Los alcaldes reclaman ayuda y auguran que «esto será una catástrofe» para la zona
Los regidores de los pueblos más afectados valoran la rapidez de los desalojos pero esperan el momento de «pedir explicaciones»
El incendio desatado en Sierra Bermeja tiene efectos devastadores en los seis pueblos desalojados hasta ahora. Son pequeñas localidades (la de mayor población, Jubrique, apenas ... tiene medio millar de habitantes) cuya situación ahora resulta «desastrosa». Así lo explica a SUR el alcalde de Jubrique, Alberto Jesús Benítez, que ayer por la noche tenía esperanzas de que las llamas no alcanzaran el casco histórico, «aunque no podemos saberlo porque el perímetro es total». El regidor se aferra «al buen pronóstico» de esta madrugada: «Los medios aéreos no han sido eficaces por la mañana porque el agua arrojada se evaporaba casi al momento por el calor, pero ahora (por ayer por la noche) parece que comienzan a cumplir su objetivo».
En términos similares se expresaba el alcalde de Faraján, Fernando Fernández, que adelanta que «esto será una catástrofe para el Valle del Genal, incluso aunque se quedase aquí y el fuego no avanzase». Ayer por la noche la situación era «de menos riesgo» que por la mañana, después de que cambiase la dirección del viento: «Parece que está la cosa más controlada. El incendio no ha bajado». El desalojo preventivo se produjo sin incidentes: «Empecé a hablar con los vecinos y a las tres de la tarde ya estaba todo el mundo en Ronda». Lo más complicado fue evacuar a los 29 ancianos de la residencia del pueblo, que fueron trasladados en ambulancias y vehículos adaptados al Hospital de Ronda y una residencia cercana.
Noticia Relacionada
Las imágenes del terror para los municipios desalojados
Aún con el incendio forestal descontrolado se abrió otro fuego, en este caso político. El alcalde de Genalguacil, Miguel Ángel Herrera, intervino el sábado en el puesto de mando, ante una nube de cámaras y micrófonos de los medios de comunicación, para criticar la gestión de la Junta de Andalucía, a la que acusó de no destinar todos los medios necesarios para frenar el desastre. «El fuego era inevitable porque hay gente muy mala, pero la catástrofe era evitable. Hay una dejadez tremenda. Avisé de lo que iba a pasar. Hemos llamado para que se atendieran diferentes focos y no se ha hecho nada. Es muy doloroso tener que venir aquí y enfrentarme solo a esto, pero no voy a permitir que mi pueblo vuelva a quemarse», aseguraba entre lágrimas: «Ya pasó en 1994, cuando el fuego llegó a las fincas de los vecinos. Ahora ha ocurrido otra vez y el incendio ha llegado a las casas de los vecinos».
El desalojo preventivo de Genalguacil, decretado ayer por la mañana por el Gobierno andaluz después de que las cenizas originaran nuevos focos que ponen en riesgo a la población, ha alimentado la indignación del alcalde. «Es un desastre. Ya lo avisamos. Nos están desalojando», asegura Herrera a este periódico: «Ahora queda apagar el fuego lo antes posible». Cuando se extinga el incendio, considera el alcalde de este pequeño pueblo del Valle del Genal, «será momento de pedir explicaciones porque esto no puede quedar así, no se pueden gestionar las cosas de esta manera». Herrera también ha criticado que no se haya activado antes la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME): «Han llegado hoy. ¿Te lo puedes creer? ¿Cuánto tiempo llevábamos pidiéndolo? Han dicho que había suficientes medios, pero ha sido un caos».
El primer edil de Genalguacil reconoce que las críticas ahora, con el incendio aún vivo y desatando nuevos focos, «no proceden», pero justifica sus palabras «porque estoy cansado después de tres días aguantando la misma historia». Otros cargos socialistas también han arremetido contra el Gobierno autonómico, un tono que rompió el secretario general del PSOE en Andalucía, Juan Espadas, quien se mostró tajante en Twitter para aparcar el debate político al menos mientras duren las labores de extinción: «Mi solidaridad con los vecinos y todo el respaldo y ánimo para los trabajadores. Ahora lo importante es acabar con este drama sin que cueste más vidas ni ponga más en riesgo a la población».
La Junta informa de que hay 617 profesionales trabajando en las tareas de extinción y protección a la población. El Infoca, por su parte, recuerda que hay 365 efectivos y 25 vehículos pesados trabajando por tierra «en duras condiciones» y 41 aeronaves tratando de controlar las llamas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión