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Tras la aciaga Semana Santa de 2024, los malagueños afrontan una nueva cita con las procesiones con la vista puesta en el cielo, pero también en las nuevas normas que ha aprobado la Agrupación de Cofradías en una normativa respecto al uso de las sillas y tribunas del recorrido oficial. Ese reglamento, que fue aprobado el año pasado, contempla importantes novedades que deben tener en cuenta quienes posean localidades en el itinerario común de las hermandades.
Una de las principales es que, como informó SUR el pasado mes de enero, se va a implantar un sistema con el que la Agrupación reforzará el control de las personas que acceden a las zonas acotadas de sillas y tribunas de forma que solo se permitirá la entrada y salida de quienes presenten el resguardo de su localidad, al que se ha incorporado un código QR que será leído por el personal de seguridad contratado mediante dispositivos móviles.
Así, si una persona intenta acceder a la zona de sillas con el resguardo de un abonado que no es él, el sistema detectará que ya está dentro del recinto, y se le podrá negar el paso. El objetivo de esta medida es evitar situaciones que se producen en algunos días de la Semana Santa en los que acceden a la zona acotada del recorrido oficial varias personas con un mismo resguardo de abono que se pasan por WhatsApp, correo electrónico o fotocopia. De ahí que, en algunos casos, existan personas sin derecho a silla que deambulan por la parte trasera de las hileras de las localidades para ver las procesiones, sobre todo en las jornadas en las que discurren procesiones que tienen un mayor interés para el público.
Para la implantación de este nuevo sistema, la Agrupación de Cofradías ha contratado para este año más personal de control de los accesos a las zonas acotadas del recorrido oficial (serán en total unas 300 personas) y ha dispuesto casi noventa puntos de acceso a los espacios vallados en los que se leerán los resguardos de las localidades con dispositivos móviles.
En el nuevo reglamento, se remarca que «en los palcos no se admitirán más personas que localidades asignadas al mismo, ni incluso en el supuesto de que el abonado dispusiese de todas las localidades del palco»; y se incluye que «está absolutamente prohibida la instalación de sillas auxiliares ni taburetes de ningún tipo».
Asimismo, la nueva normativa únicamente permite la entrada sin abono a menores de tres años, que deberán ocupar una localidad en brazos de una persona mayor de edad que sea su responsable. A partir de los tres años, los niños deberán tener su abono propio para poder acceder a su localidad. Asimismo, está prohibido por razones de seguridad «introducir carritos o sillitas infantiles en las zonas de localidades y pasillos».
Desde la Agrupación, su presidente, José Carlos Garín, ha asegurado a SUR que se van a aplicar estas nuevas normas con «psicología, y poco a poco...». «No buscamos el enfrentamiento con nadie ni queremos tener roces», ha afirmado. No obstante, ha admitido que se pueden generar algunos problemas al ser el primer año de implantación de estos cambios. Con todo, ha apelado «al sentido común de todo el mundo, y que entiendan que es por garantizar la seguridad y los derechos de todos los abonados».
El reglamento establece un régimen sancionador en el que contempla la posibilidad de retirar los abonos a los usuarios que provoquen alteraciones del orden público, a los que realicen actos o conductas violentas con los encargados de la seguridad en el recorrido oficial o el personal de la Agrupación, a quienes profieran insultos o amenazas a personas o entidades, o blasfemen contra Dios, la Virgen o los santos, a quienes falten al decoro de un acto religioso como son las procesiones, y los que realicen actos que puedan poner en peligro a los abonados o asistentes a las procesiones en el recorrido oficial, entre otros supuestos.
Como faltas graves se consideran las alteraciones de orden público que perturben el normal discurrir de las procesiones; los insultos, descalificaciones y ofensas al personal delegado de la Agrupación de Cofradías o a otros abonados; la negativa a presentar los documentos que justifican el derecho al uso de la localidad al personal de seguridad o al personal delegado de la Agrupación; la instalación de sillas o taburetes accesorios junto a las sillas oficiales o en los palcos; la colocación de carritos u obstáculos en los pasillos que impidan la rápida evacuación en caso necesario; y mover las vallas reduciendo el espacio que tienen las procesiones para transitar, entre otras. En este caso, se sancionan con la suspensión del derecho de renovación preferente de los abonos durante un plazo de tres años.
Y las faltas leves, que únicamente implican un apercibimiento para el infractor, son deambular dentro del espacio reservado al discurrir de las procesiones en el recorrido oficial; no atender a las indicaciones del personal responsable de la vigilancia y seguridad; las faltas de consideración al personal delegado de la Agrupación de Cofradías y a otros abonados; la falta de vigilancia de los menores a su cuidado; y la falta de solicitud de autorización de cesión temporal de los abonos a la Agrupación cuando se ceden sin ánimo de lucro.
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