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'Per me reges regnant' (Por mí, reinan los Reyes). Primero fue la iglesia de Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús y desde este sábado, San Pablo, donde, a las 10.50 horas, se ha producido el histórico y deseado encuentro entre la Patrona de Málaga y el Señor de Málaga. La Virgen de la Victoria continúa su peregrinaje por siete parroquias de la ciudad, un camino singular y evangelizador que empezó la imagen patronal justo hace siete días para extender su devoción y recordar que su hermandad cuenta a sus espaldas con siglo y medio de trayectoria, un recorrido corto, 150 años, si se tiene en cuenta la presencia prolongada de la imagen en Málaga, desde la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, pero lo suficientemente importante como para celebrar la constitución de una corporación que, precisamente, no ha tenido un camino de rosas hasta llegar aquí, a veces, criticada, a veces, incomprendida, pero que, indudablemente, ha velado siempre por el día a día de la efigie, por sus cultos, su patrimonio, sus procesiones y, por supuesto, por la expansión de la piedad popular a través del mayor icono identitario de todos los tiempos.
La hermandad vive un Año Santo por esta efeméride. La Santa Sede así lo ha querido como reconocimiento a estos 150 años de vigencia. Pero también esta celebración extraordinaria coincide con el Jubileo ordinario convocado por el papa Francisco, bajo el lema 'Peregrinos de la esperanza', tiempo que la Iglesia destina para que los fieles se puedan lucrar de gracias en beneficio de su salvación. Para ello, quienes quieran conseguirlo deberán cumplir con los requisitos de confesar, comulgar, rezar por el Pontífice, hacer alguna obra de misericordia y peregrinar a las iglesias establecidas para alcanzar tales indulgencias, caso de Málaga, el Cotolengo y la Catedral, último destino de la Patrona, en el mes de mayo, después visitar las parroquias de la Divina Pastora, San Pablo, Nuestra Señora del Carmen, San Juan, San Gabriel, Santiago y los Mártires.
No cabe duda de que las peregrinaciones de la Virgen de la Victoria están sirviendo para mucho, no solo para la espiritualidad, que también. La imagen está haciendo historia con su presencia en templos donde nunca antes ha estado. Su paso por estas iglesias está dejando, sin duda, huella, incluso, física, como el retablo cerámico que ya preside la capilla bautismal de la parroquia de la Divina Pastora, obra de José Antonio Colón, bendecido el pasado jueves. Y es que una semana en cada una de las iglesias establecidas para este recorrido inédito están dando para mucho, como ha confirmado a SUR el hermano mayor de la Real Hermandad de Santa María de la Victoria, Miguel Orellana, quien se ha mostrado «más que satisfecho» en una primera valoración de lo acontecido hasta el momento. «La participación en los dos traslados que hemos tenido ha sido muy buena. Además, todo lo previsto se está cumpliendo a la perfección, con el acompañamiento de cada Comunidad Parroquial y ese espíritu que le hemos querido dar. Y desde que llegó la Virgen a la Pastora, la Patrona no ha estado nunca sola. Se han celebrado muchas actividades. Por allí han pasado niños, jóvenes, adultos, hermandades de la parroquia, Salesianos Cooperadores o la coral Santa María de la Victoria. Se han vivido momentos de máxima afluencia de devotos y otros más íntimos, pero siempre ha estado acompañada», ha destacado Orellana. «Fue también muy bonito el momento de la bendición de una cerámica de la Virgen colocada en el baptisterio de la iglesia en recuerdo de su visita. Yo, personalmente, he vivido momentos muy emotivos. Estamos acercando la imagen de la Virgen al pueblo y los devotos se muestran muy agradecidos de que lo estemos haciendo», ha asegurado. «Por otro lado, hemos superado las expectativas en cuanto al pasaporte editado para ser sellado en cada una de las parroquias», se ha congratulado el hermano mayor de la hermandad».
