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Formación a bordo

Los profesores de escuelas náuticas cumplen una misión fundamental para que reine el orden en el mar. Enrique de Hoyos decidió dedicar su vida este oficio

ALEJANDRO DÍAZ

MÁLAGA

Domingo, 18 de agosto 2019, 00:20

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La navegación la llevaba en la sangre desde pequeño, cuando ya practicaba la vela y la regata. Sin embargo, Enrique de Hoyos decidió recorrer el camino del emprendimiento con su propia empresa tecnológica, TD Sistemas, y fue presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Málaga. Nada hacía pensar, por tanto, que hace un tiempo fuese a dar un golpe de timón para cambiar de rumbo y dedicarse a lo que antes era una afición.

«Mi empresa llevaba ya tiempo funcionando bien, por lo que contraté a un gerente para tener tiempo para dedicarme a lo que más me gustaba, el mundo náutico», explica de Hoyos. Ahora es técnico de formación en la escuela de navegación Oceanonautic, ubicada en Benalmádena.

Reconoce de Hoyos que en verano existe un incremento significativo del alumnado. En mayor parte, porque para embarcaciones menores a motor, como las motos acuáticas, la normativa se ha endurecido y es necesario realizar al menos un curso con su apartado práctico. «Es lógico, se estaban produciendo demasiados accidentes por culpa del manejo irresponsable y temerario por parte de usuarios sin experiencia ni conocimientos», explica.

En verano se produce mucho tráfico de embarcaciones en los puertos deportivos

Para conseguir las titulaciones pertinentes para embarcaciones de mayor tamaño, la cuestión se complica. El mar puede resultar un gran desafío. Por eso hay que estudiar mucho sobre seguridad, auxilios y técnicas de navegación, pasar multitud de pruebas y exámenes y, en resumen, estar capacitado para invertir una gran parte del tiempo y de los recursos económicos en llegar a reunir todos los permisos y títulos.

«El régimen profesional del mar es independiente. Está el Instituto Social de la Marina, con su propia Seguridad Social y con exámenes exhaustivos de salud», subraya de los Hoyos. No obstante, existen fundamentalmente dos ramas de la navegación: los que vienen desde el deporte, como es el caso de de los Hoyos, y los que llegan desde el ámbito profesional de la marina.

«Como capitán de yate no tienes límites de millas a la hora de desplazarte en una embarcación de hasta 24 metros de eslora; si eres patrón profesional, sí tienes límites», especifica de los Hoyos. «Como patrón profesional puedes llevar un charter con tripulación», sentencia.

Durante el verano, el curso más demandado es el más básico. «Oceanautic enfoca el curso haciendo dos grupos: al primero se le enseña los nudos básicos, y con el otro se realiza una inspección de seguridad del barco», cuenta de los Hoyos y continúa: «Después salimos a navegar y se aprenden las normas básicas de navegación y para evitar choques con otras embarcaciones». Para este emprendedor y profesor, la clave es realizar los cursos de forma que el apartado práctico vaya por delante del teórico, siempre que esto sea posible.

La importancia de la formación

La Costa del Sol reúne en verano a multitud de turistas interesados en el sector náutico. Sin embargo, hay que diferenciar a quienes llegan con experiencia y formación, y quienes solo tienen la intención de montar en pequeñas embarcaciones y motos de agua. Son estos últimos los que producen un mayor número de accidentes en nuestras costas. Por eso, es tan importante asegurarse de que cuentan con la formación adecuada.

«En Benalmádena, con Puerto Marina, tenemos mucho tráfico marítimo en esta época del año. Es fundamental estar al día de las normas, saber qué embarcaciones tienen preferencia para evitar accidentes, ya que se producen muchos cruces», reseña de los Hoyos. El curso básico se completa con una simulación de 'hombre al agua' y con las maniobras de fondeo, que suelen practicar a la altura de Guadalmar.

De los Hoyos es un enamorado de la vocación docente. «Me gusta tener la tranquilidad de que los alumnos van a ver el mar de otra manera y lo van a disfrutar de una forma más consciente y segura», recalca. Y da algunos consejos, como estar atentos a los cambios de mar, a la AEMET, conocer bien la zona y evitar cualquier tipo de despiste. «Hay que entender que la mayoría de accidentes se producen en embarcaciones pequeñas y se podrían evitar con un conocimiento básico y reglado», añade de los Hoyos.

Cruzar el Atlántico

De los Hoyos, además de un apasionado de la enseñanza, lo es del propio mar. Ha navegado en alguna ocasión por el Mediterráneo hasta llegar hasta las costas italianas, pero tiene un nuevo reto para el que lleva ya tiempo preparándose. Su sueño es cruzar el Atlántico en velero. Lo tiene casi todo preparado. Ya ha estudiado las cartas de navegación y sabe el trayecto a seguir en función de las mareas y todas las rutas posibles.

La mayor dificultad estará en volver de América, ya que se trata de una travesía más complicada en todos los sentidos. Pero de los Hoyos ya lo tiene decidido y, por su pericia y pasión por la navegación, está claro que este nuevo desafío no podrá llegar a otro lugar sino que a buen puerto.

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