Sucesos Málaga

La familia de Sibora, la exnovia desaparecida del asesino de Paula: «Creemos que él pudo matarla»

Kseva, hermana de la mujer en paradero desconocido, atiende a SUR desde Albania, donde reside. «Muy preocupada», explica que el crimen machista no ha hecho más que aumentar la inquietud de los familiares de Sibora, de la que no tienen noticias desde hace casi nueve años: «No tenemos ninguna prueba, pero vemos muchas similitudes con el caso de Paula».

Como explica la joven, de la misma edad que tenía su hermana cuando desapareció, Sibora también había puesto fin a su relación con Marco poco antes de que se le perdiera la pista por completo. De hecho, se había mudado a otro apartamento, en la calle Hoyos de Torremolinos, aunque seguía viviendo cerca de la casa de su ex.

Sibora y Marco empezaron su noviazgo en 2009. Se conocieron en la localidad de Nettuno (Italia), donde residía parte de la familia de ella y también de él, y en 2010 decidieron mudarse juntos a Torremolinos. La relación, aparentemente, iba bien. Tanto la madre de la chica como el hermano mayor y los amigos de ella conocían a Marco, del que nunca sospecharon nada. La joven, incluso, tenía planes de casarse con él.

Ahora, echando la vista atrás, la madre de Sibora recuerda con pesadumbre un episodio ocurrido en 2013. La joven volvió a Nettuno con toda su ropa y le dijo que no quería volver a saber nada de su pareja, al que había dejado, ni regresar más a Torremolinos. «Le dijo que sería capaz de todo, incluso de desaparecer, para huir de él», sostiene Kseva.

Estaba decidida a rehacer su vida en Italia. Según apunta la hermana, lo que Sibora explicó entonces es que «habían tenido problemas y se peleaban mucho», aunque nunca habló de maltrato. «Ahora pensamos que quizás lo vivió y no contó nada porque no quería preocuparnos; es solo una sospecha porque no tenemos manera de obtener respuestas», puntualiza angustiada.

Marco contaba con dos denuncias por maltrato, pero ninguna de ellas era de Paula ni de Sibora, según ha podido contrastar SUR. La mujer asesinada con 14 puñaladas este miércoles en Torremolinos, según comentó a personas de su entorno, venía sufriendo violencia de género desde hacía tiempo, pero nunca quiso denunciarlo porque sabía que le perjudicaría debido a sus antecedentes.

No se sabe cómo, pero Marco convenció a Sibora para que le diera una nueva oportunidad y ambos regresaron a Torremolinos, aunque la joven volvió a poner fin a la relación al cabo de unos meses, poco antes de que se produjera su desaparición en julio de 2014. La ausencia total de noticias alertó rápidamente a la familia, sobre todo a la madre, con quien la joven hablaba prácticamente todos los días.

«Al principio, su madre pensó que habría desaparecido voluntariamente por ese comentario que le hizo Sibora un tiempo atrás, pero creía que volvería a dar señales cuando estuviera más tranquila», comenta la hermana. La mujer, incluso, contactó directamente con Marco para preguntarle si sabía algo de su hija. «Él le contestó que no sabía nada desde hacía días, que se pelearon y Sibora se fue de la casa», expone.

Nunca habían sospechado de él. No lo creían «capaz» de hacer algo tan grave. Hasta ahora, a la vista del horrible final de Paula.

En septiembre de 2014, ante la falta de pistas sobre el paradero de su hija, la madre denunció su desaparición en Italia y, más adelante, también en España. Por lo que le comentaron los investigadores, el apartamento de Sibora permanecía con todas sus pertenencias, incluso su teléfono móvil. También encontraron en casa de Marco ropa de la joven, según pudo saber la hermana.

La Policía Nacional siempre la consideró una desaparición de «alto riesgo». Los investigadores constataron que su exnovio fue la última persona con la que mantuvo contacto la joven albanesa. Hablaron por WhatsApp por última vez el 7 de julio. A partir de ahí, su teléfono dejó de dar señal y nada más se supo de ella.

La mujer se encontraba en España con una documentación italiana falsificada, con el nombre de Simona Faraone. «Quizás eso hizo que el caso fuera más difícil de investigar, y Marco sabía que tenía ese documento», agrega la hermana. Para su familia, lo ocurrido esta semana ha dado un vuelco al misterio de Sibora, aunque se aferra a la esperanza de que su destino no haya sido el mismo que el de Paula.

La investigación tras la desaparición de Sibora comenzó por tomarle declaración a todas las personas del entorno que la joven tenía en Torremolinos. Los agentes hablaron con amigos, compañeros de trabajo, vecinos... Ninguno de ellos ofreció algún dato de interés que pudiera conducir a localizarla o, al menos, a averiguar lo que había sucedido.

Tras el trabajo de campo, los investigadores trasladaron la búsqueda a Internet y redes sociales, con idéntico resultado. Paralelamente, contactaron con las compañías aéreas por si la chica había cogido un vuelo en las fechas en que se denunció su desaparición.

También peinaron hospitales y centros penitenciarios, e incluso contactaron con los institutos anatómicos forenses por si había entrado algún cadáver sin identificar que respondiera a sus características físicas. Nada. Tanto fue así que la policía recurrió a la colaboración ciudadana (ver edición de SUR del 23 de febrero de 2015) en busca de ayuda para tratar de localizarla.

La policía acaba de reabrir el caso de Sibora tras el crimen machista cometido presuntamente por su exnovio. La investigación está siendo revisada por los agentes de Homicidios por si, en su día, hubo algo que se les pasó por alto y, tras lo ocurrido, hay algún fleco del que ahora se pueda tirar para encontrarla.

Marco G. fue detenido este miércoles 17 de mayo como presunto responsable de la muerte de Paula en Torremolinos. De acuerdo con las fuentes, la mujer recibió 14 puñaladas. Los gritos de socorro de la víctima pusieron en aviso a los vecinos, a quienes el hombre supuestamente trató de engañar para impedir su auxilio.

Sucedió sobre las 11.30 horas de este 17 de mayo, en la casa en la que ambos convivían, en la calle de San Ginés de La Carihuela, pese a que ella, al parecer, había puesto fin a la relación unas semanas atrás. Para cuando los servicios sanitarios se personaron en la vivienda, ya no pudieron hacer más que certificar su muerte.

Al parecer, los vecinos intentaron que él les abriera la puerta para comprobar el estado de Paula. Desde el otro lado, él contestó que no había ocurrido nada grave. Huyó en cuanto los residentes del bloque fueron a por un teléfono para llamar a la policía y lo hizo cerrando el acceso tras él, impidiendo así la asistencia a la mujer.

La fuga solo duró unas horas. Sobre las 17.15 horas, un ciudadano creyó reconocerlo por la calle y dio aviso a Emergencias 112-Andalucía. En cuestión de minutos, la Policía Local localizó al sospechoso cuando, supuestamente, trataba de acceder a una urbanización en la calle Los Perros. A pesar de la resistencia que opuso, los agentes lo detuvieron tras reducirlo.