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Vista de la Tierra desde la nave de Virgin a 90 kilómetros de altura. reuters
Richard Branson y su viaje al espacio: «una experiencia única en la vida»

Richard Branson y su viaje al espacio: «una experiencia única en la vida»

El multimillonario británico aterriza sin complicaciones tras un viaje suborbital a 90 kilómetros de altura y flotar durante unos cuatro minutos en ingravidez

COLPISA / AFP

Las Cruces (Nuevo Méjico / EE UU)

Domingo, 11 de julio 2021, 16:54

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El multimillonario británico Richard Branson aterrizó este domingo sin contratiempos en su base de Spaceport America en el Estado norteamericano de Nuevo México tras su primer viaje suborbital. Lo hizo tras pasar unos minutos en la frontera del espacio a bordo de una nave de su empresa Virgin Galactic, una aventura con la que siempre había soñado y un hito para el turismo espacial. «Una experiencia única en la vida», como la definió el propio magnate desde el propio aparato

La nave VSS Unity, desarrollada por la empresa que fundó y que también transportaba a dos pilotos y otros tres pasajeros, aterrizó en una pista de esta base aérea –el primer puerto espacial comercial construido en el mundo e inaugurado en octubre de 2011- aproximadamente a las 10:40 horas locales (17:40 horas en España). . Horas antes ya había declarado, lleno de satisfacción, que era «un día precioso para viajar al espacio». Él lo hizo llegando a estar a un máximo de 90 kilómetros de altura de la superficie terrestre.

De los tres magnates que planeaban hacerlo este año ha sido el primero, en teoría al objeto de probar de primera mano la experiencia que vivirán sus futuros clientes, eso sí, a un precio inalcanzable para cualquier ciudadano medio. El 20 de julio seguirá sus pasos Jeff Bezos (Blue Origin), en un vuelo que en teoría debería superar los 100 kilómetros de altura aunque también será de tipo suborbital, es decir, al borde de la atmosfera y donde la exposición a la ingravidez solo durará unos minutos. Ya para finales de año Elon Musk (Space X) tiene programado un vuelo de su Crew Dragon a una altura de 540 kilómetros y orbitando la Tierra cada 90 minutos durante un viaje que se extenderá aproximadamente tres días. Lo que no ha confirmado es si él mismo irá.

El propio Musk quiso estar presente este domingo en la base de Spaceport America para apoyar a Branson y tratar de mostrar así que, más allá de la propia rivalidad empresarial en esta carrera por el turismo espacial, no existe enemistad alguna contra ellos. En una línea similar, Bezos deseó a través de Instagram «un vuelo exitoso» al millonario británico.

Ascenso supersónico

Tras unas pequeñas demoras por las condiciones meteorológicas, un enorme avión que transportaba la nave espacial recorrió los más de tres kilómetros y medio de la pista y realizó un despegue horizontal alrededor de las 8:40 horas de la mañana locales (las 15:40 horas de la tarde en España) desde esta base situada en el desierto de Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos y a unos 70 kilómetros de la ciudad de Las Cruces . Una vez que alcanzó unos 15 kilómetros de altura, la nave se desprendió e inició un ascenso casi vertical supersónico hasta superar los 80 km de altitud, el punto establecido en Estados Unidos para la frontera espacial.

Cuando se apagó el motor los pasajeros pudieron desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez, admirando la curvatura de la Tierra desde una de las doce ventanas que tiene la cabina. Después, tras alcanzar una altitud máxima de unos 90 kilómetros, la nave volvió a descender.

Richard Branson y los otros pasajeros durante los minutos de ingravidez.
Richard Branson y los otros pasajeros durante los minutos de ingravidez. reuters

El excéntrico multimillonario de 70 años, fundador del grupo Virgin (cuyas actividades van desde una aerolínea hasta el deporte), ha cultivado durante mucho tiempo una imagen impetuosa con una serie de hazañas deportivas. «Cuando era niño quería ir al espacio. Como eso no parecía probable para mi generación, registré el nombre Virgin Galactic con la idea de crear una empresa que lo hiciera posible», escribió Richard Branson hace unos días.

Un objetivo que estuvo a punto de fracasar en 2014 cuando el accidente en vuelo de una nave de Virgin Galactic provocó la muerte de un piloto, retrasando considerablemente todo el programa. Desde entonces la VSS Unity ha viajado al espacio suborbital (estos trayectos requieren menos potencia y velocidad que los orbitales) hasta en tres ocasiones entre 2018 y 2019, con pilotos a bordo e incluso un pasajero.

«Nada te prepara para esto»

«He soñado con este momento desde que era pequeño pero honestamente nada te puede preparar para algo así», dijo Branson en una rueda de prensa desde la base poco después de su aterrizaje. «Es imposible describir con palabras cómo te sientes cuando ves la Tierra desde allí arriba, es de una belleza indescriptible. Estoy deseando que todos vosotros podáis subir también para esta experiencia mágica», afirmó antes de anunciar que regalará dos asientos en su nave espacial entre las personas que realicen donaciones a través de Omaze.com., una empresa que recauda fondos con fines sociales.

La nave VSS Unity (derecha) en pleno vuelo vertical tras separarse del avión que lo llevó desde su base terrestre.
La nave VSS Unity (derecha) en pleno vuelo vertical tras separarse del avión que lo llevó desde su base terrestre. reuters

Los responsables de Virgin Galactic prevén a partir de ahora realizada otros dos vuelos más de prueba, para luego iniciar sus primeras operaciones comerciales regulares a principios de 2022. Ya a largo plazo, pretende realizar 400 vuelos al año desde su base Spaceport America. De hecho, ya ha vendido unos 600 pasajes a personas de 60 países por un precio de entre 200.000 y 250.000 dólares cada uno. Y es que aunque Branson siga repitiendo que «el espacio es de todos», la aventura sigue estando al alcance de unos pocos privilegiados.

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