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La educación financiera, un derecho de todos

josé maría roldán alegre

Jueves, 12 de marzo 2015, 11:25

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Aunque pueda resultar paradójico, a menudo nos vemos obligados a tomar decisiones muy importantes en nuestras vidas para las que hemos recibido poca o ninguna preparación y ello a pesar de los muchos años de estudio que podamos llevar a cuestas. Un caso obvio son las cuestiones relacionadas con la salud, pero no es el único. Pensemos, por ejemplo, en las decisiones financieras. Cada día tenemos que adoptar decisiones relacionadas con nuestra economía familiar: cuánto gastar, cómo afrontar esos pagos, con un crédito o al contado, qué parte de nuestros ingresos debemos destinar al ahorro o cómo afrontar la jubilación, por citar solo algunas de las cuestiones más frecuentes relacionadas con nuestros ingresos y gastos familiares.

Todas ellas nos obligan a tomar decisiones, a veces, de gran trascendencia y que tendrán consecuencias a largo plazo. ¿Y cómo las resolvemos? En general, apelando al sentido común, observando lo que hacen otros, informándonos a través de la prensa especializada o de la publicidad de las entidades de crédito. Son, en todo caso, herramientas insuficientes para asegurar que nuestras decisiones son acertadas.

Por todo ello, una formación específica sobre todos estos conceptos resulta fundamental, sobre todo en un momento como el actual en el que la evolución de la economía es difícil de prever y los productos financieros al alcance de los ciudadanos son cada vez más complejos. Cuanto mayor sea nuestra cultura financiera, más capacidad tendremos para elegir la opción más adecuada, lo que redundará claramente en nuestro bienestar y en el de nuestro entorno.

La educación financiera así concebida debe permitir que los individuos, las familias y también las pequeñas y medianas empresas puedan tomar sus decisiones de inversión y consumo de productos financieros de acuerdo con su perfil de riesgo, sus necesidades actuales y sus expectativas futuras. De este modo, la educación financiera se erige como un factor determinante para que el sistema financiero desempeñe correctamente su función de canalizar el ahorro y contribuya a mantener la confianza en el mismo.

Si la educación financiera es fundamental en el desarrollo de una sociedad, lo más adecuado es que esa enseñanza empiece en la escuela. Muchas de las decisiones que toman los adultos en relación a sus finanzas tienen que ver con prejuicios sobre el uso del dinero. Una buena formación financiera en la etapa escolar es la mejor manera de eliminar esas ideas preconcebidas. La generalización de la educación financiera en los colegios permitirá que toda la población tenga acceso a ella y, de esta forma, se convertirá en un instrumento que favorece la igualdad de oportunidades y fomenta la inclusión financiera.

En los últimos años se han dado pasos decisivos en el desarrollo de la educación financiera en nuestro país. A partir de las recomendaciones de la OCDE, el Banco de España y la CNMV pusieron en marcha en 2008 el Plan de Educación Financiera, que incluye, entre otras iniciativas, la creación de una página web -www.finanzasparatodos.com-, la formación de profesores, materiales para impartir las clases y la organización de seminarios. Además, el Ministerio de Educación ha introducido una asignatura sobre educación financiera en el currículo escolar, una iniciativa que han comenzado también en otros países de nuestro entorno.

Ofrecer a la sociedad española y, sobre todo a nuestros escolares, acceso a la formación financiera es fundamentalmente una responsabilidad de las administraciones públicas, al igual que lo es el conjunto de la educación, si bien la iniciativa privada, y más concretamente el sector financiero, está en una inmejorable posición para contribuir a la difusión de estos conocimientos. Por esa razón, en los últimos años los bancos asociados a la AEB han puesto en marcha cerca de medio centenar de iniciativas con el objetivo extender la educación financiera al mayor número de ciudadanos posible, poniendo especial énfasis en la población escolar. Esta inclinación de nuestros bancos por la educación financiera es indicativa de que son los primeros interesados en que sus clientes tengan una compresión financiera suficiente para tomar decisiones de forma racional y responsable. Nuestros bancos tienen muy claro que el interés del cliente y de la entidad es el mismo, como no puede ser de otra forma en entidades cuyo modelo de negocio se basa en relaciones estables y de largo plazo con el cliente.

En este contexto, la Asociación Española de Banca (AEB), que ya había firmado un convenio de colaboración con el Plan Nacional de Educación Financiera, ha decidido dar un paso más en este terreno mediante la puesta en marcha del programa 'Tus Finanzas, Tu Futuro', en el que participan sus principales asociados. Este programa contempla que durante las tres primeras semanas de marzo, un total de 400 voluntarios -todos empleados de los bancos participantes- impartirán talleres sobre finanzas a más de 5.000 alumnos de 3º y 4º de la ESO en toda España. El proyecto, que tiene vocación de permanecer en el tiempo, cuenta con la colaboración de la fundación Junior Achievement, una de las mayores organizaciones educativas sin ánimo de lucro del mundo, que tiene como objetivo fomentar entre los jóvenes el espíritu emprendedor.

En suma, creo sinceramente que es básico en una sociedad libre y democrática que las personas tengan acceso a la mayor cantidad de información posible que les permita acertar en la toma de decisiones claves para su economía personal. La educación financiera se constituye así en una pieza vital/fundamental para desarrollar las habilidades y confianza precisas para adquirir mayor conciencia de los riesgos y oportunidades financieras, tomar decisiones informadas y saber dónde acudir para pedir ayuda. Es, por tanto, responsabilidad de todos, administraciones públicas y sector privado, poner a disposición de la sociedad las herramientas necesarias para alcanzar este objetivo. Ese es nuestro compromiso hoy y en los años venideros: apostar por la educación financiera es apostar por un futuro mejor para nuestros bancos y para sus clientes.

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