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Un total de 360 migrantes subsaharianos han aterrizado este fin de semana en el aeropuerto de Málaga en vuelos procedentes de Canarias, adonde habían llegado en la última oleada de pateras. El archipiélago está desbordado por la presión migratoria que soporta, lo que ha obligado al Gobierno central a realizar nuevos traslados a la Península, como viene haciendo desde finales de 2020.
Según ha podido confirmar este periódico, el primer grupo, formado por 180 migrantes, llegó este sábado 11 de enero al aeródromo malagueño, mientras que el segundo ha aterrizado a las dos de la tarde de este domingo, 12 de enero, en un vuelo procedente de Tenerife.
De ahí, fueron conducidos en cuatro autobuses al hotel Oh Nice Caledonia, situado en Benahavís, donde permanecerán alojados temporalmente hasta que sean trasladados nuevamente. Aún se desconoce su destino definitivo, pero las fuentes consultadas precisaron que serán repartidos por distintos puntos de la Península.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones es el encargado del traslado y de asignar la ONG que se está haciendo cargo de ellos y de su alojamiento provisional en Málaga. Está previsto que la Policía Nacional compruebe entre hoy y mañana la correcta identificación de todos ellos y que en los próximos días empiecen a ser derivados a las provincias españolas que se encargarán de acogerlos.
Todos tienen libertad de movimiento, aunque con una orden de expulsión al haber entrado de manera irregular en España. Obviamente, no todos van a ser expulsados inmediatamente, sino que dependerá de cada caso y, sobre todo, de si hay convenios de extradición con sus países de origen. De hecho, tienen la opción de pedir la protección internacional, el derecho de acogida o asilo en España, lo que, en caso de que se les conceda, paralizaría la orden de expulsión. Los ministerios de Interior y de Migraciones son los encargados de evaluar estas solicitudes de asilo internacional. En caso de que lo pidan, salen de los centros de la Cruz Roja y pasan a ser atendidos por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Si transcurridos dos años en territorio español los migrantes irregulares no han sido expulsados ni se les ha concedido la protección internacional por asilo, pueden solicitar la residencia por arraigo, demostrando que llevan este tiempo en nuestro país. Se estima que en España hay alrededor de medio millón de migrantes en situación irregular. Salvamento Marítimo calcula que sólo en 2024 llegaron 1.600 pateras llenas de personas al archipiélago canario.
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