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Imagénes de la operación Turia. Guardia civil

Favelas, coca y el narco que fingió su muerte por covid en Marbella

La Guardia Civil, la DEA estadounidense y la Policía Federal de Brasil desmantelan una organización que introducía grandes cantidades de cocaína en Europa e investigan si está vinculada al Mayor Carvalho, uno de los traficantes más buscados por Interpol

Juan Cano

Viernes, 18 de febrero 2022, 12:46

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Se conoce como 'gancho ciego' o 'gancho perdido'. Consiste básicamente en que, cuando el contenedor pasa el control de Aduanas y se sube al barco con la carga legal, alguien lo abre, introduce los paquetes de cocaína y vuelve a colocarle unos precintos idénticos a los oficiales. Un método sencillo que, por otra parte, requiere lo más difícil: la complicidad de empleados infieles en puertos de origen o escalas.

Con este sistema, uno de los más antiguos en el mundo narcotráfico, operaba una red internacional que sembró Europa de cocaína procedente de Brasil a través de los puertos españoles. Una operación coordinada entre Europol, la DEA estadounidense y la Policía Federal brasileña ha torpedeado la organización, que hunde sus raíces en las favelas, donde hubo que entrar con tanquetas y enfrentarse a tiros con los narcos.

En la redada se ha detenido a dos objetivos de alto valor policial (HVT) para la agencia europea, dos traficantes a los que se sitúa en la cúspide de la trama. Según fuentes del operativo, las autoridades brasileñas investigan también los posibles vínculos de esta organización con Sérgio Roberto de Carvalho, más conocido como el Mayor Carvalho por ostentar ese cargo en la Policía Militar brasileña hasta 2018, cuando huyó de su país, donde se le considera uno de los grandes capos de la droga.

La historia de Carvalho

La historia de Carvalho parece sacada de un guion cinematográfico. Tras salir de Brasil, se refugió en Marbella bajo el nombre de Paul Wouter, un surinamés de 57 años. Pero su nueva identidad se quemó muy pronto, porque se le relacionó con un alijo de 1.700 kilos de cocaína enviado a Galicia (la operación Titán II, que sentó en el banquillo a 19 acusados) y el fiscal pidió 13 años de cárcel para Wouter. El caso es que, días después de que se formulara acusación, el juzgado que instruía el caso recibió un certificado de defunción de Wouter.

La pandemia ofrecía el escenario perfecto. Había muerto -al menos sobre el papel- por Covid-19 en su casa Marbella. El certificado está fechado el 29 de agosto de 2020 y supuestamente firmado por un médico. Según el documento, habría sido hasta incinerado. Poco después, las autoridades brasileñas alertaron a las españolas -que habían archivado el caso contra él- que las huellas de Wouter coincidían con las de Carvalho. Eran la misma persona.

Los investigadores sospechan que todo ello no fue más que una nueva cortina de humo del Mayor. Para Interpol, para las autoridades brasileñas y para la UCO, Carvalho sigue vivo. Se cree que, tras fingir su muerte, cruzó a Portugal, desde donde escapó a Dubái o a Ucrania, según fuentes de la investigación, donde estaría tratando de reorganizarse.

Imágenes de la operación Turia. Guardia Civil
Imagen principal - Imágenes de la operación Turia.
Imagen secundaria 1 - Imágenes de la operación Turia.
Imagen secundaria 2 - Imágenes de la operación Turia.

En Brasil sospechan que Carvalho estaría relacionado con la red ahora desmantelada, que las autoridades catalogan como «una de las más activas» en el narcotráfico entre Sudamérica y Europa. La investigación se denominó Turia y arrancó hace algo más de un año, cuando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil puso el foco en el aumento de aprehensiones de cocaína en puertos españoles, todas con el método del gancho ciego. El hilo del que tirar lo encontraron los agentes en abril de 2021. Los investigadores interceptaron un alijo de 300 kilos de cocaína del puerto de Valencia y se detuvo a tres personas que utilizaron un vehículo autorizado a operar en el recinto portuario para extraer la mercancía de un contenedor.

A raíz de esa intervención y de toda la inteligencia policial acumulada, se inició una «ambiciosa operación» a nivel internacional con total implicación de la Guardia Civil junto a las autoridades brasileñas, norteamericanas y belgas, además de EUROPOL. Durante este tiempo, todos los Cuerpos y Agencias participantes han conseguido crear un equipo de trabajo que identificó a los principales cabecillas de la red delictiva, desde Dubái hasta Brasil, así como la incautación, en diferentes intervenciones, de casi 4.900 kilos de cocaína sólo en la Península.

En España se ha detenido a cuatro personas, cuatro de ellas en la provincia de Barcelona, donde se llevaron a cabo cinco registros. En uno de ellos, dentro de una nave, se localizaron 400 kilos de cocaína que acababan de llegar de Brasil a través del puerto de la Ciudad Condal. Además, fruto de uno de los registros, se ha intervenido una plantación indoor de marihuana con más de 300 plantas, así como varios vehículos de alta gama, dispositivos de telefonía móvil encriptada de gran interés para la investigación y joyas.

De manera simultánea, la Policía Federal brasileña, en la que han denominado operación Turfe y en la que han participado agentes de la UCO, han realizado 30 registros domiciliarios, muchos de ellos en favelas donde tuvieron que entrar con tanquetas y donde hubo algún intercambio de disparos con la policía. Allí hubo otros 20 detenidos de esta organización. Pero Carvalho, por ahora, sigue huido.

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