La familia de la mujer asesinada a martillazos en Fuengirola: «Sufría malos tratos y se quería divorciar»

La madre de Zunilda llevaba días sin recibir una llamada de su hija. Su familia ya estaba en vilo. «Teníamos contacto con ella a diario, por eso nos extrañaba tanto no saber nada de ella desde el sábado», expresa por teléfono desde Colombia su sobrina Yuleydis. El mal pálpito se acentuaba porque, dice, su tía les había manifestado en multitud de ocasiones que Jarrod era un hombre agresivo: «Ella sufría malos tratos y se quería divorciar». No sólo se lo dijo de palabra, también en audios de whatsapp y en vídeos que ahora pueden resultar esenciales para la investigación.

Aparentemente, ese fue el detonante de una salvaje agresión que, según las primeras pesquisas, se consumó durante el fin de semana, cuando Zunilda le dijo a su pareja que iba a poner punto final a un matrimonio que comenzó cuatro años antes tras conocerse en el ambiente del culturismo, que ambos compartían.

«Ella se comunicaba mucho con la familia, nos informaba de cada movimiento que hacía y nos enviaba fotos», insiste Yuleydis, que esperaba reencontrarse con su tía antes del próximo 25 de julio. «Estaban en Málaga porque su esposo se iba a someter a una cirugía de rodilla este lunes (16 de junio). Ella nos dijo que se iba a quedar con él toda la semana en el hospital».

La pareja, que se dedicaba fundamentalmente a las competiciones de culturismo, residía la mayor parte del tiempo en Dubai y no tenían hijos. El plan era, después de la operación, viajar a Portugal, donde Zunilda iba a participar en una competición internacional con la que estaba muy ilusionada. Tras ello, pensaba regresar a Colombia sola y ya divorciada de Jarrod.

«Para mí tía era su último viaje con él, una despedida. Había tomado la decisión de divorciarse por los comportamientos agresivos de su esposo. De hecho, rompieron una vez y estuvieron separados bastante tiempo, y luego volvieron y trataron de solucionar las cosas, pero seguían los malos tratos», reitera Yuleydis, que cree que su tía nunca lo denunció. «Sólo nos lo contaba a la familia y a los amigos íntimos».

Durante su estancia en Málaga por motivos médicos, el matrimonio alquiló un apartamento en una urbanización del Higuerón y siguió entrenando a diario en un gimnasio de Fuengirola, donde pronto ella se hizo muy popular por su carácter y por su trabajado físico, que impresionaba al resto de usuarios.

Por eso todo el mundo, incluidos sus compañeros del gimnasio, la echaron de menos desde el primer día. Este miércoles, Yuleydis y Angie, otra de sus sobrinas con la que también ha podido hablar este periódico, empezaron a mover por redes sociales y grupos de WhatsApp la desaparición de Zunilda y Jarrod, sin conocer aún el desenlace: «Los familiares y amigos estamos angustiados sin tener noticias de vida», escribían junto a una foto de ambos en un gimnasio.

Los amigos de Zunilda también estaban preocupados. No cogía las llamadas ni respondía a los mensajes, y tampoco acudía a los entrenamientos, por lo que este miércoles un amigo de la mujer acudió este miércoles a la comisaría de Torremolinos para denunciar lo sucedido. Ayer, sobre las dos menos cuarto de la tarde, agentes de la Policía Nacional decidieron acudir a un apartamento en la urbanización Higuerón West, donde se alojaban desde hacía un tiempo, para ver si se encontraban allí y hallaron a los dos sin vida, con signos violentos.

Aunque la investigación continúa abierta a la espera del resultado de la autopsia, todo apunta a que Jarrod habría acabado con la vida de su mujer y después se habría suicidado. De ser así, Zunilda sería la tercera mujer asesinada en la provincia de Málaga en lo que va de año a manos de su pareja.