La partida desde la parroquia de la Divina Pastora, este sábado, ha sido emotiva, como fue la llegada hace siete días. Todavía al alba, a las 8.25 horas, en la suave calma del amanecer, después de la celebración de una santa misa oficiada por el párroco Rafael Pérez Pallarés en un abarrotado templo, se echaba a andar la comitiva para poner rumbo a su siguiente destino: la iglesia de San Pablo. La segunda peregrinación era una sucesión de la primera. Todo era prácticamente igual. Feligreses y cofrades, en este caso de Capuchinos, y tres acólitos turiferarios antecedían a la imagen rezando los misterios gozosos del santo rosario, y tras ella, el pueblo. La Patrona figuraba en las mismas andas de tres varales que se utilizó hace una semana, sobre su peana de orfebrería del trono de traslado y con la misma variedad floral, aunque uno de los angelitos delanteros de orfebrería no iba tocado con una pamela, en clara alusión a la Madre del Buen Pastor, la titular de la primera parroquia visitada, sino de una espada, la representación de San Pablo, símbolo de autoridad como apóstol y su papel en la propagación del mensaje cristiano. Tampoco abría la comitiva, en este caso, la cruz basilical del santuario, sino la cruz parroquial de la Divina Pastora. Y entre los fieles, el párroco, Rafael Pérez Pallarés, que hizo el recorrido completo hasta San Pablo.
Dejado atrás el barrio de Capuchinos, tras pasar por los jardines de la plaza y con el monumento a la Inmaculada Concepción de testigo, se alcanzó El Molinillo, donde aguardaban, primero, los hermanos de la Cofradía de la Piedad, que abrieron las puertas de la capilla callejera para que la Patrona pudiera ponerse frente a frente al grupo escultórico de Francisco Palma Burgos.
Luego llegaría la visita a la parroquia de la Virgen Milagrosa y San Dámaso Papa, donde se rezó ante la imagen y en el momento de emprender el camino de nuevo, fue despedida con una petalada y aplausos. Y del Molinillo a la Trinidad, después de producirse otro momento histórico, cuando, a las 9.35 horas, la Virgen de la Victoria se dispuso a cruzar el río Guadalmedina por el puente de Armiñán, hecho que nunca antes se había dado.
Una vez en territorio de la Trinidad, la Virgen de la Victoria fue recibida por las Madres de Desamparados y San José de la Montaña (Madre Petra) y tomó la calle Malasaña, donde también se emplazaron miembros de la comunidad parroquial de la iglesia de Fátima, que impusieron un rosario a la Patrona de Málaga, para continuar por Tiro y Zamorano hasta desembocar en la plaza de San Pablo. Allí aguardaba la comunidad parroquial del templo trinitario y sus cofradías, la Salud, Cautivo y Santo Traslado.
La entrada de la Virgen de la Virgen de la Victoria en San Pablo dejó estampas que, quizá, no vuelvan a repetirse o, al menos, en muchísimo tiempo. Eran las 10.15 horas cuando la banda sinfónica Virgen de la Trinidad daba la bienvenida a la efigie. que se detuvo durante unos minutos en la plaza de San Pablo antes de subir la rampa de acceso al templo, que lo hizo con la deliciosa marcha procesional 'Alma de la Trinidad', emociones a flor de piel, seguida, cómo no, de la composición 'Málaga, a su Virgen de la Victoria'.
Una vez en el interior de San Pablo, la imagen giró hacia la nave del evangelio, donde se sitúan los altares de la Virgen de la Salud y del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor, y buscó la capilla de la Cofradía del Cautivo, con la Dolorosa de la Trinidad y Jesús Cautivo en paralelo, cercanos al pueblo. Por fin se había producido el gran momento. La Patrona de Málaga y el Señor de Málaga, dos de las grandes devociones la diócesis, por fin juntos, en San Pablo. Y es que la presencia de la Virgen de la Victoria en este templo, dispuesta luego en la capilla contigua, a pocos metros del Cautivo, así lo confirma. Porque la fe peregrina de esta imagen mariana mueve montañas y San Pablo, la casa del Señor de la túnica blanca –y de los titulares de las hermandades del Santo Traslado y la Salud, no puede olvidarse–, tiene el inmenso potencial y el poder transformador de la verdadera fe en Dios. Siete nuevos días, pues, en una nueva parroquia, para ser testigos de un hecho histórico e inédito. Y el próximo sábado, rumbo a El Perchel, al encuentro con El Chiquito y su Madre del Gran Poder, y con la Virgen del Carmen Coronada, otro de los grandes iconos de ayer y hoy.
Horario de apertura de la parroquia de San Pablo: de 9 a 13 horas y de 17 a 20 horas.
18.30 horas. Rezo del santo rosario.
10.30 horas. Eucaristía solemne. Participará el coro de la basílica de Santa María de la Victoria.
18.30 horas. Rezo del santo rosario.
20 horas. Concierto de la Banda de cornetas y tambores Jesús Cautivo.
18.30 horas. Rezo del santo rosario.
19 horas. Santa Misa.
18 horas. Catequesis de niños con la Virgen.
18.30 horas. Rezo del santo rosario.
19 horas. Oración comunitaria.
8 horas. Traslado hacia parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
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