insistido en que sus compañeros se juegan cada día la vida en la calle. Además de ello, ha precisado que los agentes «desempeñan su trabajo en el que quizás sea el peor momento de la vida de otra persona».
El portavoz de Sip-An ha contado que sus compañeros sufren constantemente agresiones tanto físicas como verbales. «Te pones una coraza para parecer más fuerte, pero ese sufrimiento se lleva por dentro», ha concretado.
Depresión y ansiedad
Aparecen entonces aspectos como la depresión o la ansiedad. Asimismo, el agente ha expuesto que hay dos enfermedades en el ámbito de la salud mental que se repiten mucho entre sus compañeros: el trastorno de estrés postraumático y el estrés cronificado.
El ponente precisa que los policías que acaban suicidándose están viviendo un «verdadero infierno». La gran mayoría son hombres de más de 40 años, que han superado el ecuador de su carrera, que sufren discriminación, desconsideraciones o acoso en el plano laboral, mientras que en el familiar suelen estar inmersos en procesos de separación, divorcios o, incluso, sufriendo agresiones en casa.
A diferencia de la gran mayoría de los ciudadanos, los policías tienen acceso a un arma. De hecho, en muchos de los casos es el medio que usan para acabar con su vida. Pero Casimiro ha insistido en que la pistola es un elemento que facilita las ideas suicidas o su ejecución, pero que la causa es otra.
Por todo ello, el responsable de Predepol ha insistido en la necesidad de avanzar en la prevención de suicidios entre los agentes. «Hay que hacer un trabajo de autoportección emocional, además de unificar los protocolos que se han creado y establecer controles como, por ejemplo, someter a los agentes anualmente a un examen psicofísico», ha apuntado.
Ha pedido la colaboración de todos. También de los compañeros, que pueden detectar algunas señales de alerta. Por ejemplo, la impuntualidad a la hora de llegar al trabajo, la dejadez en el aseo personal o que comience a hablar sobre la muerte o a regalar efectos personales a sus amigos son algunas de ellas. Cada detalle cuenta.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión