Detienen en Benalmádena a un narco que se paró a echar gasolina con el maletero lleno de fardos
El delincuente trasladaba la droga en un coche que se quedó sin combustible, momento en el que fue sorprendido por unos policías nacionales que iban de paisano
Un hombre que estaba echando gasolina a un coche en Benalmádena despertó las sospechas de los agentes. Su actitud parecía esquiva, era como si estuviera ... nervioso por algo y tuviera prisa... Por ello, los policías nacionales, decidieron intervenir. Su intuición no falló, ya que el vehículo iba cargado de fardos de hachís. Acabaron deteniendo al varón, según han informado las fuentes consultadas por este periódico.
Los hechos tuvieron lugar hace una semana en una gasolinera de la A-7, a la altura de Benalmádena. Sobre las 20.00 horas, un hombre, de mediana edad y de origen magrebí, llegó a la estación de servicio y se apeó del vehículo, una Volkswagen Touran de color gris plata.
Los policías no tardaron en poner sus ojos sobre aquel hombre, que se mostraba nervioso y vigilante. Los agentes, pertenecientes al Grupo Operativo de Respuesta (GOR), prestaban servicio vestidos de paisano y en un coche camuflado, por lo que no fueron detectados por el varón.
Ante las sospechas, decidieron acercarse hasta el varón para proceder a identificarlo. Fue entonces, al informar a aquel hombre de que eran policías, cuando se inició una persecución. Según han informado las mismas fuentes, el sospechoso se dio a la fuga a la carrera.
El hombre comenzó a correr y saltó el quitamiedos, adentrándose en una zona de monte. Todo estaba a oscuras, pero los policías nacionales le pisaban los talones y no tardaron en dar con él. Finalmente lo atraparon.
Pero todavía no sabían qué era lo que había llevado a aquel hombre a huir de ellos, por qué corría para que no lo cogieran. Todas las preguntas quedaron resueltas al inspeccionar el vehículo que había dejado abandonado en la gasolinera. En su maletero encontraron cuatro fardos de hachís, cuyo valor en el mercado negro hubiera sobrepasado los 250.000 euros.
Al parecer, el narco se había quedado sin combustible cuando transportaba el hachís y decidió parar en una estación de servicio. Allí, de forma fortuita, coincidió con los agentes. Fue, para su objetivo, una mala elección. La intuición de los agentes, en cambio, no falló y acabaron deteniéndolo.
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