Myriam Yébenes: «Había ganas de tratamientos, ahora todo el mundo quiere cuidarse y verse bien rápido»
Directora del instituto de belleza que fundó su madre, Maribel Yébenes, se considera una «enamorada» del trabajo
Andrea Jiménez
Lunes, 27 de julio 2020
Myriam Yébenes vive entre Madrid y Málaga, sede de uno de sus centros. La directora del instituto de belleza que fundó su madre, Maribel Yébenes, ... se considera una «enamorada» del trabajo que ha redescubierto las redes sociales durante la cuarentena, como espacio para encontrarse con sus clientas.
-¿Qué tal la vuelta a la actividad?
-Durante el confinamiento estuvimos preparando el protocolo de seguridad. Tuvimos la oportunidad de hablar con algún centro de medicina estética de China y las clientas han estado en continuo contacto con nosotras. Hemos sido muy activas en redes, era el momento de acompañar, no de vender nada. Cuando abrimos, tanto en Madrid como en Málaga teníamos tres semanas de agendas llenas, para todos los tratamientos que habíamos dejado de hacer en esos meses, y también para mucho cliente nuevo, que quería mejorar. Hemos detectado que los clientes se han visto muy destruidos, se han visto mal, porque parar tu día a día y perder tu actividad física se nota en el cuerpo.
-¿Qué tratamientos se están demandando más?
-A día de hoy seguimos desbordadas, aunque creo que es un efecto champán. Había ganas de tratamientos, ahora todo el mundo se quiere cuidar y verse bien rápido. La gente viene relajada, quieren mucho tratamiento intensivo porque se echa encima el verano. Estamos haciendo mucho tratamiento corporal para reducir celulitis y retención de líquidos, y facial para conseguir más firmeza. También se ha notado incremento en los tratamientos de bótox o ácido hialurónico.
-¿El confinamiento ha hecho que la gente se preocupara más de su aspecto?
-Hemos tenido las dos partes. Hay personas que han querido estar entretenidas y se han buscado vías de escape como deporte o cosmética. También había gente que emocionalmente no tenía ganas de cuidarse, porque lo ha pasado mal. En cuanto hemos podido salir, ambos grupos han querido verse bien, lo hemos pasado muy mal y la gente tiene ganas de verse bien y sentirse bien, quieren sus mimos.
-¿Cuáles son las rutinas de la directora de un instituto de belleza?
-Imagínate, tengo muchísimas. Las tengo muy interiorizadas en mi día a día, es como si me cepillo los dientes o me peino. Tanto día como noche, siempre hago una doble o triple limpieza, porque es esencial. Utilizo elixires, de día y noche y para cara y cuello, luego aplico una crema ligera. En cuanto a tratamientos, lo primero que hice al salir de la cuarentena fue ponerme bótox, que además lo grabé en Instagram para que la gente viera la técnica.
-¿Los clientes potenciales se animaron a ponerse bótox con sus directos?
-Sí, lo que me decían al verlo es que le han perdido el miedo al verme a mí hacerlo con esa confianza.
-Recomiende una rutina de belleza para el verano.
-Me parece fundamental hablar de la protección contra manchas, porque a la vuelta de vacaciones nos encontramos con mucha deshidratación en la piel. Cuando nos bañemos en piscinas o en el mar, recomiendo tener a mano un agua termal para cara, cuello y escote, que limpie bien el cloro y la sal. Luego aplicamos un elixir para rejuvenecer la piel y de nuevo la protección solar. Si tomas mucho el sol tienes que contrarrestar la exposición con productos.
«Las redes sociales me dieron la vida, empecé a hacer directos y a conectarme con la gente como una vía de escape»
-¿Qué falta por llegar al mundo de la estética?
-La gran revolución, que salió hace un año, es 'Emsculpt', un tipo de electroterapia de alta intensidad que ha ganado todos los premios internacionales. Es una tecnología para abdomen, glúteos, gemelos y brazos, que equivale a 20.000 abdominales y sentadillas. Con cuatro sesiones ya te da resultado. Ya lo tenemos en Madrid y ahora lo traemos a Málaga.
-¿Qué significa Málaga para usted?
-Estoy en Málaga casi siempre, paso gran parte de la semana aquí. Para mí, Málaga lo ha supuesto todo, tengo mucha vinculación con la ciudad porque llevo 30 años veraneando aquí. Quisimos abrir aquí una nueva sede porque era una ciudad en crecimiento y muy conocida. Es que al segundo día quieres venir a vivir aquí, la calidad de vida que he tenido aquí es diferente. La gente viene con ganas de disfrutar, y en nuestro centro hemos tenido una acogida buenísima.
-¿Dónde pasó la cuarentena y qué echó más de menos?
-La he pasado en Málaga, estaba aquí porque era el Festival de Cine y teníamos todo preparado. No he echado nada de menos por mi forma de ser. Pienso que tengo que estar bien esté donde esté, no puedo recrearme en la tristeza. He disfrutado de mis hijos, que no estoy acostumbrada a pasar tanto tiempo con ellos. En la parte empresarial sí que fue un shock, llevamos 45 años abiertos y jamás habíamos cerrado, pero rápidamente cambiamos el chip y las redes sociales me dieron la vida, empecé a hacer directos, a conectarme con la gente... Era una vía de escape.
-¿Es más de playa o de montaña?
-De playa total. Me apasiona el sol. Este verano lo pasaré entre Marbella y la clínica en Málaga, porque soy una enamorada del trabajo, llevo tres años sin tener vacaciones, no desconecto. Pero me encanta, es mi forma de evadirme.
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