La adicción a las drogas, internet y las apuestas sigue al alza

Basado en 17.899 encuestas realizadas entre el 7 de febrero al 11 marzo, cuando la pandemia interrumpió el trabajo de campo, el estudio, no obstante, muestra que la percepción social es que hay una «tendencia descendente para todas las sustancias». «Las de uso legal, como el alcohol y el tabaco, son las más consumidas, y después el cannabis y la cocaína», dice Joan Ramón Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, durante la presentación del estudio. «Afecta más a hombres que a mujeres».

Los atracones de alcohol hasta la inconsciencia es una tendencia al alza. «El 7% de los jóvenes va camino a tener un problema con el alcohol», alerta Villalbí. Conocido como el 'binge drinking', las quedadas para beber tanto como se pueda en el menor tiempo posible se han triplicado desde que comenzaron a analizarse. De tener una prevalencia del 5,3% en 2003 tiene ahora un 15,4% en 2019.

Con una proporción de cuatro hombres por cada mujer, el consumo de riesgo entre ellas ha subido una décima con respecto a una década atrás. Ahora bien, a pesar de este comportamiento destructivo, en líneas generales las borracheras anuales han bajado. Del 23% al 19,5%. La percepción de los encuestados es que el alcohol es la «menos peligrosa» de las drogas y la mitad de la población considera que sólo causa «muchos o bastantes problemas» si se consumen «5-6 cañas / copas el fin de semana».

Se «observan con atención» debido a los antecedentes en países como Estados Unidos donde hay una «epidemia», según Villalbí. El apartado de los opioides, que son sustancias sintéticas con efectos parecidos a los opiáceos, también sigue una curva hacia arriba. El consumo de opioides pasa del 14% al 15% entre quienes lo han probado «alguna vez en la vida» y la prevalencia de consumo en el último mes va del 2,9% al 3,6%. Los opioides más usados son la codeína y el tramadol, en más de la mitad de los casos, en un 15% la morfina y en un 3,6% el fentanilo. La mayoría de los consumidores tienen una receta médica y sólo un 0,6% la consigue en el mercado negro o por intermedio de un amigo o familiar. «Parece ser muy bajo», tranquiliza Villalbí.

La marihuana o hachís, por norma fumada en «porros», casi cuadruplica su consumo en una década. Los que la fuman a diario representaba el 0,8% de la población en 1999 y ahora es el 2,9%, mientras que los que la han fumado en el último mes pasa del 4,6% al 8%. Más de la mitad cree que se puede comprar hachís en menos de 24 horas de forma «fácil».

El juego 'online' se duplica, del 3,5% al 6,7%, y afecta más a los hombres entre los 25 y los 34 años, una franja de edad en la que juega un 9,3%. Entre menores de edad, recogidos en la estadística junto a los que han cumplido los 24, lo hace el 8,3% a pesar de las prohibiciones, mientras que entre los 35 y los 44 los jugadores alcanzan el 6,9%.

En la modalidad presencial también aumenta. Va del 59% al 63%. Al contrario que la 'online' que se ceba en los jóvenes, la presencial afecta más entre los 55 y los 64 años con un 77%, y baja gradualmente hasta los 35 años, con un 67% de prevalencia.

Sanidad llama a la reflexión: 670.000 personas de 15 a 64 años sufre una conducta de «posible juego problemático o trastorno del juego». En términos porcentuales, el 15,8% de los que juegan 'online' carecen de capacidad para controlar las apuestas que hacen. En la presencial, el 3,5%. Juegan con más frecuencia, incluso diariamente, gastan más dinero y alternan con alcohol y drogas. No obstante estos datos, la tendencia general es a la baja, del 2,6 al 2,2 en dos años.

Aunque el consumo de tabaco tiene un descenso del 36,8% al 34,5% entre los fumadores diarios en los últimos diez años, las personas que optan por el cigarrillo electrónico compensan esa caída y llegan hasta el 1,1% de fumadores diarios. Es una tendencia al alza con más del 4% de vapeadores ocasionales, entre los 15 y 64 años. «La pregunta es si los que usan los cigarrillos electrónicos nunca habían fumado o lo habían dejado», plantea Villalbí, que reconoce que falta información en la muestra. «No hay una reducción y sí nuevas formas de publicidad, como los 'influencers' o productos electrónicos que no están regulados».

Además, los que aseguran que nunca dejarán de fumar tabaco suben cinco puntos porcentuales con respecto a dos años antes. «Consumir cigarrillos electrónicos se considera mucho menos peligroso que fumar tabaco», mantiene el informe entre sus conclusiones.

La utilización mensual del estimulante blanco pasa del 1,6% al 2,5%, mientras que los adictos que esnifan a diario pasan del 0,9% al 1,1% en los últimos años. Esta tendencia, catalogada como «estable» por Sanidad, es similar al de otras drogas ilegales como éxtasis, anfetaminas, alucinógenos, metanfetaminas y heroína.

Además del juego de azar, otra de las adicciones sin sustancias que se incluye en 'Edades' es el uso de internet. Según el estudio, 1.139.000 personas de 15 a 64 años han hecho un uso compulsivo de internet y es otra de las adicciones que va en franco crecimiento. Entre 15-24 años aumenta del 9,5% de 2017 al 11,3% de 2019. La tendencia a la adicción a las pantallas crece incluso en la franja de personas entre 55 y 64 años, donde se dobla. En dos años pasa del 0,5% al 1%.