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La malagueña que convierte el dinero en arte

El último trabajo de Mari Roldán ha sido el ‘Guernica’ de Picasso, realizado sobre tres billetes de cinco euros. "Si yo no puedo volar al menos que lo haga una parte de mí"

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Martes, 3 de abril 2018, 00:30

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Había sido su ilusión desde niña, pero en solo dos semanas la convirtieron en humo. El cuerpo de Mari Roldán (Málaga, 1994) dejaba entrever demasiados tatuajes para ser azafata de vuelo. «Será difícil que alguien te contrate con ellos», le espetó el director de la escuela. Aquella frase segó más que un sueño; dinamitó el proyecto profesional de una joven que hasta ese momento había tenido muy claro a qué iba a dedicar su vida: viajar, saltar de avión en avión, conocer mundo... Ya nada de eso entraba en sus planes. De la noche a la mañana, tuvo que pensar en un plan B. «Si yo no puedo volar, al menos que lo haga una parte de mí», se dijo.

Aficionada a la pintura, nunca imaginó que se agarraría a este hobby para salir del bache. Y así, sin pensarlo demasiado, un día cogió un billete de diez euros y empezó a pintar a bolígrafo sobre él, a dar forma a ‘La creación de Adán’, de Miguel Ángel. Temía que no se lo aceptasen en un comercio, que pensaran que era falso, pero aquella primera ‘obra’ firmada por Mari Roldán pagó el café que tomó con una amiga en una céntrica cafetería de su ciudad. No hubo reacciones y aquello le dio alas para seguir personalizando euros.

Arrancaba un viaje a un destino desconocido. Ahora sus billetes viajarían por ella y darían la vuelta al mundo. Aquello fue el pasado diciembre. Hoy ya lleva pintados dieciocho, de distintos valores, que utiliza indistintamente dependiendo del cuadro que decida plasmar sobre ellos. Vincent Van Gogh, Gustav Klimt, Salvador Dalí, René Magritte, Christian Schloe, Picasso... han sido hasta ahora algunos de sus elegidos. Por el momento, solo ha utilizado uno de 100 euros y fue para pintar sobre él la adaptación que el fotógrafo Patrick Defmet hizo del cuadro la ‘Lectura camuflada’, del pintor surrealista belga René Magritte. Su último trabajo ha sido el ‘Guernica’ de Picasso, realizado sobre tres billetes de cinco euros, que por el momento conservará. «Me da pena deshacerme de ellos», confiesa.

Todos los demás ya han volado de sus manos, aunque el punto de partida siempre es el mismo. «El segundo billete que pinté lo usé en una compra que hice con mi madre en el Mercadona que hay próximo a mi casa y, desde entonces, siempre lo pongo en circulación allí; se ha convertido en una especie de ritual». Hasta ahora nunca le han puesto una pega para aceptárselo. Trata de dejar a la vista el número de serie para evitar contratiempos. «Algunas veces me preguntan si lo he pintado yo, pero en la mayoría de las ocasiones pasan inadvertidos», asegura. No ha sido así para sus más de 18.000 seguidores en Instagram. Era una usuaria rasa de esta red social pero, a medida que fue mostrando sus obras, empezó a multiplicar admiradores. Sus trabajos no solo se compartían entre particulares; también lo hicieron algunas cuentas de galerías de arte, que convirtieron la iniciativa artística de Mari Roldán en un fenómeno viral hasta saltar a otras redes sociales, como Facebook y Twitter. «Lo más sorprendente fue cuando el productor de cine Brepp Ratner contactó conmigo para ver si podía pintarle un cuadro de Francis Bacon en un billete de euro, no lo quería de otra moneda», explica la artista. Ahora tiene en mente pintar alguna libra que una amiga le ha prometido traerle a su regreso a España.

Algunos de sus billetes en circulación.
Imagen principal - Algunos de sus billetes en circulación.
Imagen secundaria 1 - Algunos de sus billetes en circulación.
Imagen secundaria 2 - Algunos de sus billetes en circulación.

Para sus pequeños ‘lienzos’, siempre utiliza pintura acrílica y óleo, y no descarta probar algún barniz que permita protegerlos del manoseo diario. Precisamente, eso es lo que más desea, que sus billetes vayan de mano en mano y, por qué no, volverse a topar con ellos algún día y comprobar su estado después de tanto tiempo. «Soy consciente de que a alguien le gustará alguno de ellos y lo guardará, pero a mí me encantaría que no dejasen de circular y llegasen lo más lejos posible».

Tras la respuesta y la admiración que está recibiendo, la joven se está planteando estudiar ahora algo relacionado con las bellas artes y aprovechar esta oportunidad para hacerse un hueco en el mundo del arte. «Siempre he pensado que si algo se hace por obligación ya no es lo mismo, sobre todo si es un hobby, pero creo que puede funcionar. Me he dado cuenta de que esto es lo que realmente me hace feliz», asegura Roldán. Ahora ya piensa en una próxima serie, que se inspirará en Málaga. «Quiero que mi ciudad llegue lejos».

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