El hermano de la joven accidentada en Tailandia se vuelca con su retroexcavadora contra la DANA
Diego retira barro y escombros en Riba-roja de Túria para permitir el acceso a las empresas del polígono La Reva y piensa «en todas esas familias que lo han perdido todo»
Manuel García
Riba-roja de Túria
Jueves, 7 de noviembre 2024, 13:37
No lo dudó ni un segundo. Tenía a su hermana Ángela a miles de kilómetros de distancia, en la UCI de un hospital tailandés tras ... sufrir un grave accidente de moto y con la incertidumbre de cómo iría el vuelo de regreso en un avión medicalizado, a sus padres, preocupados y ansiosos también en el país asiático. Diego Agudo ya tenía bastantes preocupaciones en su cabeza.
Y llegó lo que nadie se esperaba: la DANA más brutal de la historia que ha arrasado buena parte de la provincia. Toda esta situación generó, en primera instancia, unos momentos de incertidumbre. Pero él, como trabajador de la empresa Bertolín, no lo dudó. Había que ayudar.
La adrenalina es la que lo está manteniendo con fuerzas más de una semana después de la tragedia. Él mismo se quedó incomunicado y sin poder hacer nada. Pero cuando ha podido, no lo ha dudado: «Pensaba en todas esas familias que lo habían perdido todo, que no podían hacer nada por salvar sus casas y sus vidas», explica a la hora de explicar su comportamiento.
Dicho y hecho. Actualmente, junto a los compañeros de su empresa, «que siempre ha sido muy solidaria», se afanan en la limpieza del polígono La Reva de Riba-roja de Túria. Allí hace falta dar pasos hacia la normalidad. Y Diego, con su retroexcavadora, lo está haciendo a través de la retirada de los miles y miles de kilos de escombros y lodo acumulados: «Queremos dar acceso a las naves industriales para que, cuanto antes, y en la medida de lo posible, puedan volver a retomar sus puestos de trabajo». Todo este material que van retirando, se deposita en vertederos con el objetivo de que las calles del polígono al menos sean practicables.
«En seguida salimos a la calle para dar el máximo de nosotros y hacemos todas las horas de trabajo que nos permite el día», explica. Así, cuando acaba la jornada laboral, «caigo redondo en la cama, descanso lo que puedo y al día siguiente vuelvo al trabajo».
Y a todo ello se añaden todas las gestiones y el papeleo al que aún de hacer frente en relación al caso de su hermana. Pero Diego no lo duda. Ya habrá momento para descansar, reflexiona tras cada palada mientras piensa tanto en su hermana como en los miles de afectados de la DANA, dos motivos para no desfallecer.
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