El conductor que aparcó en el Peñón del Cuervo dice que fue una broma y admite que había bebido

Todo ocurrió la madrugada del sábado al domingo. En el Peñón del Cuervo estaba Javi con otros cuatro amigos con los que había disfrutado de un asado y de una partida de cartas. Cuando ya se disponían a marcharse, apareció de la nada un todoterreno de color verde. «Nos pareció raro. Entró por la zona de la barbacoa, bajó por las escaleras y se metió en la playa», añade.

Según relata el joven, el conductor del todoterreno se puso a hacer trompos en la playa hasta que, de pronto, «se enterró en el mar». Javi continúa: «Cuando vimos que el agua impactaba contra el coche, nos acercamos a ver qué le pasaba. Lo empezamos a llamar y a pedirle que saliera, pero no respondía. Era como si estuviese en shock o algo».

El joven cuenta que empezó a acercarse gente y que dos chicos a los que no conocía de nada se metieron en el mar para sacar al conductor del coche, ya que parecía estar quedándose dormido y su vida podía correr peligro. «Les costó sacarlo, tardaron entre 5 y 7 minutos en bajarlo del vehículo y llevarlo hasta la arena».

El hombre les dio varias veces las gracias y entonces «agarró y se fue dejando allí el coche», dice Javi, que no pudo observar si estaba ebrio o si olía a alcohol, como uno de sus amigos manifiesta en el vídeo que él mismo grabó en la playa. Por poco, asegura, no se cruzó con la primera patrulla de policía que llegó al lugar.

Ayer, tras entregarse en la Jefatura de la Policía Local, que ahora determinará si cometió algún delito, el hombre reconoció los hechos y arguyó que se marchó de la playa porque sintió miedo de las consecuencias que pudiera tener.

Aunque inicialmente intervinieron patrullas de varios Cuerpos de Seguridad, al final será el Grupo de Atestados -competente en todo lo relativo al tráfico- el que analice las circunstancias y los testimonios de los testigos para ver si pudo incurrir en un delito contra la seguridad vial.