La Fiscalía acusa a la pareja de Dana Leonte de descuartizarla y «esparcir sus restos» en Arenas

El escrito del Ministerio Público, firmado por la fiscal decana de Violencia sobre la Mujer en Málaga, Flor de Torres, concluye que Dana Leonte fue «desmembrada» por Sergio y que sus restos fueron «esparcidos» en distintos puntos del término municipal, lo que dificultó su localización. De hecho, sólo se ha encontrado parte del cadáver.

La fiscal reconstruye lo sucedido en junio de 2019 para explicar el crimen. La mañana del 12, sobre las 8.36 horas, Dana mantuvo una conversación con Sergio en la que le manifestaba que no quería estar con él y que se sentía enfadada por algo que había visto en su teléfono, dado que ambos intercambiaban los terminales. Acababan de ser padres.

Sin embargo, esa charla por WhatsApp entre ambos fue eliminada por Sergio Ruiz -así lo considera el Ministerio Público- con el fin de «borrar líneas de investigación dirigidas a su persona», aunque pudo ser recuperada por los investigadores de la Guardia Civil.

Esa tarde, entre las 19.00 y las 22.35 horas, el acusado, «con absoluto deprecio a su libertad e integridad como mujer, y haciendo prevalecer su dominio sobre ella como forma de supeditación a su interés propio, sin respetar su libertad para retomar su vida», golpeó con un palo de madera en la cabeza a su pareja al menos en una ocasión, según la Fiscalía.

Por este impacto, Dana Leonte quedó «inconsciente o malherida», continúa el escrito acusatorio, siendo trasladada por el investigado «bien para ocultarla, porque ya acabó con su vida tras el impacto descrito, bien para culminar su fin último pretendido de poner fin a su vida».

El Ministerio Público considera que el acusado utilizó su todoterreno para trasladar el cadáver y «procuró esparcir y enterrar restos parciales del cuerpo de Dana Leonte», que fueron encontrados en fechas muy posteriores al suceso.

La Fiscalía detalla cada uno de esos hallazgos. El 21 de septiembre de 2019, un perro descubrió un hueso que, como se comprobó posteriormente, correspondía al fémur derecho de Dana, lo que precipitó la detención de Sergio tras las contradicciones detectadas en sus declaraciones.

El 8 de octubre, se localizaron en otra zona más restos óseos que pertenecían a la víctima, en concreto una tibia, costilla, vertebras, cervicales y un peroné. El 14 del mismo mes, en otro punto del término municipal, se encontró una pelvis y parte de la zona lumbar.

Posteriormente, el día 21 de octubre, apareció el fémur izquierdo, que aún conservaba restos blandos y presentaba una fractura ante mortem en su parte inferior. Y, por último, el 30 de noviembre del mismo año, se localizó otra parte del mismo hueso.

La fiscal mantiene que Sergio «limpió el domicilio con lejía y aguarrás», evitando la constancia de sangre en el mismo. En la vivienda, los agentes encontraron productos de limpieza y el palo de madera «usado en el inicio de su acción letal, hallándose incrustado, no adherido, un pelo de la víctima con su perfil genético procedente de su cabeza y de 39 centímetros de longitud».

Además, el registro proporcionó «muestras de sangre en una toalla del cuarto de baño» con el perfil genético del acusado. También se hallaron muestras de perfiles del acusado y víctima mezclados en uno de los escalones de la vivienda, en la puerta del conductor del todoterreno, en el suelo de la cocina, en la pared donde se localizó el palo y en el edredón con manchas de color rojizo que estaba secándose en la terraza.

«Tras la ejecución de su plan», continúa el Ministerio Público, Sergio Ruiz «intentó buscar coartada a su acción, realizando diversas versiones del hecho«. Según el escrito acusatorio, usó el móvil de la víctima y suplantó su presencia al realizar profusas conversaciones entre su teléfono y el de ella, así como con la persona que ejercía la función de cuidadora de la hija de ambos.

Las periciales, a juicio de la fiscal, determinan que esas charlas por WhatsApp fueron escritas por la misma persona: «El lenguaje y forma de expresión es el usado comúnmente por él y no por Dana Leonte». Y añade: «Esta pericia, así como el borrado de conversaciones mantenidas previamente, evidencian que el acusado estaba ya en posesión del terminal de la víctima prefabricando su coartada, e intentó dirigir la investigación hacia terceros, simulando recibir mensajes de la víctima«.

La Fiscalía también sostiene que el acusado era un profundo conocedor del terreno y con sus actos «propició evitar el hallazgo de los restos de la víctima», dada la constancia de «maleza, pedreras, vaguadas, arroyos y ríos», procurando que estuvieran escondidos en las zonas descritas y ampliando la búsqueda del cuerpo durante un largo periodo de tiempo. «De esta forma predeterminada ha aumentado el daño moral a las víctimas directas de los hechos, así como a la menor», sentencia.

Desde el 28 de septiembre de 2019, el acusado tiene suspendida la patria potestad de la niña y tiene prohibido acercarse a menos de 500 metros de su hija, de su domicilio o del lugar donde se encuentre como víctima directa de los hechos. También se ha acordado el acogimiento de la pequeña por parte de su tío, Gheorge Florin Leonte.

Por todo lo anterior, la fiscal considera que Sergio Ruiz debe ser condenado a una pena de 15 años de prisión por un delito de homicidio y dos más por un delito contra la integridad moral, aplicando en ambos casos las circunstancias agravantes de parentesco.