El hermano de la mujer hallada muerta en la alcantarilla: «Sabía al 100% que mi sobrino no lo hizo solo»

Enrique Mérida -uno de sus hermanos- llamó con insistencia a la puerta de su domicilio, en la calle Carril del Capitán de Málaga. El marco estaba destrozado y había sábanas ocultando algunas ventanas. Lo acompañaba Juan, el mayor de los dos hermanos que adoptó Ángela cuando eran niños. Ambos sabían que Ángel, el pequeño, estaba dentro de la vivienda.

«No me dejaban entrar», relata Enrique, que habla en plural porque sabía que su sobrino, tras la desaparición de su hermana, había metido a varias personas en el piso. Después de mucho insistir, lo lograron. «¿Dónde está tu madre», le preguntó a bocajarro.

La respuesta, más que resultar reveladora, acrecentó su inquietud. «Me contó que su madre lo sentó en el sofá y le dijo que se iba. Desde entonces supe que era mentira. Mi hermana no se había marchado de su casa, ella no haría algo así», explica.

Enrique fue quien denunció la desaparición de Ángela en comisaría el 3 de junio. Según relató a la policía, el sobrino le indicó que ella cogió las llaves del coche y se marchó con su novio. Pero él no creyó esta versión porque no tenía constancia de que Ángela tuviera pareja y su turismo permanecía estacionado en una calle próxima a su vivienda.

El hermano de Ángela también contó a los agentes que el hijo había amenazado a la madre con un cuchillo días antes «para sacarle dinero». En una posterior ampliación, el día 11, informó de las sospechas que tenía sobre Ángel: varias personas de la urbanización habían visto a su sobrino tirando la ropa de su hermana a la basura poco después de que a ella se le perdiera la pista.

Del desenlace se enteró este martes 12 de julio, cuando la policía lo llamó para informarle de que el cadáver de su hermana había sido hallado bajo la arqueta del alcantarillado, a ocho metros de profundidad, a pocos metros del domicilio de la fallecida. «Ella no se merecía el final que ha tenido...», se lamenta el hermano.

Aunque la fecha de la desaparición que consta en la denuncia es el día 23 de mayo, lo cierto es que Ángeles dejó varios rastros los días 24 y 25 que pueden esconder el móvil del crimen, que la policía presume económico.

Un día antes de que Ángela desapareciera, escribió un WhatsApp a Enrique en el que dejó el enlace de un buscador online de abogados. Él nunca obtuvo respuesta sobre el motivo por el que le dejó ese mensaje.

El día 24 de mayo, la mujer puso una denuncia en el juzgado porque se había encontrado su coche dañado en el aparcamiento de su urbanización. No identificó al autor de dichos desperfectos ni tampoco informó de sus sospechas. Enrique desconoce si ella lo sabía, pero prefirió ocultarlo.

El segundo rastro lo dejó el 25 de mayo, cuando utilizó su tarjeta de crédito para sacar 900 euros del cajero automático. La policía comprobó las cámaras del banco y en ellas se observa a la propia Ángela realizando el reintegro. «Desde ese día, mi hermana dejó de existir», apostilla Enrique.

Para la familia, igual que para la policía, el móvil del crimen está en esos 900 euros, bien porque su hijo Ángel presuntamente se quisiera apropiar de ellos, porque se los pidiera o porque se los robara. «Ella contaba que el niño la había amenazado varias veces para que le diera dinero, o que le había intentado sacar dinero del banco. Pero ella nunca lo denunció».

Por todo eso, la detención de su sobrino Ángel no lo pilló, ni mucho menos, por sorpresa, aunque, matiza, «la esperanza que teníamos es que la tuviera retenida en algún sitio». Enrique tenía otra convicción: «Sabía al 100% que mi sobrino no lo ha hecho solo. Mi hermana era una mujer fuerte y se tuvo que defender».

Un menor de 17 años ha sido arrestado como presunto cómplice del asesinato de Ángela. Según la investigación, Ángel y él la asaltaron en su domicilio y acabaron con su vida. También ha sido detenida una mujer de 38 años por supuestamente encubrir al hijo de la fallecida. La policía investiga. Y el caso está abierto.