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El fuego declarado en el paraje natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo este domingo por la mañana junto a la pedanía nerjeña ha quedado extinguido. Así lo ha anunciado a las 19.00 horas de este lunes el propio Infoca a través de su cuenta de Twitter. Un total de 20 bomberos forestales, dos agentes de medio ambiente, dos técnicos de operaciones, dos autobombas y un helicóptero trabajaron en las tareas de «remate y liquidación», bajo el mando del subdirector del COP.
Las alarmas saltaban pocos minutos después de las 10.00 horas de este domingo. Un fuego en una zona agrícola, originado presuntamente por una quema de rastrojos, junto a la pedanía nerjeña de Maro, se había descontrolado y, debido a la fuerza del viento, sumada a la sequedad del terreno y de la vegetación por la falta de lluvias en lo que va de otoño, se dirigía hacia el núcleo urbano y a otras fincas del entorno.
Rápidamente se activaron los bomberos del Consorcio Provincial, Guardia Civil, Protección Civil, Policía Local y el Plan Infoca, que desplegó un primer helicóptero, además de una dotación de efectivos. Sobre las 14.00 horas las llamas parecían controladas, tras haber arrasado unas cuatro hectáreas de fincas de aguacates, chirimoyas e invernaderos, en la conocida como vega o huertas sobre los acantilados de Maro, afectando también a los cañaverales y el matorral de los enormes taludes.
Sin embargo, pasadas las 16.00 horas volvieron a saltar las alarmas. El fuego se había reavivado, avanzando sin control sobre la playa de Maro y en dirección al paraje natural de los acantilados, que empieza en la torre vigía. Esta zona ya se vio afectada el pasado abril por otro fuego que se inició en las proximidades, también por una quema irregular de rastrojos en una finca. Aquel fuego calcinó unas cuatro hectáreas.
Sobre las 19.00 horas, las llamas avanzaban sin control por el pinar de la torre de Maro, hacia la zona conocida como la Cuesta de la María, en dirección al Carrizal y al barranco del Molino de Papel. La situación obligó al corte de la antigua N-340, de manera que los vecinos del paraje del río de la Miel y de otras fincas del entorno protegido tuvieron que salir en dirección a La Herradura, en Granada.
A medianoche, el fuego continuaba activo y sin control, después de haber avanzado más de tres kilómetros desde su origen. En la zona se encontraban 75 bomberos forestales y cinco vehículos pesados de extinción del Infoca, así como media docena de dotaciones del Consorcio Provincial de Bomberos, tratando de frenar el avance de las llamas por el paraje natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, un entorno protegido y de gran valor medioambiental. El fuego llegó a saltar la carretera, pero fue controlado.
El incendio ha mantenido en vilo a los vecinos de la pedanía de Maro, apenas 800, que en su práctica totalidad tienen fincas arrendadas a Larios, propietaria de los suelos agrícolas del entorno. Ardieron al menos una decena de invernaderos, varios cortijos y numerosas plantaciones de subtropicales.
Según ha podido confirmar este periódico, un vecino de Nerja confesó este domingo a las autoridades ser el autor de la quema de rastrojos en su parcela que pudo ser el origen del fuego. El hombre, de unos 70 años, se mostró «muy arrepentido» por lo que había hecho, manifestando que «en ningún momento» pensó que el fuego pudiera descontrolársele, a pesar del fuerte viento.
Las escenas de «preocupación y rabia» se repitieron durante toda la jornada en Maro y en Nerja. El alcalde, José Alberto Armijo (PP), se desplazó a la pedanía, donde manifestó a la televisión local que era «un domingo negro». «El viento ha sido un enemigo eficiente, confiamos en que todos los medios que hemos puesto a disposición del Infoca den resultado», aseguró. «Debemos centrarnos en los daños materiales a las explotaciones agrarias e invernaderos y será el momento de ponernos al lado de los trabajadores y familias», afirmó.
Juan Manuel García es uno de los agricultores afectados. «Esto se veía venir, hay mucha gente viviendo en las fincas de Larios, y les permiten hacer de todo», se quejó este vecino de Maro mientras observaba cómo ardían sus aguacates «con 16 años que tienen y estaban cargados de fruta, esto es una ruina», apostilló.
En la zona actuaron ayer mientras hubo luz solar dos helicópteros Súper Puma, dos Brica, tres grupos de bomberos forestales, dos técnicos de operaciones y un agente de medio ambiente. Las fuertes rachas de viento, unidas a la sequedad del terreno por la falta de lluvias, complicaron considerablemente las tareas de extinción, ya que las llamas se propagaron además por la zona de los acantilados de Maro-Cerro Gordo, de muy difícil acceso, según pudo confirmar SUR.
El fuego ha afectado, por el momento, a más de una decena de hectáreas de cultivos agrícolas, sobre todo plantaciones de aguacates, chirimoyas e invernaderos, además de matorral, cañaverales, pinar y monte bajo. Decenas de propietarios han perdido sus cosechas.
El fuego originado este domingo en una finca próxima a la pedanía de Maro es el segundo que se registra en el entorno en lo que va de año, tras el que calcinó el pasado abril unas cuatro hectáreas del paraje natural de los acantilados junto a la torre vigía . La vega de la pedanía nerjeña es propiedad de Larios, que desde 2015 pretende la reclasificación urbanística de 250 hectáreas de suelos agrícolas protegidos para ejecutar un campo de golf, 680 viviendas, hoteles de lujo y zonas comerciales .
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