Ensayo general en Cabo Cañaveral del cohete y la nave de la misión Artemis antes de viajar a la Luna

Este pasado jueves, el cohete, el más grande jamás construido, de 111 metros de altura y 130 toneladas, salió por primera vez del edificio de ensamblaje montado en un gigantesco vehículo 'oruga' de transporte y recorrió 6,7 kilómetros, desde el hangar hasta la plataforma de lanzamiento 39B del Centro Espacial Kennedy (Florida), donde aguardará a ser lanzado, previsiblemente en un mes, aunque dependerá de los resultados de las pruebas.

En los ensayos de este fin de semana, trabajará personal del Centro de Control de Lanzamiento de Florida, del Centro de Control de Misión de Houston (Texas), del Campo de Pruebas del Este de la Fuerza Espacial y del Centro de Apoyo de Ingeniería del SLS en Huntsville (Alabama). Se cargarán los tanques del sistema con 2,7 millones de litros de hidrógeno y oxígeno líquidos como el día del lanzamiento y se ensayará la cuenta atrás, incluidas las sesiones informativas y las comprobaciones de validación.

Una vez que se llegue al instante del lanzamiento, los controladores harán retroceder el reloj a T-10 minutos (10 minutos antes del despegue) y reanudarán la cuenta atrás, que se interrumpirá 10 segundos antes del encendido de motores para demostrar que tal extremo es posible. Tras los ensayos, el sistema volverá al edificio de ensamblaje de vehículos, donde se quitarán los sensores utilizados en las pruebas, se volverá a poner la nave a punto y se harán nuevos test antes del traslado definitivo del cohete y la nave Orion a la plataforma de despegue una semana antes de este.

La prueba será el final a meses de trabajo y preparativos por parte de los equipos de ingeniería y control de lanzamiento. Entre ellos, el malagueño Carlos García-Galán (Málaga, 1974), que tras entrar en la NASA con 23 años (allí dio sus primeros pasos en el Centro de Control de Misiones de la Estación Espacial Internacional) ha liderado durante dos décadas a los ingenieros que han trabajado en el desarrollo e integración de todos los sistemas de la nave espacial Orion.

El día del lanzamiento permanecerá al frente de todos ellos para dar soporte al grupo de operaciones en el control del lanzamiento. «Nos jugamos mucho», confesó recientemente a este periódico García-Galán, que no ocultaba su emoción con una misión de prueba, pero que es «decisiva» y que se prolongará «como mínimo 26 días, aunque puede llegar a 42, dependiendo del día de lanzamiento, de la trayectoria y la dinámica de órbitas que se tomen», apuntaba.

La NASA emprende así un primer viaje (Artemis I) que volverá a repetirse en 2024 (Artemis II), aunque en esa ocasión será con astronautas a bordo, entre ellos, una mujer. En ese viaje también permanecerán en la órbita lunar y no será hasta 2025 (Artemis III) cuando se produzca el alunizaje de la nave Orion y el mundo asista de nuevo a la llegada del hombre a la Luna 56 años después.

El objetivo entonces será aprender a vivir en la órbita cercana a la Luna, donde la gravedad es similar a la de Marte, para posteriormente emprender el viaje definitivo al Planeta Rojo. Un sueño al que la NASA ha puesto fecha: la próxima década.