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Medicamentos para adelgazar

Medicamentos para adelgazar

Los análogos del receptor GLP1 son la familia de fármacos de la que todo el mundo habla y que en un inicio estaban diseñados solo para tratar la diabetes tipo II

Javier Morallón

Profesor de Biología y experto en Tecnología Alimentaria

Domingo, 4 de febrero 2024, 00:45

Los análogos del receptor GLP1 son la familia de fármacos de la que todo el mundo habla. Sí, son los medicamentos para adelgazar, aunque en un inicio estaban diseñados solo para tratar la diabetes tipo II.

Los nombres comerciales empiezan a resultar familiares en las conversaciones de escalera y no son precisamente intuitivos: Saxenda, Webovy, Rybelsus y Ozempic. Incluso los principios activos no son ajenos en el café de media mañana: liraglutida y semaglutida, respectivamente. Y no es para menos: prometen lo impensable hasta hace poco, como es adelgazar sin esfuerzo y, sobre todo, sin pasar hambre. Algo mágico que, además, no acarrea apenas efectos secundarios. Su alto precio y el hecho de que solo se puedan conseguir mediante receta solo acrecientan la demanda, algo que va paralelo a un peligroso mercado negro. Como pueden imaginar, los laboratorios productores están encantados con cifras de facturación superior al PIB de muchos países.

Cómo funcionan

La protagonista de todo es la hormona GLP1 que segregan las células L de nuestro tracto digestivo. Estas van aumentando su número conforme nos adentramos en la zona intestinal hasta el colon.

Sus funciones son básicamente 3:

- Incrementar la producción de insulina cuando dicha hormona reconoce la ingesta de hidratos de carbono (recordemos que la insulina es la hormona que retira la glucosa de la sangre y la introduce en las células).

- Disminuye la cantidad de glucagón, que es la hormona antagónica a la insulina, es decir, que aumenta la cantidad de glucosa en sangre.

- Ralentiza el vaciado gástrico, reduciendo la sensación de hambre y aumentando la sensación de saciedad a nivel del sistema nervioso central.

Con estas tres acciones es fácil intuir el porqué, en un primer momento, este tipo de fármacos han sido prescritos para pacientes diabéticos. Este tipo de pacientes tienen, precisamente, bajos contenidos de GLP1, por lo que esta sobreproducción de insulina les viene muy bien. Una sobreproducción que no supone un peligro de hipoglucemia, ya que solo se activa con la presencia de hidratos de carbono-glucosa.

Reduce el sobrepeso

Está claro que la ralentización del vaciado gástrico es la clave gracias al control por retroalimentación que produce en el cerebro. Es este órgano el que nos quita las ganas de seguir comiendo al proporcionarnos una sensación de saciedad plena.

Y esto no queda ahí. La combinación de los dos efectos descritos conlleva una mejora en la salud cardiovascular, puesto que mejora la sensibilidad a la insulina, la salud de los vasos sanguíneos, disminución del síndrome metabólico y optimización de la contractilidad cardiaca.

Solo es el principio

Hemos visto que todos los medicamentos están diseñados para mejorar el metabolismo glucémico y que la pérdida de peso es algo secundario. Pero, en realidad, solo la Saxenda está indicada específicamente para el sobrepeso. Es lógico pensar que en un planeta donde 2.700 millones de personas padecen sobrepeso u obesidad la línea para tratar específicamente este problema es la que más va a avanzar. De hecho, a finales de 2023 las agencias reguladoras americana y europea dieron luz verde para la aprobación del medicamento Mounjaro, que contiene otro principio activo, la tirzepatida, y esto solo es el principio, ya que el Zepbound espera en el banquillo. En este caso, la novedad más importante es que la tirzepatida no solo imita la acción del GLP1, sino también la del GIP (polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa), una sustancia que incide sobre el control del hambre que ejerce el cerebro.

Los estudios están siendo espectaculares con pérdidas de peso por encima del 20%, algo comparable a la cirugía bariátrica.

¿Todo es bueno?

Pues casi todo es bueno. Se trata de una familia de medicamentos bastante segura, algo que los estudios con miles de pacientes se están encargando de comprobar. Por ahora, los principales problemas descritos son las nauseas, el estreñimiento y los vómitos. Algo que suele estar asociado a comer de forma habitual cuando tu tubo digestivo ya no lo admite en las nuevas condiciones. En todo caso, se trata de efectos secundarios menores en comparación con los efectos beneficiosos.

Pero algo si hay que aclarar. Los resultados solo se mantienen mientras el fármaco se consume, por lo que se trata de una inmejorable ayuda para situarnos en un normopeso y cambiar nuestros hábitos nutricionales y de actividad física. Si consideramos que es el medicamento el que debe realizar todo el trabajo y que los hábitos de vida saludable son solo una cantinela que no va con nosotros, no habremos entendido nada. La ciencia es el mejor mecanismo de progreso que tiene la humanidad y en ocasiones se consiguen formidables avances, como parece que sucede en este momento. Pero subcontratar la responsabilidad que tenemos para con nosotros mismos es un ejercicio de negligencia que ningún principio activo conseguirá revertir.

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