«La escuela no es para sufrir, es para disfrutar aprendiendo»

Participación, diálogo, coordinación y cogobernanza. Fueron las palabras que más subrayó la ministra para tratar de abrir una nueva etapa de diálogo tras los enfrentamientos de la oposición (PP, Vox y C's, fundamentalmente) con su antecesora en el cargo, Isabel Celaá, que sacó adelante la nueva ley educativa, la Lomloe. «Mi objetivo es mejorar la calidad de la educación de este país, y para eso lo primero que tenemos que hacer es reducir los decibelios del debate. Para mí el diálogo va a ser la tónica del ministerio que dirijo, y siempre voy a tener la mano tendida», dijo la ministra a los diputados de la comisión a modo de resumen de la nueva filosofía de la 'Casa'. «A todos los consejeros de Educación de las comunidades autónomas les he dicho que mi interés es ampliar el consenso que tuvo la ley educativa. Y tenemos la oportunidad de hacerlo a través de los proyectos normativos que estamos elaborando. La puerta del ministerio va a estar siempre abierta para escuchar a todo el mundo», reiteró Alegría, que recordó que en, Aragón, su tierra, consiguió fraguar un pacto por la Ciencia cuando era consejera. «Fue un buen acuerdo. Ahora quiero ir dando pasos para lograr que en el futuro puedan alcanzarse en España diversos Acuerdos por la Educación».

Con esta mano tendida, Alegría pretende desactivar la polémica de los nuevos currículos, que han recibido las críticas del PP y Vox por introducir, por ejemplo, en todas las asignaturas, incluyendo las Matemáticas, la perspectiva de género, por dejar de enseñar los números romanos o por terminar con los dictados.

La ministra ha reiterado su «total disposición» a «ampliar todo lo posible el apoyo» a este currículo, así como a los de la ESO, también controvertidos por eliminar los exámenes de recuperación para pasar de curso y por que el alumno suspenso pueda titular salvo que los profesores consideren que debe repetir.

«Hacer un currículo más competencial, aplicado, práctico, adaptado a situaciones de aprendizaje reales, basado en aprendizajes más profundos, no implica en absoluto reducir en un ápice la calidad de nuestro sistema educativo», reiteró Alegría, que quiere, como su predecesora, poner medios para acabar con el fracaso escolar en España, uno de los más altos de la UE. «Cuando yo hablo de esfuerzo (en el que creo firmemente), me refiero a algo que se consigue con motivación, con estímulos y apoyos y no con simples exigencias. Se consigue mucho mejor con bienestar que con sanción. La escuela no la debemos diseñar para sufrir, sino para disfrutar aprendiendo».

Por otro lado, la ministra ha anunciado que el próximo año presentará una norma que regulará las condiciones básicas para la ordenación y organización de las enseñanzas artísticas superiores, que contará con las aportaciones del sector y de todos los órganos de participación.

«Es el momento de reconocer el papel fundamental que estas enseñanzas tienen en nuestra sociedad. Es preciso darles el reconocimiento y el prestigio acordes con su contribución fundamental a nuestra civilización y a nuestra cultura», ha añadido.

También en enero de 2022, la titular de Educación presentará una propuesta relativa a la formación inicial, el acceso y el desarrollo profesional de los docentes a quienes «tenemos que prestar la máxima atención» ya que «les debemos todo lo bueno que tiene y ha tenido nuestra educación». Por eso, «revisaremos el acceso y la incorporación a la profesión, impulsando, a través de diferentes normas y acuerdos, el carácter práctico de la formación, la colaboración con profesorado experto, el trabajo en equipo y el conocimiento de proyectos educativos de éxito».

Alegría también se refirió a la educación inclusiva e insistió en la idea de que las administraciones deben proveer de los medios necesarios a las escuelas ordinarias para que puedan atender a los alumnos y alumnas con necesidades especiales que así lo deseen, y siempre con el acuerdo de las familias. «La escolarización en centros ordinarios, solo se hará con el acuerdo de las familias y asegurando la existencia de recursos técnicos y humanos especializados en el centro educativo». Y recordó que los centros de educación especial seguirán desarrollando su imprescindible labor con todos aquellos niños y niñas que necesiten un nivel de apoyo imposible de prestar en un centro ordinario. «Las familias de los 38.000 alumnos y alumnas que van a centros de educación especial pueden estar tranquilas», ha recalcado Alegría.

También dijo que los dos ejes principales de la política educativa del Gobierno son calidad y equidad. «El objetivo es una política educativa que haga posible que las niñas y niños tengan acceso pleno a una buena educación sin lastres ni barreras» y que, a la vez, «aporte los recursos económicos necesarios, promueva la renovación pedagógica y favorezca la mejor formación de los docentes».

«Hace falta un modelo educativo que tenga en cuenta la realidad de que la desigualdad comienza en la escuela porque viene en la mochila de los niños y niñas», ha explicado Pilar Alegría. »Una educación que dé más apoyo a quien más lo necesita para que todos obtengan ese nivel educativo imprescindible y suficiente que las administraciones públicas estamos obligadas a proporcionar«.