Una terraza anegada en Valencia destapa los restos de un hombre muerto hace quince años
El piso de la Fuensanta se había convertido en un palomar y los restos humanos se encontraban entre excrementos y centenares de palomas
Ignacio Cabanes
Valencia
Domingo, 12 de octubre 2025, 00:56
Como si de la película de 'Los Pájaros' de Alfred Hitchcock se tratara, los bomberos del cuerpo municipal de Valencia han tenido que abrirse paso ... entre centenares de palomas hasta encontrar los restos de un hombre ya esqueletizado al que sus vecinos llevaban cerca de quince años sin ver. «Pensábamos que estaba en una residencia», confiesan apesadumbrados al descubrir que Antonio, nacido en 1939, llevaba muerto en su piso del valenciano barrio de la Fuensanta más de una década, convertido en una especie de palomar, sin que nadie se percatara de su ausencia durante todo este tiempo.
Han sido unas filtraciones de agua en la vivienda de una mujer de 81 años, que vive justo en el piso de abajo, las que han destapado el macabro hallazgo. La terraza de esta finca de seis alturas, situada en la calle Luis Fenollet de Valencia, se había anegado por las lluvias caídas estos días, al estar embozado el desagüe con un vaso, y el agua acumulada se había filtrado hasta la vivienda donde yacía muerto desde hacía años este vecino. Y de ahí estaba cayendo ya al piso inferior, lo que ha provocado que el hijo de la mujer alertara al seguro, y posteriormente a los bomberos.
«Le estaba cayendo el agua a la cama y hemos pensado que seguramente venía del piso superior, donde vivía un hombre al que no veíamos desde hacía años», explica Rafa. A las 16.45 horas de este sábado los bomberos han accedido mediante una escalera de un vehículo de altura al sexto piso y han entrado por el balcón en el inmueble. Nada más poner un pie en el mismo decenas de palomas han salido, muchas literalmente, según describen los testigos, «les han atacado como si fueran tigres», señala Julián.
La casa estaba llena de excrementos, palomas muertas, y hasta dos palmos de arena, sobre la que corría un río de agua de las filtraciones de la terraza. Pero tras una inspección de las distintas habitaciones, en el dormitorio los bomberos han encontrado un cadáver ya esqueletizado. La mayor parte de los restos mortales estaban en el hueco situado entre la cama y el armario, aunque posteriormente, una vez trasladada la Policía Nacional al lugar y la forense, se han encontrado huesos incluso en el salón, que las propias palomas habrían llevado hasta allí. «Nunca antes habían visto algo así», asegura Tomás sobre los comentarios de los bomberos tras el hallazgo.
Todo lo tenía domiciliado
Desde 2010 ningún vecino lo había visto salir de casa. Antonio F., un albañil jubilado que residía solo en este piso de la Fuensanta desde que se separó de su mujer no tenía relación con sus dos hijos. Sus vecinos pensaban que se lo habían llevado a una residencia, pero nadie, ni siquiera el administrador de la finca, hizo nada por confirmar que esta información fuera cierta. «Lo que nos extraña es que pagaba todo regularmente», indica Ana, otra vecina del edificio.
El único problema con los pagos de la comunidad lo tuvo un año antes de la pandemia, cuando se le habían acumulado casi 12.000 euros de deuda, «pero el administrador lo arregló todo y se ve que se lo domiciliaron también», apunta Tomás.
los vecinos explican que las cartas que le llegaban al buzón las tiraban o se las entregaban al administrador
Agua, luz, todos los recibos estaban domiciliados, lo que explica que no saltara la voz de alerta antes. Asimismo, el hombre, ya jubilado, también cobraba la pensión vía bancaria, lo que hizo que nunca hubiera falta de liquidez en la cuenta a la que iban cargados dichos recibos. Asimismo, los vecinos reconocen que las cartas que le llegaban al buzón las tiraban directamente a la basura o se las daban al administrador, para evitar que se colaran posibles okupas si detectaban que la vivienda estaba vacía.
El grupo de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación aunque todo indica a que se trata de una muerte de etiología no homicida, salvo que la autopsia encuentre algún signo que confirme lo contrario. De hecho, la casa estaba cerrada por dentro con pestillo corredero, según publica Las Provincias.
Minutos antes de la nueve de la noche se ha procedido al levantamiento del cadáver, cuyos restos han sido trasladados en dos bolsas por operarios de la funeraria hasta el furgón rumbo al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde se le tendrá que realizar la autopsia con técnicas de antropología forense para determinar la data aproximada en la que se produjo su fallecimiento. De igual modo también se le tiene que identificar mediante ADN o pruebas odontológicas para confirmar que se trata del residente de esa vivienda.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión