El desfile del Orgullo de Sevilla se viste de un arcoíris especial

Orgullo que sienten los sevillanos en este día. Orgullo de ver encima, y a los lados, de las carrozas a gente de todo tipo. Todo el mundo es bienvenido. Ni la edad, ni la raza ni ningún otro factor importa. Desde los 94 años de Antonia hasta los 6 de Guillermo. Dos generaciones muy distintas que se unen, junto con todas las que hay entre ellos, con un mismo fin: reinvidicar la libertad. «Yo soy una veterana y mi madre no se podía perder esto», narraba a Six la hija de Antonia, Olivia, mientras movía la silla de ruedas de su madre al ritmo de la música. Antonia, con cara de felicidad, ilusión y vitalidad, disfrutaba mientras la gente de las carrozas le daba abanicos, pegatinas y todo lo que podían ante la ternura de la señora. «Hay que reivindicar y apoyar al colectivo», concluyó Olivia.

Guillermo y su hermana Natalia, de 8 años, bailaban al ritmo de 'A quién le importa', de Alaska; 'Nochentera', de Vicco, y del éxito de Shakira y Bizarrap, entre otros muchos hits que no faltaron en el Orgullo de Sevilla. Una familia heterosexual que disfruta todos los años de este acto. «Queremos que nuestros hijos conozcan más tipos de familias», decían a este periódico sus padres. Los niños, con la inocencia que les caracteriza, se lo pasan bien mientras ignoran el odio por el que este día se sigue celebrando y es necesario. Unos niños que, por suerte, van a crecer en un entorno abierto y con la mente libre. Sin prejuicios. Sin juzgar. Sin rechazar al diferente.

Las altas temperaturas también fueron protagonistas de la jornada. Las calles de Sevilla ardían a más de 40 grados. Pero esto no impidió que la gente las llenaran y se las bebieran. Los chorros de aguas disparados por pistolas desde las carrozas ayudaban a soportar este clima. Y los abanicos que repartían y lanzaban. Además, no se puede decir que los asistentes no estuvieran bien hidratados... Las tiendas de la zona se estaban quedando sin agua fría.

Entre las carrozas, estaban la del whisky JB, en la que se podía ver a la finalista de 'Drag Race España' Kelly Roller; la de la fiesta Glam, y la de los trabajadores LGTBI y aliados de la empresa Arbus, entre otras. En todas el ambiente era festivo, con la música más reconocible para el colectivo y con mucha diversidad. Todas las letras de LGTBI estaban representadas y visibilizadas. A su paso animaban las calles y hacían que el público lo diera todo gracias a su ánimo.

El fin de la Marcha Andaluza por los Derechos LGTBI fue a las 22.30 horas en la Alameda de Hércules, mismo sitio donde a las 19.30 horas el grupo indie Miss Caffeina recibió a los participantes. Al acabar, sobre este escenario, se leyó un manifiesto, que dio paso a la actuación de Ruth Lorenzo. La cantante murciana revolucionó al público con sus temas.

En definitiva, Sevilla vivió la diversidad como nunca. Con libertad, reivindicación y alegría. Con colores, brillo y serpentinas. Con fuerza, garra y sin dar un paso atrás. Con la cabeza alta y sin miedo. Con las ideas claras y firmes: no se pueden perder los derechos adquiridos.