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La Policía Nacional investiga otra muerte tras ingesta de droga en Fuengirola. Se trata de una joven de 20 años y de nacionalidad finlandesa que acababa de llegar a la Costa del Sol para pasar unos días de vacaciones junto a su novio, que fue evacuado en estado crítico al hospital. De hecho, el chico, de 24 años, pasó cinco días en coma y, aunque ya ha salido de esa situación de extrema gravedad, continúa hospitalizado.
La pareja llegó al aeropuerto de la capital malagueña el sábado y se dirigió a la zona de Los Pacos, en Fuengirola, donde la madre de ella tiene una casa. Se alojaron allí y ya el primer día salieron de marcha. También el domingo. Estuvieron, según las pesquisas, en la zona del paseo marítimo. Llegaron tarde y se acostaron.
Según ha podido saber SUR, la madre de la joven escuchó desde su habitación una respiración extraña y unos ronquidos muy fuertes que llamaron su atención. La mujer entró en el cuarto y comprobó que los dos estaban inconscientes. Al ver que no reaccionaban, avisó inmediatamente a los servicios de emergencias.
Los sanitarios acudieron al domicilio sobre la una de la tarde del lunes. Trataron de reanimar a la joven, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Sí lograron que él «remontara», como se dice en el argot médico. Lo evacuaron en estado muy grave al Hospital Costa del Sol, donde ingresó directamente en la unidad de cuidados intensivos. Tras cinco días en coma, el viernes pasado recuperó la consciencia.
En la inspección ocular de la habitación que ambos ocupaban se hallaron sustancias estupefacientes. La autopsia a la joven –aún no está el informe definitivo– y las analíticas realizadas en el hospital a su novio han revelado un consumo de distintos tipos de drogas, lo que se presume que pudo provocar el óbito de la joven.
Un mes antes, concretamente el 16 de agosto, un chico de 19 años falleció en el Hospital Costa del Sol tras ingerir éxtasis que, presuntamente, le vendió un camarero de un bar de copas de la zona de paseo marítimo de Fuengirola.
Tras la muerte del joven, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría fuengiroleña abrió una investigación que desembocó, en primer lugar, en la detención del camarero, que llegó a ingresar en prisión, aunque el pasado 8 de septiembre quedó en libertad tras abonar una fianza de 3.000 euros. Posteriormente, fueron arrestados otros dos hombres que, al parecer, habrían puesto en circulación esas pastillas. También quedaron en libertad con cargos.
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