Condenado por los abusos a su empleada doméstica, a la que violó en un hotel de Fuengirola tras obligarla a viajar con él

De acuerdo con la sentencia dictada por el Tribunal Supremo, y contra la que no cabe posibilidad de recurso, el procesado contrató verbalmente a la perjudicada el 21 de abril de 2019 para que prestara servicios domésticos como interna en su vivienda, en Madrid. Solo tardó tres días en empezar a abusar de ella, con tocamientos en los glúteos por encima de la ropa cuando la mujer servía la comida.

Su conducta fue de inmediato recriminada por la mujer. Pese a ello, el procesado volvió a repetirla a los dos días, cuando intentó tocarle un pecho por debajo de la ropa. Al enfadarse la mujer, según la sentencia, el hombre le contestó que si le denunciaba nadie la creería porque ella era «negra» e «inmigrante ilegal» y él un ciudadano español.

Así, el 30 de abril, cuando la interna llevaba solo nueve días en el domicilio, el acusado le dijo que tenía que trasladarse a Fuengirola para resolver unos asuntos relacionados con un apartamento de su propiedad, y que ella tenía que acompañarla porque eran días de trabajo.

Al día siguiente, cuando ambos se encontraban alojados en un hotel, el hombre le exigió que se desnudara y bailase para él porque, de lo contrario, la dejaría allí tirada y sin dinero. Acorralada, la mujer obedeció entre lágrimas. Fue entonces cuando el procesado la violó, siempre según el fallo.

Ya de regreso en Madrid, el encausado volvió a intentar abusar de la interna, pero ella le empujó para zafarse. Tras un forcejeo, la mujer corrió a recuperar su móvil, ya que sabía que estaba escondido debajo de la almohada del encausado. A continuación, se encerró en el baño y llamó a la policía para pedir auxilio.

De acuerdo con la resolución, se da la circunstancia de que uno de los agentes que acudió a la llamada de la perjudicada había acudido tiempo atrás al mismo piso por hechos de la misma naturaleza, siendo la víctima otra mujer extranjera que trabajaba entonces en el domicilio como interna.

El hombre ha sido condenado como autor criminalmente responsable de un delito continuado de abusos sexuales a siete años y un mes de cárcel. También se le ha impuesto la prohibición de aproximarse a la víctima durante nueve años y otros cinco años de libertad vigilada, además de indemnizar a la víctima en 8.250 euros por los daños morales y las lesiones leves ocasionadas en el forcejeo.