Intenta darse a la fuga y lo interceptan con 120 botellas del gas de la risa en Mijas

Los hechos ocurrieron en la zona de Las Lagunas de Mijas, donde agentes de la Policía Local se encontraban realizando servicios de vigilancia. Fue entonces cuando vieron que el sospechoso, un joven de 25 años, al darse cuenta de su presencia, realizó una maniobra evasiva para no avanzar hacia donde estaban los funcionarios municipales.

Esta conducta llamó la atención de los policías, que decidieron ir tras él para averiguar el motivo de su huida. Una vez que lograron interceptar al conductor, le pidieron que se identificara y comprobaron que no tenía antecedentes policiales ni judiciales. No obstante, dado el nerviosismo que mostraba, decidieron inspeccionar el turismo.

Así, los policías municipales encontraron en la parte trasera del vehículo 120 botellas de gas de la risa, que fueron intervenidas. Según han precisado las fuentes a SUR, los agentes estaban al corriente de que esa noche se estaba celebrando una fiesta. Al parecer, el joven les reconoció que se dirigía a la misma para la venta de las botellas.

De ahí que los funcionarios iniciaran las correspondientes diligencias penales para abrir una investigación al conductor por un posible delito contra la salud pública. El sospechoso no fue detenido, siendo la autoridad instructora la que tendrá que determinar los hechos. Tanto las diligencias como las botellas pasaron a disposición de la Guardia Civil para que esclarezca los hechos.

El gas de la risa se ha convertido en una droga de moda en Europa, barata y popular entre los jóvenes, pero su consumo puede dar lugar a graves secuelas, como informa el Ministerio de Sanidad en un informe dedicado a explicar los peligros de esta sustancia.

Entre otras complicaciones, lleva asociado el riesgo de asfixia debido a su naturaleza de gas licuado comprimido. Al funcionar como anestésico disociativo, también puede provocar alucinaciones, vocalización incontrolada, alteraciones de la percepción, desorientación espacial y temporal o reducir la sensibilidad al dolor.

Del mismo modo, puede derivar en graves problemas de salud, especialmente si provoca la falta de oxígeno al cerebro. Entre otras consecuencias, puede dar lugar a desmayos o, incluso, a paradas respiratorias. El consumo continuado, además, puede dañar la médula espinal y llegar a provocar la muerte.

Si se utiliza esta sustancia durante varios días seguidos o de manera intensa en una sesión se produce una disminución de los niveles de la vitamina B12 en el organismo. Este déficit tendría como consecuencia la aparición de problemas neurológicos y cognitivos.