Álex de la Croix: «No todos mis proyectos van a hablar sobre lo queer, pero una es lo que es»

–¿Cómo definiría el momento profesional que vive?

–Siempre son momentos muy raros. Nadie te explica cómo va a ser tu vida cuando te metes en el mundo artístico. Estoy contenta porque tengo la libertad de poder llevar a cabo distintos proyectos personales, que es en lo que me estoy centrando más. Estoy aprovechando la exposición mediática de programas o series 'mainstreaming' para que me facilite el realizar mis proyectos como directora. Estoy contenta por poder haber alineado los astros para tener un poco de cal y de arena e ir haciendo un poco de todo.

–Lleva muchos años trabajando, pero el reconocimiento le ha llegado con papeles como el de 'Te estoy amando locamente' y 'La que se avecina', ¿cómo ha sido este aumento de la popularidad?

–Creo que ha ido llegando de manera progresiva. Antes de eso, codirigía una galería de arte de performances, 'La Juan Gallery'. Desde ese momento, empecé a hacer pequeñas cosas como colaboraciones con marcas o entrevistas. Es cierto que cuando comencé con estos dos proyectos, que sucedieron a la vez, cambió un poco: la gente, en un plano más 'mainstreaming', te conoce. No lo he vivido de una manera inusual porque ya me estaba preparando. Aunque, por ejemplo, nunca hubiera imaginado estar en una serie tan 'mainstreaming' y tan conocida como 'La que se avecina'. Sin embargo, hacer 'Te estoy amando locamente' sí era algo que estaba persiguiendo de una manera más concreta. Nunca se está preparada para esto, pero tampoco es para tanto. No soy Penelope Cruz.

–Habla de 'La que se avecina' como una serie 'mainstreaming', ¿considera que las personas queer también deben ocupar estos espacios?

–Creo que tiene que haber un balance. Las personas queer tenemos que ocupar espacios convencionales y 'mainstreaming'. Es importante ocupar estos espacios porque, al final, el 80% ve exclusivamente el contenido más comercial. Es importante también educar desde ese sitio. No podemos centrarnos sólo en eso que llaman la élite cultural en la que el discurso es muy complejo y sólo es accesible para personas que tengan cierta formación y ciertos conocimientos. Me parece interesante que exista, yo lo consumo y es el contenido que me gusta crear, pero siento que es muy importante que ocupemos lo 'mainstreaming'.

–'Te estoy amando locamente' ha marcado un hito y no sólo se ha quedado en los espacios reservados para las personas queer, ¿esperaba tanta repercusión?

–No me esperaba llegar a tanto cuando leí el guion y me lo presentaron Alejandro Marín y Carmen Garrido, creadores de la película. No desconfiaba de su talento, pero me parecía un poco complicada la logística, al ser una película queer, para que llegara. A medida que fuimos rodando, empecé a darme cuenta de que iba a llegar muy lejos. Había un gran despliegue, se estaba apoyando en condiciones y tenía todas las herramientas. Cuando empezaron a llegar las nominaciones, me alegré muchísimo. Te sorprende porque te ves involucrada, pero no por la película: tiene una gran calidad y pocos premios se ha llevado.

–Su trayectoria también está marcada por sus proyectos personales, ¿es importante en sus obras la perspectiva queer?

–La perspectiva queer está en todo de manera implícita. Haga lo que haga, una es la persona que es. Tampoco es que quiera considerarme como una artista queer al 100%. No todo lo que cuente va a ser didáctico y pedagógico y va a hablar de lo qué es lo queer, pero sí hay un gran componente porque creo que faltan contenidos y referencias que hablen de esa temática desde otras perspectivas. Estamos un poco cansadas de ver la temática queer tratada como un drama, un problema y un proceso. Me apetece contarlas desde otro sitio. Lo queer es parte de mi identidad, no voy a hacer películas de cosas que no tienen nada que ver conmigo.

–El activismo también está presente en su carrera, ¿le acarrea problemas combinar estas facetas?

–Cuanto más conocida te haces, más complicado se vuelve. Cuando tienes una opinión que puede ser polémica para cierto sector de la población que está, literalmente, a favor del fascismo y, a su vez, esta gente consume tu contenido, puede ser complicado que te expreses y hagas un activismo político en torno a los derechos de las personas queer. Es complicado porque, a veces, se entremezclan las dos facetas y hay gente que empieza a odiarte porque tienes una opinión. A mí me da igual, no quiero vincularme ni tener ningún tipo de relación con gente que apoya el fascismo y la ultraderecha. No tengo problemas en hablar de lo que considere. Si eso me hace perder oportunidades laborales, me da exactamente igual. No voy a ir en contra de mis ideales por un trabajo.

–El mundo del cine y la cultura en general siempre ha estado ligado al activismo, ¿lo sigue notando entre las nuevas generaciones o considera que hace falta dar más la cara ante determinadas situaciones?

–Sigo viendo que en la Generación Z hay bastante compromiso con la reivindicación. Lo que pasa es que ahora son otras vías. Es una generación más virtual, más digital, es todo más efímero, pero no creo que falte activismo. Puedo entender que las nuevas generaciones estén más desvinculadas de lo que siempre se ha conocido como una manifestación física de toda la vida y lo hagan de otra forma. No creo que por eso estén fallando al activismo. ¿Es igual de efectivo? No lo sé.

–Comentaba que estaba centrada en sus proyectos personales, ¿cuáles son?

–Voy a estrenar, en función a los festivales, un mediometraje que he dirigido: 'Domingo de gramos', lo he escrito, protagonizado y dirigido. La creación la he llevado a cabo con otra de las actrices: Sara Ruiz Ferrer. Es una peliculita que me he inventado y espero que se pueda ver pronto. Ahora estoy trabajando en un documental del que aún no puedo dar muchos detalles. Me he embarcado en un proyecto personal como largometraje y con eso estoy.

–Ahora concursa en 'Pekín Express', un proyecto diferente a lo que ha hecho anteriormente, ¿por qué decidió participar en este programa?

–Surgió porque me hacía mucha gracia. He descubierto en estos años que me parece muy divertido hacer televisión. Soy una persona a la que le gustan mucho los juegos. Te lo pasas bien, te ríes y, de paso, te da visibilidad, pero no lo he hecho por eso. Vi que volvía el programa, existía la posibilidad de ir y llevaba hablando con mi amigo con el que fui muchos años sobre ir. Pero no voy a hacerme persona de programas por exposición y dinero como la isla y esas cosas. Ese no es mi perfil, pero este 'reality' en concreto me hacía mucha gracia aunque no creo que haga otro.

–Le han entregado el premio del FICCAB, ¿cuál es la importancia de que los festivales premien a personas queer?

–Cada vez que tengo oportunidad de hablar, menciono el Observatorio de la Diversidad Audiovisual (ODA). Hacen un análisis de los contenidos que se hacen durante todo un año en España tanto en películas como en series. Desglosan sobre todas las personas diversas que hay, no sólo en términos queer, también en diversidad de cuerpos y étnica. Este año sólo hay un 8% de personas LGTBI en las producciones que se han hecho. Creo que es muy importante que se premie a esta minoría a pesar de que la gente diga que está harta de ver historias queer, que siempre es lo mismo y que sólo hay maricones y travestis en la tele. Es mentira, hay muy pocas personas. Sólo ha habido 25 personajes trans en las diversas producciones. Es muy importante que se dé un premio porque no creo que pase todos los días. No todos los años hay producciones tan importantes con personas queer. Es algo que se debería tener más en cuenta porque es una minoría dentro de otra. No estamos de moda, esto es una cosa muy mínima.