Málaga es la provincia andaluza con más denuncias por desapariciones y fugas, con dos al día
La mayoría son marchas voluntarias, que se resuelven favorablemente, y un 19% son personas reincidentes
Se llama Alejandro Navarro, es natural de Ronda y desde el 3 de mayo del año pasado su familia no tiene noticias sobre su paradero. Aunque no pierden la esperanza de reencontrarse con él, los días pesan, del mismo modo que lo hacen para los allegados de las otras 16 personas que permanecen actualmente desaparecidas en la provincia. En 2024, los cuarteles y comisarías de la provincia registraron dos denuncias al día por desaparición, ascendiendo la cifra a 722 al cierre del ejercicio, colocándose en el pódium andaluz (por detrás, Sevilla con 695 y Cádiz con 656). Si bien, desde la Comisaría Provincial de Policía Nacional aseguran que «son determinantes las marchas voluntarias, sin participación de terceros» y que la mayoría cesan favorablemente.
El cómputo del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) -que recoge los datos contabilizados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- expone un aumento del 10,91% de estas denuncias en el lapso de un año; misma tendencia alcista que se observa en el conjunto nacional, donde el incremento es del 6%, registrando hasta tres desapariciones a la hora, lo que suma un total de 26.345 denuncias frente a las 24.848 de 2023, aunque en este punto sí se especifica que el 62,28% fueron voluntarias.
Asimismo, en los informes anuales anteriores se observaba un patrón en cuanto a la proporción de hombres y mujeres, siendo habitualmente del 60% hombres y 40% mujeres, que en 2024 se mantiene. El porcentaje de denuncias correspondientes a varones se sitúa en el 67,04% y el de mujeres en el 32,96%. Respecto al factor edad y sexo, se pone de manifiesto que en los hombres la tasa aumenta cuando son mayores de edad, con un 64,26%; si bien, en el caso de la mujeres está bastante igualado con respecto a las menores, que representan el 43,7%.
Aunque resulta previsible que la provincia malagueña alcance uno de los primeros puestos en materia de denuncias a nivel regional al tratarse de la segunda más poblada (con 1.774.701 habitantes, de acuerdo con la cifra más reciente del Instituto Nacional de Estadística), los datos publicados por el CNDES revelan una considerable tasa de reincidencia: del total de denuncias registradas, al 19,25% se le perdió la pista más de una vez en 2024. O, lo que es lo mismo, un total de 583 personas desaparecieron o se fugaron el año pasado y, de estas, 139 más lo hicieron más de una vez.
Aunque resulta previsible que la provincia malagueña alcance uno de los primeros puestos en materia de denuncias a nivel regional al tratarse de la segunda más poblada (con 1.774.701 habitantes, de acuerdo con la cifra más reciente del Instituto Nacional de Estadística), los datos publicados por el CNDES revelan una considerable tasa de reincidencia: del total de denuncias registradas, al 19,25% se le perdió la pista más de una vez en 2024. O, lo que es lo mismo, un total de 583 personas desaparecieron o se fugaron el año pasado y, de estas, 139 más lo hicieron más de una vez.
El índice de repetición se da con amplia diferencia en los adolescentes. El perfil predominante es varón (en el 69,06% de los casos) de edad comprendida entre los trece y los diecisiete años (46,04%) y nacionalidad española (74,82%). El de los no reincidentes, en cambio, se corresponde con un hombre (64,41 %) que oscila entre los 36 y los 64 años (36,94 %), también español (61,71%).
El presidente de SOS Desaparecidos (principal asociación española que da difusión a estos casos), Joaquín Amills, ha explicado a SUR que estas cifras se ven engrosadas por fugas voluntarias, en muchos casos, de menores en centros de protección, por lo que afirma haber solicitado al Gobierno una comisión multidisciplinar con el fin de abordar el asunto. Su propuesta es la siguiente: «Que quien quiera ausentarse y que su entorno no sepa nada pueda acudir a una comisaría. Así cuando su familia vaya a denunciar la desaparición aparezca en un registro de ausentes voluntarios». Con este sistema, defiende, el entorno del desaparecido «se queda tranquilo» y «no se movilizan recursos innecesarios».
Las primeras horas de búsqueda tras la denuncia son «clave»
Pues aquello de que la Policía no empieza a buscar hasta pasadas 24 horas no es más que «una leyenda urbana», confirma el delegado provincial de la entidad y agente local, Manuel Escalona. «Desde que se tiene constancia de que se ha perdido el rastro de alguien, la activación de la alerta se produce de forma inmediata y se movilizan desde ese momento todos los medios posibles», pues reconoce que «las primeras horas son vitales», más aún si se trata de casos inquietantes -en los que terceros podrían tener implicación o personas vulnerables, con enfermedades o las facultades mentales mermadas.
Actualmente, según el Centro Nacional de Desaparecidos, hay 17 denuncias activas. Entre ellos, Diego, Alejandro y Tin, que se encuentran en paradero desconocido desde el año pasado. El primero, de 64 años, fue visto por última vez el 17 julio en Fuengirola; del segundo, de 25 años y natural de Ronda, no se sabe nada desde el 4 de mayo, y el tercero, que necesita medicación, desapareció en Casares el 23 de marzo a los 37 años.
La angustia se remonta aún más para las familias de los dos amigos argentinos que el 27 de agosto salieron a hacer pádel surf en la playa de La Misericordia y nunca volvieron. Ambos, que eran amigos de toda la vida, habían planeado ver el amanecer mientras tomaban mate desde la tabla. Pero, nunca más se volvió a saber nada de ellos. Buena parte de las familias de Maximiliano (29) y Emmanuel (34) se trasladaron desde Mar del Plata (Argentina) a Málaga para estar pendientes de la búsqueda. Desde la mañana del 29 de agosto, tanto Salvamento Marítimo como Guardia Civil, con la colaboración de Cruz Roja o de los medios del plan Frontex, rastrearon sin descanso el mar de Alborán teniendo en cuenta la probable derrota que habrían seguido a tenor del viento y las corrientes. Pero, aquel dispositivo se vio suspendido el 11 de septiembre, lo que supuso un duro golpe para sus seres queridos.
El pasado marzo -el 9 del mes se recuerda a las personas desaparecidas sin causa aparente-, el ministro del Interior anunció varios proyectos en marcha relacionados con este asunto, como la creación de carteles oficiales sin los apellidos para preservar la dignidad de los desaparecidos, pero con fotografías más grandes y un código QR en el que se podría obtener información adicional sobre los casos. Una vez esclarecido el caso, las imágenes se borran en menos de 12 horas, detalló.
En esta línea, Grande-Marlaska comunicó que desde hace algunos meses los agentes que investigan desapariciones emplean otras técnicas como el rastreo de declaraciones de fallecimiento publicadas en el Boletín Oficial de Estado (BOE) o la búsqueda en archivos históricos.
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