Caso Pablo Podadera: el Supremo confirma la pena de 15 años para los dos acusados de asesinar al joven a golpes en el Centro
El Tribunal Supremo ha desestimado cada uno de los motivos apelados por los procesados en sus respectivos recursos y mantiene que lo atacaron con violencia y alevosía
El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 15 años de prisión para los dos hombres condenados por el asesinato de Pablo Podadera, el joven ... al que mataron a golpes por mediar en una pelea en el Centro. Sucedió en la madrugada del 22 de abril de 2017, cuando la víctima sufrió una paliza en un callejón cerca de la discoteca Theatro, a la que había entrado antes para festejar su 22 cumpleaños junto a varios amigos.
Sobre las 4:35 horas, abandonó el local y observó una discusión en la que estaban involucrados los dos procesados. El chico se acercó con la intención de apaciguar la situación, sin imaginar que eso le acabaría costando la vida. En cuanto se dio la vuelta para alejarse, uno de los encausados le dio dos fuertes puñetazos en la cabeza de manera sorpresiva. Ahí empezó la paliza.
Instantes después, Pablo recibió un violento derechazo, esta vez del segundo procesado, con tal fuerza que la víctima cayó al suelo de rodillas, donde continuó recibiendo puñetazos del primero. Ya en el suelo, siguieron los golpes, que en su mayoría fueron a la cabeza.
Los dos encausados fueron condenados en el segundo juicio -el TSJA mandó repetir el primero- por este caso. Como se exponía en el relato de hechos probados para el tribunal del jurado, que los declaró culpables, todos los golpes que Pablo recibió fueron «muy fuertes y violentos». Él no pudo hacer nada para defenderse.
El chico fue trasladado en ambulancia al Hospital Clínico, pero no sobrevivió a la brutal paliza, que lo llevó a una muerte encefálica. Su fallecimiento fue certificado a las 13.00 horas del día siguiente, después de que se autorizase la donación de sus órganos.
En la sentencia se expone que, si bien los acusados «no buscaron dar muerte» a Pablo, al que no conocían de nada, dada la violencia, envergadura y fuerza de los golpes que le dieron y que se dirigieron en su mayoría a la cabeza, sabían que el resultado podía ser fatal -como lo fue-, y pese a ello «asumieron dicha posibilidad por resultarles indiferente».
Estos hechos ya habían sido confirmados por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que ratificó la condena de la Audiencia Provincial de Málaga en lo que respecta a los dos acusados de asesinato. No sucedió lo mismo con otros dos varones a los que habían declarado culpables de encubrimiento, que quedaron absueltos.
La última palabra en este caso la ha tomado el Tribunal Supremo tras recibir los recursos de casación que las defensas de los dos encausados presentaron tras el fallo del Alto Tribunal Andaluz. Entre otros motivos, los letrados planteaban que no hubo alevosía por parte de los procesados, puesto que existía previamente una «situación de contienda».
Un punto que ha quedado desestimado, como el resto, al entender los magistrados que en el vídeo se aprecia perfectamente cómo Pablo fue atacado de manera sorpresiva, sin que de ningún modo esperase ser agredido por uno de los autores del asesinato, con quien ni siquiera se había llegado a encarar.
En este sentido, incide en que, después de que el joven se dispusiera a marcharse, el hombre que inició la paliza tuvo tiempo de decidir desde dónde y cómo propinó el puñetazo aprovechando que la víctima no estaba pendiente de él.
«La decisiva superioridad interviniendo dos personas en el ataque, junto con el factor sorpresa, elevan la potencialidad lesiva y disminuyen la capacidad de defensa, base todo ello de la alevosía», zanja al respecto el Supremo.
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