Aceite de oliva: ¿a qué se debe la fuerte subida de precios?
El ingrediente clave de la dieta mediterránea ha noqueado el bolsillo de los hogares, que pagan ahora un 52% más por él que hace un año
Haciendo honor a su denominación, el aceite de oliva se ha convertido hoy día en un auténtico 'oro líquido'. Literal. Una pesadilla para el maltrecho ... bolsillo de los consumidores, castigado por una inflación que no da tregua a la economía doméstica. Y es que en los últimos meses este producto -que además es un básico en la cesta de las familias- ha experimentado una escalada sin precedentes. Según los últimos datos del IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado agosto costó un 52,5% más que en 2022 durante el mismo mes. La mayor subida interanual en 21 años. Además, un estudio presentado esta semana por Facua advierte de otra cifra preocupante: el precio del virgen extra se ha disparado hasta un 75% en solo un mes en la misma cadena de distribución. En concreto, el informe revela que las subidas de los precios de septiembre a octubre llegaron a alcanzar los 5,53 euros por litro tras comparar 70 marcas en distintos formatos en ocho grandes cadenas de supermercados.
Ante esta realidad, la indignación -y frustración- crece entre los clientes, atónitos ante una escalada a la que no se le ve el fin. Sin embargo, ¿a qué se debe? Un trabajo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) pretende aportar luz en este túnel. «La sequía, el aumento del coste de los fertilizantes y el efecto acopio explican la subida de precio de este producto», indican. y añaden: «La misma botella de aceite de oliva virgen extra puede llegar a costar un 45% más en función del establecimiento donde se compra», señalan.
Según la UOC, hace apenas cuatro años, comprar aceite de oliva virgen extra suponía un desembolso medio de unos 3 euros el litro. «Hoy ese precio parece algo inverosímil, un recuerdo lejano. Comprar ese mismo aceite es, actualmente, tres veces más caro (el precio medio del AOVE es de 9.61 euros), y en algunas marcas premium se ha cuadruplicado y ya se acerca a los 13 euros el litro», argumentan expertos de la UOC.
¿Tiene algo que ver la guerra de Ucrania? Desde la Universitat Oberta de Catalunya despejan dudas: «Esta subida no es nueva; antes del conflicto bélico ya estaba produciéndose. Evidentemente, todo lo que ha acontecido a partir de 2022 lo ha agravado. Y uno de los motivos principales que explican la subida mes a mes es la sequía. Encadenar varias cosechas con escasez de agua repercute en los olivares y, por lo tanto, en su precio», afirma Cristian Castillo, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC e investigador del grupo SUMAT.
De hecho, 2022 fue el año más caluroso de la historia de España, y hoy el país se enfrenta a una grave sequía que afecta al 14% de su territorio, lo que provoca alertas por escasez de agua. Las lluvias durante el año 2023 han sido un 17% por debajo del promedio de las últimas tres décadas. Para Castillo, además de la sequía, hay otras variables que han empujado los precios al alza: «La subida de los precios de los fertilizantes ha afectado. El motivo es que para su fabricación se utiliza gas natural y, debido a su incremento de precios, ha acabado repercutiendo en el coste del producto final».
A todo ello se le suma un tercer ingrediente: el comportamiento atípico en el consumidor, el denominado «efecto acopio». «El anuncio de la subida de tarifas del aceite desencadenó la compra masiva para almacenar en los hogares. Un incremento de la demanda repentino sin que la oferta pueda ajustarse. Esto acaba repercutiendo directamente en los precios», añade Castillo.
La importancia de comparar comercios, ¿especulación?
Recientemente, la organización de consumidores y usuarios (FACUA) ha publicado un estudio que demuestra que la misma botella de aceite de oliva virgen extra puede llegar a costar un 45% más en función del establecimiento donde se compra. Dicho informe se basa en el análisis de 144 variedades de 50 marcas diferentes a la venta en ocho grandes cadenas de distribución del país. En la misma línea, un trabajo de campo realizado por SUR a mitad de septiembre en establecimientos malagueños concluía que la misma botella de 1 litro de Coosur Virgen extra hojiblanca podía costar 8,69 euros en LIDL y 11,99 en Día. 3,30 euros de diferencia en el mismo producto.
A la vista de dichas conclusiones, ¿se podría pensar que los puntos de venta hinchando los precios? «Es difícil determinar los motivos que provocan esas diferencias de precio, ya que son las distribuidoras las que acaban incrementándolo. Pero, por ejemplo, el envasado del producto (plástico o cristal), el lote de producción (anterior o posterior a cosechas con más sequía), etc., pueden contribuir a que el mismo producto en el punto de venta pueda tener un precio superior», explica el experto en logística de la UOC.
Facua tiene previsto enviar los resultados de su último informe al Ministerio de Consumo para volver a solicita al departamento que dirige Alberto Garzón que abra una investigación sobre los incrementos de márgenes de beneficios que presumiblemente se están produciendo tanto en el aceite de oliva como en el resto de alimentos afectados por la rebaja del IVA. La organización de consumidores también ha vuelto a solicitar al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que lleve a cabo un mayor control de la cadena de producción e investigue si existe especulación por parte de las grandes cadenas de distribución u otros intermediarios a la hora de aplicar márgenes de beneficio a estos productos.
Más seguridad para evitar robos
Ante la escalada de costes, que ha hecho que el aceite se vuelva un producto de lujo para muchos consumidores, supermercados de Málaga han reforzado la seguridad en el interior de superficies comerciales. El paulatino encarecimiento de los productos básicos, unido al aumento de pequeños hurtos durante los últimos meses, han forzado a las principales cadenas a establecer nuevos sistemas de control para evitar incidentes indeseables. Según ha podido comprobar este periódico, la seguridad ya no se reduce al control de accesos, sino que en muchas ocasiones los vigilantes recorren los pasillos interiores y vigilan la linea de cajas para evitar hurtos y aumentar la sensación de seguridad. En otros casos, incluso se han alarmado productos que hasta ahora quedaban fuera de dicho control, como es el caso de las botellas de aceite de oliva.
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