Tráfico hará más fácil y barato convertir en histórico un vehículo con más de 30 años

Hoy por hoy este cambio supone un papeleo largo, caro y engorroso, lo que hace desistir a muchos de sus titulares. «Hay comunidades donde te lleva seis o siete meses de gestiones y donde el gasto puede llegar a los mil euros. Nadie con un Vespino de los 80 va a desembolsar ese dinero para ponerlo como histórico», advierte Pedro Lara, secretario de la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA), que agrupa a más de 300 clubes. Lara confiesa estar «como loco» ante la aprobación del nuevo reglamento, en el que la FEVA ha colaborado activamente. «Estamos expectantes, lleva ya mucho retraso, pero parece que ahora sí queda poco».

La principal novedad del reglamento es que contempla dos procedimientos distintos para catalogar un vehículo como histórico. Uno más complejo (casi tanto como el todavía vigente) reservado esencialmente para los automóviles y motocicletas comprados en el extranjero. Y otro abreviado y mucho más fácil y económico, del que se podrán beneficiar aquellos vehículos de más de 30 años de antigüedad con documentación española en regla y con la correspondiente ITV al día, teniendo en cuenta que los matriculados antes de 1950 estarán exentos de esta revisión.

Francisco de las Alas-Pumariño, jefe de la Unidad de Normativa de la DGT, señala que el procedimiento abreviado «será muy rápido y económico» y se aplicará a aquellos vehículos con documentación española que están 'vivos' administrativamente, con su alta en el registro, su permiso de circulación y su ITV en vigor. «Estos van a poder pasar a vehículo histórico con un trámite muy sencillo y barato que consiste en la solicitud del cambio de servicio particular a servicio histórico». Para ello bastará con que los titulares obtengan el duplicado del permiso de circulación, una gestión que se puede realizar en un día mediante el pago de la tasa correspondiente (20,81 euros).

Junto a la solicitud tendrán que firmar una declaración responsable en la que manifiestan no tener conocimiento de que al vehículo se le hayan hecho reformas que corrompan su originalidad, y en la que se comprometen a hacer un uso ocasional del mismo. «Un vehículo histórico no es de uso cotidiano, eso va en contra de su propia filosofía», argumenta De las Alas-Pumariño, que resume la filosofía del reglamento en que «no haya café para todos», de modo que muchos propietarios de «clásicos populares» como aquellos modelos de Seat, Renault, Simca o Citroën de los años 70 y 80 o las Vespinos de aquella misma época se animen a dar el paso y los clasifiquen como históricos.

«Es maravilloso ver un Rolls, un Cadillac o un Aston Martin, pero la idea del reglamento va más encaminada a recuperar el coche de toda la vida, el que ha formado parte de la infancia y la juventud de todos nosotros», ilustra el responsable de la DGT. «Aunque suene algo populista, se trata de democratizar el vehículo histórico, que no tengas que ser un potentado para poder poseer uno. Un 600 es tan dignamente vehículo histórico como un Ferrari», precisa.

Madrileño de 62 años, De las Alas-Pumariño aún conserva el Mini de 1971 con el que su padre le llevaba al colegio, el que más tarde usó para ir a la Universidad y el que ahora conduce «alguna vez» al trabajo. Y admite estar esperando a la aprobación del reglamento para darlo de alta como histórico, lo que le permitirá espaciar por más tiempo las ITV periódicas y beneficiarse de la bonificación de hasta el 100% del Impuesto de Circulación que muchos ayuntamientos aplican a estos coches.

El objetivo es aumentar el parque español de vehículos históricos, que apenas suma 40.000 unidades, una cifra que no es proporcional a los 342.000 turismos y motocicletas con más de 30 años de antigüedad con la ITV y el seguro obligatorio en vigor que figuran en los registros de Tráfico. En Reino Unido, por ejemplo, superan con creces el millón; en Alemania, los 600.000 y en Francia, los 400.000. «Creemos que en pocos años vamos a multiplicar por cinco y llegar a los 200.000 vehículos históricos», se congratula el jefe de la Unidad de Normativa de la DGT, que confía en que la norma fomente la conservación y restauración del patrimonio histórico automovilístico español.