Ecologistas piden el veto temporal a nuevas macrogranjas para reducir las emisiones de metano

Éste es uno de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) estudiado por los científicos responsables de vigilar el cambio climático, pero siempre ha tenido un papel secundario con respecto al CO2. Sobre todo, porque la emisión y acumulación de este último en la atmósfera es muy superior. En España, por ejemplo, y según el último Inventario de Emisiones de GEI publicado por el Miteco correspondiente a 2023, el 80% de los gases emitidos se corresponde con el dióxido de carbono y sólo un 15% es metano.

Ahora bien, recientemente este gas ha atraído la atención de las autoridades internacionales y científicas porque tiene una capacidad de retener la energía solar en la atmósfera muy superior al del CO2, por lo que ejerce un papel importante en el avance del cambio climático. «Se estima que por sí solo es el responsable de al menos una tercera parte del calentamiento global actual», apunta Fernando Valladares, científico del CSIC.

Así, es 80 veces más potente que el CO2 a 20 años y sus emisiones son las que más se han incrementado desde la era preindustrial, en concreto un 265 %.

«España, suscrita al Compromiso Global del Metano (Global Methane Pledge, en inglés), debe reducir al menos un 30 % sus emisiones para 2030, pero el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) no plantea ningún objetivo de reducción específico de estas emisiones ni contempla medidas concretas para llevarlo a cabo», reclaman los citados grupos ecologistas.

El plan estatal cita una reducción del conjunto de las emisiones invernadero del 32% con respecto a 1990, sin centrarse en ninguna de las analizadas: CO2, metano, óxido nitroso y gases fluorados.

La propuesta de no autorizar más instalaciones ganaderas industriales se debe a que el 65% de las emisiones de metano, tal y como recoge el Miteco en su citado Inventario, proceden del sector de la cría de animales. Junto a la moratoria, piden que la cabaña ganadera intensiva se reduzca en un 50% para 2030, además de fomentar la denominada 'dieta planetaria', que propone consumir proteína procedente de frutos secos y legumbres en vez de carne y lácteos.

Lo que los ecologistas piden es un cambio en el modelo productivo, con impuestos a los productos industriales y más subsidios a los modelos ganaderos alternativos de base agroecológica.

Sobre el otro gran emisor de metano, los vertederos, reclaman la prohibición progresiva del envío de residuos orgánicos a estos últimos e invertir en sistemas de captura de gas para la autogestión energética y ampliar el compostaje como alternativa al tratamiento de estos restos. El biometano sí está señalado en el PNIEC como alternativa para transformar esta basura y darle un valor en el mercado, pero, denuncian, «no se aborda la prevención de fugas ni la reducción de los residuos en origen».

Por último, un 15% de las emisiones de este controvertido gas proceden de fugas que se producen en el transporte o su producción. Sobre esto, proponen prohibir contratos con empresas a las que se les hayan detectado grandes fugas, entre otras.

«Las organizaciones ambientales instamos al Gobierno a actuar con responsabilidad climática y ambiental, y no demorar por más tiempo la aprobación de un Plan Nacional para la Reducción de Emisiones de Metano», concluyeron los representantes de las citadas organizaciones.