Mata al perro de su madre tras arrojarlo desde una undécima planta en Málaga

Los hechos sucedieron sobre las ocho de la tarde del jueves 14 de septiembre. Un vecino telefoneó a la sala del 092 para alertar a la Policía Local de que un perro había caído al vacío desde el ático por el ojo patio del bloque.

Cuando llegó la primera patrulla, los agentes comprobaron que el animal estaba muerto. Y además, por las distintas manifestaciones de vecinos del edificio, el can no había caído accidentalmente, sino que habría sido lanzado por el hombre que lo cuidaba.

Los funcionarios se entrevistaron con varios residentes del bloque, quienes señalaron que este vecino había estado arrojando objetos peligrosos los días anteriores desde su vivienda al ojo patio, lo que obligó a que la policía interviniera en varias ocasiones.

Según las pesquisas policiales, el hombre habría lanzado deliberadamente al can desde su vivienda, ocasionándole la muerte, de ahí que el Gruprona abriese diligencias por un posible delito de maltrato animal.

Los investigadores localizaron a la propietaria del perro, que resultó ser la madre del sospechoso. La mujer contó a los agentes que tenía muchos problemas con su hijo que impedían la convivencia, por lo que dejó de vivir con él, pero el animal se quedó a su cargo.

Los agentes encontraron nuevos indicios de que el hombre había arrojado intencionadamente al perro, por lo que llamaron a la puerta de la vivienda para entrevistarse con él y que explicara qué había sucedido.

Sin embargo, en esa primera intervención, la patrulla no pudo localizar al sospechoso, al que también investiga la Policía Nacional por los problemas de convivencia con su madre, lo que habría servido de detonante del posible delito de maltrato animal.

Tras la última reforma del Código Penal, que entró en vigor la pasada primavera, el delito de maltrato animal se castiga con penas de prisión de tres a 18 meses de cárcel o multa de 6 a 12 meses, además de con la pena de inhabilitación especial de 1 a 3 años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales. Si se le causa la muerte, la pena se eleva a 24 meses de cárcel.