El bebé fallecido con sospecha de maltrato tenía un problema de coagulación en la sangre

Fuentes cercanas al caso han informado de que el menor era hemofílico (una enfermedad hereditaria que afecta a la coagulación de la sangre), lo que podría justificar dichos hematomas. También precisaron que el bebé habría sido sometido a una intervención quirúrgica, lo que podría explicar la lesión craneal que detectaron los facultativos.

No obstante, será la autopsia, que comenzó ayer por la mañana y continuará hoy, la que determine la causa de la muerte. Al parecer, ayer se desarrolló una primera parte del examen forense y durante la mañana de hoy se completará el mismo. Los investigadores confían en que se encuentren las respuestas a las incógnitas que rodean el caso.

Mientras tanto, la madre, que fue quien lo llevó a urgencias en ese estado, se encuentra detenida por un presunto delito de asesinato. Fuentes policiales indicaron que no se descartan nuevos arrestos a medida que avancen las pesquisas, de las que se ha hecho cargo el Grupo de Homicidios. Los agentes trabajan ya en la reconstrucción de la vida de la familia y están tomando declaración tanto a los parientes más cercanos como al vecindario.

Salvando las distancias entre ambos casos, hace apenas una semana se ha juzgado en Málaga la muerte de otro bebé de 17 meses que fue abandonada en una habitación cerrada con un biberón y unas galletas. La semana pasada, un jurado popular consideró a la madre culpable de un delito de asesinato y otro de abandono temporal de menores.

Tras el veredicto, la defensa y la Fiscalía han reiterado su solicitud de 15 años de prisión por un delito de asesinato y otro más por el abandono de menores. En su escrito de calificación inicial, el representante del Ministerio Fiscal solicitaba 20 años por el delito más grave y uno más por el de abandono, pero en el juicio decidió rebajar su solicitud, destacando que la acusada reconoció los hechos y se mostró arrepentida.

El tribunal popular también considera irrefutable que la madre de Camelia era consciente de que su inacción finalizaría de forma inevitable con la muerte de su hija, ya que no avisó a nadie de su paradero y respondía a quienes le preguntaban que estaba bajo el cuidado de una tercera persona.