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La renta familiar no puede ser la causa de que un joven que quiera no pueda seguir en el sistema educativo. Al terminar la etapa de enseñanza obligatoria (la ESO) son muchos los estudiantes que se ven abocados a buscarse un trabajo porque sus familias no les pueden costear los estudios o porque necesitan aportar a la economía familiar. En algunos casos, en concreto en los pueblos, estudiar el Bachillerato implica desplazarse a otros municipios. Y para la FP, el sistema de distrito único para toda Andalucía implica para algunos desplazarse incluso a otras provincias si quieren cursar el ciclo que les interesa. La Consejería de Educación ha convocado la denominada Beca 6000, una ayuda económica que puede alcanzar los 6.000 euros, destinada a estudiantes de Bachillerato y ciclos formativos de grado Medio de FP. La beca se puede solicitar hasta el próximo día 14 de diciembre. El curso pasado fueron 1.700 estudiantes malagueños los que consiguieron esta beca, lo que supuso un importante incremento respecto al anterior, cuando fueron 1.400 los alumnos beneficiados.
Los solicitantes deben reunir los requisitos académicos exigidos por el ministerio para la beca general (este año se ha bajado a un 5 de media), estar matriculados en curso completo y en la modalidad presencial. A los alumnos se les exige rendimiento académico y asistencia a clase, de manera que se suspenderá la beca en caso de que se alcance un 15 por ciento de faltas de asistencia sin la debida justificación.
Una de las quejas de los beneficiarios de esta beca es el retraso en el pago. Aunque la propia convocatoria señala que se abonarán 600 euros por mensualidad vencida entre septiembre y junio, lo cierto es que el pago se produce ya entrado el mes de julio, y de manera completa. «Es un sistema que viene muy mal para personas que tienen necesidad de este dinero», señala Laila Soto, estudiante de segundo de Bachillerato en el Salvador Rueda y que ya el curso pasado fue beneficiaria de la Beca 6000. «Es una gran ayuda», reconoce, porque en su caso «sin la beca no podría seguir estudiando». Y un estímulo, pues tienen que aprobar y asistir a clase.
Adrián Fernández también disfrutó el año pasado de la Beca 6000. En su caso estudió segundo de Bachillerato en Antequera. Ahora está matriculado en Ingeniería de Software en la UMA. Su madre, Mari Carmen González, reconoce que la beca fue una gran ayuda: «Vivimos en Alameda, y tenía que ir todos los días a Antequera». La beca también le ayudó a pagar una academia, y en este curso, ya en Málaga, a costearse los gastos en estos primeros meses, hasta que llegue la beca del ministerio. Como en el caso de Laila, lamenta que el dinero llegue tan tarde, ya terminado el curso, lo que obliga a las familias a cubrir estos gastos. Pero agradece este ayuda, que permitió a su hijo terminar el Bachillerato y llegar a la universidad.
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